Mi impertérrita señorita bien sigue en el ojo del huracán y todos, de puro morbo insano, nos regodeamos ante la inminencia del desastre. Parece que la cinta del polvete con su ex-marido Jake Schroeder va a salir a la luz. La apolinea piel, el gesto hierático, va a recibir el pestazo de la realidad mas mundana, el impácto grotesco del populