miércoles, agosto 27, 2008

+ sobre la memoria y el olvido: García-Alix.







viernes, agosto 22, 2008

Suicidarse y si morir en el intento: teorias mas allá de Durkheim


¿Existe relación entre la renuncia forzoso-voluntaria a la paternidad y la asunción del suicidio como una solución satisfactoria?: Como suicidarse y no morir en el intento lo trata pero hay que pensarlo mas.
Suicidarse por no tener trabajo o por tener uno. Estudiar lo de “nada cuesta más trabajo, que vivir sin trabajar”. El suicidio andaluz.
Cotiza a la seguridad social para lograr pensión y al ver que no llega, se mata. Señorito castellano de Salamanca, Burgos. No se puede vivir sin cash, sin camisas impecables.
La idea maravillosa de Judas como enviado real de Dios que perpetró Borges (en Tres versiones de Judas[Cuento. Texto completo]) El gigante ciego logically proves Judas to be the Son of God as a hyperbolic way to debunk dogmatic adherence to accepted interpretations of the Gospel Story. El suicidio es el mayor esfuerzo, el mas puro sacrificio por la humanidad.
Sobre todo, en un sentido muy amplio, uno se mata para descansar. Ante el tabú que se consuma, I mean que el disgusto familiar por semejante estigma, se escoge entonces un suicidio a largo plazo. Uno se va abandonando poco a poco. No come, no se toma bien la medicación o se mezcla con vino o se producen muchas ingestas en ayunas. El footing en plena ebriedad tiene mérito pero mas aún las pesas severas hasta las cejas de Protos o Muga, y valium. Un poco de clase.
Hay un patetismo del que me considero pleno campeón. Me mato pero es que no he dejado nada al mundo para que a posteriori valore el desastre que supone mi ausencia, cómo no me valoraron. Un suicida tiene su vanidad. Que lastima y que risa. La de comedias que existen ahí. Y es que es al reves: te matas porque no haces nada bien. El fracaso o se asume o se finiquita.
Otra sabia opción: el suicidio por gasto. Uno supone un gasto para la sociedad, la familia, el orbe. Inconveniente: matas a la familia por el disgusto. Entonces, esperas a que muera el miembro de la familia que mas puede verse afectado y obras en consecuencia.
Hay una fase muy honesta en el suicidio: uno debe morir antes en la memoria de todos. Nadie debe acordarse de que uno existió antes de proceder. Debes no recibir llamadas, o estimular recuerdos en conversaciones ajenas, convertirte en un fantasma lejano, sin facciones previsibles. Ese proceso es agotador para el suicida y lleno de tentaciones. Se produce lo inverso. Uno tiene a sus seres mas queridos muy cerca en la cabecita.
Que te quede claro: nadie fuera de la familia va a lamentar tu óbito voluntario. Ocupas su cerebro un instante. Compensan su mala gestión de tu ejecutoria con una sobrevaloración de todo lo tuyo (era mas bueno..., mas blablabla) y adiós. De ahí viene la idea de masacre. Cuando uno ve que todo eso es así, que eres un nada en la nada, te rebelas. Me llevo a todos por delante. Pero eso es tan cansado. Y el mayor riesgo de todos: puedes fallar.
Solución. Mátate disfrutando. Sin que nadie se de cuenta. Es normal querer morir si no tienes hijos, ni dejas en el paro a mil personas, etc. Entonces donas casi todo lo tuyo a quien proceda y empiezas a talar discretamente tu tallo, con un cortauñas. Mátate con simpatía, con estilo. Si puedes joder a alguien en el proceso, pues mejor. Amanecer en la cama sin poder levantarte, sonriente de gusto y tieso como la mojama, con Federico de fondo, Julian Rios en el DVD, un albariño en la mesilla, y la biografia de Samuel Johnson acabadita recién. Pues eso. Vale. Judas.
There seemed a certainity in degradation. -T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii

Ayuno y Foster.

El ayuno espiritual consiste en la abstinencia de alimentos con el fin de buscar a Dios (del libro -ALABANZAS_2.zip- Alabanza a la Disciplina de Richard Foster, con ISBN 0-06-062839-1).Tampoco es un ayuno con fines dietéticos o salutíferos, cuyo fin es el mejoramiento de la salud física. El ayuno bíblico siempre se centra en propósitos espirituales. Jamás podríamos obligar a Dios a hacer algo por medio de nuestro ayuno. Tampoco lo movemos a respondernos por lástima. El ayuno nos ayuda a nosotros, como veremos a continuación:
I. Tipos de ayuno
1. Ayuno normal: Consiste en abstenerse de toda clase de alimentos, sólidos o líquidos, pero no del agua. Puede durar desde unas pocas horas, hasta unos 40 días (por ejemplo, Lc. 4:2-13).
2. Ayuno parcial: En este caso, se restringe la dieta, pero no hay una abstención total (por ejemplo, Dn. 10:3).
3. Ayuno absoluto: Se refiere a una abstención total, tanto de alimentos como de agua. Como el cuerpo humano no puede permanecer sin agua más de 3 días, ese es el plazo máximo para este tipo de ayuno. Cuando en la Biblia se mencionan ayunos absolutos de más de tres días, como los de Moisés y Elías (Dt. 9:9, 1 R. 19:8), se entiende que Dios medió sobrenaturalmente para que esto fuera posible. Hay que destacar que el ayuno absoluto es excepcional y no debe practicarse a menos que uno reciba un mandamiento muy claro de parte de Dios, y no debe pasar de tres días.Cualquiera de estos ayunos pueden practicarse individual o colectivamente. Cuando Dios dirige a Su pueblo a ayunar, con el fin de buscarlo o resolver problemas, la unidad y el poder se incrementan notablemente. Son tiempos muy bendecidos por Dios.
Desde muy antiguo se practicaron ayunos regulares de una o dos veces a la semana (o al mes). Esa era la práctica tanto en tiempos del Antiguo Testamento (Zac. 8:19) como del Nuevo Testamento (Lc. 18:12). También en los primeros siglos de la Iglesia, así como en la época de la Reforma Protestante. Aunque muy beneficioso, hay que reconocer que el ayuno regular no es un mandato bíblico. Más bien, la norma es que Dios es el iniciador de nuestros ayunos, y es Él mismo quien establece la duración que debe tener. Un pueblo en comunión con Dios y sensible al Espíritu Santo sabrá cuándo ayunar individualmente y cuándo hacerlo colectivamente. La práctica del ayuno regular tiene por objetivo recibir sus beneficios espirituales, y estar así preparados para los tiempos en que Dios dirige a Su pueblo a ayunar. Richard Foster (Richard J. Foster is a Christian theologian and author in the Quaker tradition) dice lo siguiente:
Simplemente, no hay normas bíblicas que establezcan el ayuno regular. Nuestra libertad en el evangelio, sin embargo, no significa libertinaje, sino oportunidad. Puesto que no hay leyes que nos obliguen, estamos libres para ayunar cualquier día. Para el apóstol Pablo, la libertad significó que se dedicó a "muchos ayunos" (2 Corintios 11:27). Siempre debemos tener en mente el consejo apostólico: "... no uséis la libertad como ocasión para la carne, ... (Gálatas 5:3). (R. Foster, Alabanza a la Disciplina, p. 63-64).
II. ¿Quiere Dios que ayunemos?
Nuestra convicción es que el ayuno es una disciplina espiritual plenamente vigente en el cristianismo y muy beneficiosa para cada creyente.
Cuando Jesús habló sobre el tema, su intención fue restaurar el ayuno apropiado, nunca rechazarlo ni abolirlo (Mt. 6:16). En los días del ministerio terrenal de Jesús, sus discípulos no ayunaron, pero Él lo explicó como un tiempo de festejo de bodas por Su presencia. No obstante, vendrían días en que sí ayunarían (Mt. 9:15). Después del día de Pentecostés, los apóstoles practicaron el ayuno (Hch. 10:30, 2 Co. 6:5; 11:27), como también los discípulos después de ellos (Hch. 13:2-3). Así testifica también la historia de la Iglesia a través de los siglos.
Por lo tanto, no dudamos que el ayuno sea parte de la voluntad de Dios para Su pueblo en el presente. Pero caben las preguntas ¿con qué propósito ayunamos?, y ¿cómo hacerlo en medio de la vorágine de nuestra época?
III. ¿Por qué ayunar?
Hay que tener siempre presente que el ayuno no obliga a Dios a hacer lo que queremos. Tampoco es un medio para presionar a otros. Como dijo Richard Foster:
A veces se hace tanto hincapié en las bendiciones y en los beneficios del ayuno, que nos sentimos tentados a creer que con un poco de ayuno pudiéramos tener al mundo, e incluso a Dios, comiendo de lo que les demos con nuestra propia mano (R. Foster, Ibid., p. 67). El ayuno tiene que centrarse en Dios. De hecho, el verdadero ayuno no es una "práctica" de la Iglesia, sino un tiempo que Dios inicia y que Él mismo finaliza. Servimos o ministramos a Dios por medio del ayuno (Lc. 2:37: Hch. 13:2). Cualquier otro propósito debe ser subordinado a Dios. Como consecuencia, la presencia del Señor se hace más cercana a nuestros sentidos, nuestros corazones se acerca más que nunca a la Gloria de Dios.
Por eso, la primera pregunta que debemos responder es la que Dios hizo a Israel en tiempos de Zacarías: "Cuando ayunasteis... ¿habéis ayunado para mí?" (Zac. 7:5). Los beneficios físicos, el incremento de intimidad y poder en la oración, así como el mayor discernimiento espiritual, nunca deben reemplazar a Dios como el centro de nuestro ayuno. En resumen, por medio del ayuno, buscamos estar más cerca de Dios, estar con Él, amarlo a Él, mucho más que a las cosas que nos da.
Una vez que estamos firmemente parados en el propósito fundamental del ayuno, podemos entender también que hay objetivos secundarios: Más que cualquier otra disciplina, el ayuno pone de manifiesto las cosas que nos dominan. Cubrimos nuestras ataduras con alimentos y otras cosas placenteras. Pero en el ayuno, estas cosas salen a la superficie y, aunque es desagradable, reconocerlas es de gran ayuda para quien realmente quiere ser transformado a la Imagen de Jesucristo.
En primer lugar, podremos apreciar cosas que nos dominan como el orgullo, la ira, la amargura, la lascivia, etc. Al principio, pensaremos que estas cosas surgen porque tenemos hambre, pero en realidad, es el Espíritu trabajando en nosotros para que obtengamos nuestra santidad por el poder de Cristo (vea la experiencia de David en el Salmo 69:10).
Por otra parte, aparecerán aquellas cosas que nos han ido esclavizando y que en realidad no necesitamos (1 Co. 6:12; 9:27; Sal. 35:13). "Nuestros anhelos y deseos humanos son como un río que tiende a desbordarse; el ayuno ayuda a mantenerlos en su propio canal" (Foster, Ibid, p. 68). Finalmente, la práctica del ayuno, tanto individual como colectiva, producirá una mayor profundidad y eficiencia en la oración intercesora, así como revelación divina para tomar decisiones y para ministrar a Su pueblo.
IV. La práctica del ayuno
Como ocurre con otras disciplinas, conviene observar un desarrollo progresivo.
1. Comience con un ayuno parcial de 24 horas, suspendiendo dos comidas. Acompañe esos tiempos de ayuno con jugo de frutas frescas. Aproveche el tiempo que usaba para comer en oración, especialmente en adoración y acción de gracias.
Termine el ayuno con una comida liviana de frutas y verduras, y mucho regocijo interno.
Practique este ayuno parcial una vez por semana por dos o tres semanas.
2. Ayuno normal: Después de practicar el ayuno parcial, está listo para un ayuno normal de 24 horas, donde sólo beberá agua en buenas cantidades. El énfasis en la oración y la manera de levantar este ayuno serán iguales al ayuno parcial. Recuerde que estamos practicando.
Probablemente sienta algunos dolores o incomodidad por causa de la falta de ingesta. Eso no es hambre real. Lo que siente es simplemente el acondicionamiento del estómago de recibir alimentos a ciertas horas. En cierta forma, el estómago es como un niño malcriado. Pero no es necesario complacerlo; lo que necesita es disciplina.
Si aparecen dolores de cabeza, frecuentemente se debe a la costumbre de beber café, té y otros estimulantes. El ayuno le ayudará a descubrir cuán atado está a esas cosas y le guiará a dejarlas o a reducirlas al mínimo.
El apetito que reclama el estómago pasará bebiendo agua. Tenemos que ser señores, no esclavos de nuestros propios estómagos.
Recuerde dedicar el tiempo que usaría en comer a la oración y meditación. También recuerde seguir el consejo de Jesús y guardarse de llamar la atención hacia lo que está haciendo (Mt. 6:16-18). Si llama la atención, la gente se impresionará y, como dijo Jesús, esa será su recompensa.
3. Después de haber logrado varios ayunos con éxito espiritual (un sentido de mayor intimidad con Dios y de haberle servido), pase a ayunos de mayor duración (36 horas, 48 horas y hasta tres días). Cuando haya aprendido a ayunar en esos períodos de tiempo con gozo y fruto, es el momento de preguntarle a Dios si debe comenzar un ayuno por alguna causa en particular, y qué duración deberá tener dicho ayuno. Deje a Dios ser Dios.
Muchas veces, el Señor nos hablará de maneras creativas e inesperadas. Manténgase atento. Cuando Dios guía al liderazgo a períodos de ayuno, participe con gozo y compromiso, interiorizándose de los detalles necesarios para estar en unidad de propósito en la oración.
4. Conviene conocer el proceso por el que atraviesa el cuerpo (en condiciones normales) durante un ayuno prolongado.
Los primeros tres días son, generalmente, los más difíciles por la incomodidad física. Es el tiempo en que el cuerpo comienza a liberarse de los tóxicos por malos hábitos de alimentación, y eso no es agradable. Se forma sarro sobre la lengua y mal aliento. No se deje perturbar por los síntomas; más bien dé gracias por los beneficios para su salud. Para evitar el mal aliento procure masticar hojas de menta o algún dulce sin azúcar. No mastique goma de mascar, pues la salivación hará más desagradable el proceso. Si es un ávido bebedor de café, el dolor de cabeza puede ser intenso. Probablemente tendrá que beber algo de café al principio reduciéndolo cada vez más, hasta eliminarlo completamente. Dios le está mostrando cuán dominado está por esa sustancia.
Hacia el cuarto día, los dolores por causa del hambre comienzan a ceder, aunque puede sentir debilidad y desvanecimientos ocasionales. Son vértigos temporales y se evitan moviéndose un poco más lento, especialmente al levantarse o agacharse.
Hacia el sexto o el séptimo día, comenzará a sentirse más fuerte y despierto. Los dolores del hambre seguirán disminuyendo hasta ser una leve irritación hacia el noveno o décimo día. El cuerpo habrá eliminado las sustancias tóxicas y se sentirá mucho más sano. Se intensificará su capacidad de concentración y sentirá que puede seguir ayunando indefinidamente. Desde el punto de vista físico, es la parte del ayuno que más se disfruta. Desde el punto de vista espiritual, la concentración y profundidad en la oración se incrementarán notablemente.
En cualquier momento entre los días 21 y 40 de ayuno, lo cual depende del individuo, vuelven los dolores a causa del hambre. Esta es la primera etapa del síndrome clínico de hambre e indica que el cuerpo ha agotado todas las reservas que tenía en exceso y está comenzando a recurrir a la masa muscular. ¡Es tiempo de terminar el ayuno!
5. Algunas recomendaciones finales:
La pérdida de peso durante el ayuno varía según la persona. Es normal perder al principio 1 kg por día, lo cual va decreciendo a medida que avanza el ayuno hasta llegar a ½ kg diariamente.
Durante el ayuno sentirá frío porque el metabolismo del cuerpo no produce la acostumbrada cantidad de calor. Si uno tiene cuidado de permanecer abrigado, esto no causa problemas.
Antes de comenzar un ayuno prolongado, algunos se sienten tentados a ingerir una buena cantidad de comida para "almacenar". En realidad, eso hace más difícil el ayuno en los primero días. Es mejor comer algo más liviano que lo normal durante uno o dos días antes de comenzar el ayuno. También es recomendable dejar de tomar té o café unos tres ó cuatro días antes de iniciar un ayuno prolongado.
La primera comida después de un ayuno prolongado debe ser jugo de frutas o de verduras. Al principio se deben tomar pequeñas cantidades. El estómago se ha contraído y debe ponerse en funcionamiento lentamente. El segundo día después de haber levantado el ayuno debe comer frutas y luego leche o yogur. Después ensaladas y vegetales cocidos. Tenga cuidado de no comer en demasía.
Algunas personas no debieran ayunar por razones físicas. Los que padecen diabetes, o del corazón, así como las mujeres embarazadas, no deben ayunar. Si tiene dudas sobre su condición, consulte a un médico.
Es frecuente que en los tiempos de ayuno estemos involucrados en lucha espiritual. Necesitamos aprender a usar toda la armadura de Dios (Ef. 6). Uno de los períodos espirituales más críticos ocurre cuando finalizamos el ayuno, pues sobreviene la tendencia natural de relajarnos. Algunas personas experimentan una lucha espiritual severa durante un ayuno prolongado. Por ello, es recomendable pedir apoyo en oración y estar "reportándose" a una o varias personas de confianza en la Iglesia. Incluso algunos comienzan con cierta desconexión de la realidad en ayunos de más de siete días. Debe estar cubierto en oración y ser vigilado o monitoreado periódicamente por hermanos durante un ayuno prolongado.
Finalmente, en el ayuno hay "... justicia, paz y gozo en el Espíritu" (Ro. 14:17). El ayuno puede traer adelantos en la vida espiritual que no podríamos lograr de otra manera.

lunes, agosto 11, 2008

Jose Maria Cervelló. RIP.

Me saca del mutismo la realidad de las cosas. La muerte y el amor. Alario Carrera y Cervelló. Eros y thanatos. Ejemplo de amor es Amaya. Solo se explica viéndola actuar. Ejemplo de Cervelló es este artículo sobre el amor que relanzo tras su muerte injusta, por prematura. Seguramente no volveré a ver a ninguno de los dos. A ambos doy las gracias por el mero hecho de haber nacido, de haberme acompañado unos instantes. Breves. ETERNOS. Perfectos.
ALGO SOBRE EL AMOR Y OTRAS COSAS por JOSÉ MARÍA CERVELLÓ.

Hablar del amor es muy difícil porque todo esta dicho y se puede caer en toda clase de topicazos y tonterías.

Voy a intentar hablar de sus consecuencias.

Hace tiempo leí una teoría que me impactó y voy a intentar recordar (pese a no ser un experto en esta materia):

Los hombres no somos sujetos sino instrumentos de otra cosa que es la vida y su transmisión.

Veamos: el ADN sale de nosotros cuando estamos vivos y por medio de un espermatozoide fecunda un óvulo de un ser vivo. Cuando los padres mueren, son cenizas, pero hay una parte suya que sigue viva en otra persona, y así sucesivamente.

El objetivo esta cumplido: el ADN sigue y nosotros estamos muertos.

La vida sigue y nosotros no hemos sido más que un eslabón de la cadena, aunque algo nuestro siga vivo.

En la evolución de la especie humana primero apareció el instinto de reproducción al que siguió el placer sexual como estímulo.

No sé si el amor estaba desde el principio o apareció en un momento posterior del desarrollo cerebral. En todo caso, el amor es un sentimiento que radica en el cerebro.

Tenemos, pues, un procedimiento físico-químico, por una parte, y el amor como sentimiento controlado por el cerebro, por otro. Hay instinto y cerebro, como casi siempre.

En el principio de los tiempos surge algún tipo de matrimonio y con los hijos, la familia.

¿Qué pasaba en España en 1950?.

1-El matrimonio era religioso, con algunas excepciones civiles, mal vistas socialmente. Se rige por el derecho canónico, siendo indisoluble y sólo cabe la anulación.

2-Los hijos habidos fuera del matrimonio eran ilegítimos, con derechos casi inexistentes. Además había una clasificación pormenorizada y vejatoria según la situación de los padres. Jamás entendí que culpa tenían esos hijos.

3-La mujer casada no tenia, prácticamente, capacidad civil patrimonial.

4-Si la mujer casada cometía adulterio, estaba penado. Si era el marido, no era delito.

5-Los malos tratos quedaban en casa; había una especie de presunción de inocencia que podía llegar hasta el asesinato, siempre a favor del marido.

6-Los anticonceptivos no existían en España.

7-El aborto estaba penalizado.

8-Hubo modificaciones en el régimen civil de la mujer (1958) y sobre el acceso a nuevas profesiones (años sesenta), quedando muchas profesiones vetadas a la mujer.

La gran modificación de la Constitución de 1978:

La gran modificación vino con la constitución de 1978. De forma tácita a su entrada en vigor, y con todo el desarrollo legislativo posterior y los efectos de la entrada de España en las instituciones europeas.

Hasta llegar a la SITUACIÓN ACTUAL:

Si hemos sistematizado la situación en 1950, vamos a ver que ha pasado y cual es la situación ahora.

He puesto números que, en lo posible, se corresponden, para hacer más fácil la comparación.

1-El matrimonio canónico y civil está en plan de igualdad.

Se ha regulado el divorcio y, últimamente, el llamado divorcio express.

2-Los hijos son todos iguales sin que haya discriminación.

3 y 4- Hay igualdad entre el hombre y la mujer.

5-Ha habido un cambio radical en la legislación y en la reacción social en cuanto a los malos tratos.

6- El aborto está despenalizado y se anuncia una reforma más permisiva.

8-Como se ha dicho, hay igualdad entre ambos sexos y la mujer puede acceder a todas las profesiones.

9-Muchas barreras han caído, pero sigue habiendo tareas por hacer.

Por cierto, aprovecho para hacer una rectificación. En un articulo elogié a la Ministra de igualdad llamándola paisana. Hoy quiero matizar, somos de la misma provincia, pero ella no es de Cádiz y mucho menos de Cádiz, Cádiz.

ALGO SOBRE EL AMOR:

Creo que hay que recurrir a mi primer artículo y considerar que el amor es un sorteo más, aunque con un poco de margen de maniobra.

El amor hay que trabajarlo todos los días.

Dos personalidades diferentes conviviendo, tienen que ir acoplando sus cesiones para hacer una personalidad común, sin que cada una renuncie a lo esencial de ella misma.

LOS HIJOS:

Como no tenemos hijos y no me gusta hablar de cosas sobre las que no tengo experiencia, voy tratar solo de lo que es observable.

De acuerdo con el tipo de situaciones podemos hacer la siguiente lista:

-Hijos de familia católica o civil. -Hijos de familia numerosa o hijos únicos. -Hijos de madre soltera, conociendo al padre o sin conocerlo, y demás variantes. -Hijos de padres divorciados y vueltos a casar o no; con hijos de matrimonios anteriores, y con hijos comunes etc. -Hijos huérfanos de padre, de madre o de ambos. -Hijos adoptados. -Hijos de padres homosexuales y todas sus variantes: adoptados, por inseminación etc.

¿Alguien podría asegurar de donde saldrían los hijos mejor formados y más felices?

Volvemos a los sorteos y no se cuanto margen de maniobra tendremos.

Quiero decir algo sobre los hijos de padres divorciados (aunque sean obviedades). Lo fundamental es el interés de los niños, que son responsabilidad absoluta de los padres y que nunca termina. Los niños no tienen ninguna culpa de las desavenencias de los padres.

Lo que veo peor es la judicialización de los asuntos que impliquen a los hijos. Si los niños pasan unos años cruciales implicados en todas esas tensiones y presiones ¿Cómo serán al llegar a los 18 años? ¿Quién será el responsable?

Como siempre, cuanto más pienso, más preguntas me surgen.

Por cierto, ya que estamos hablando de estas cosas… habrá algún prudente lector que sepa decirnos que es el AMOR….

FIN

Paisajes perfectos


De la juventud...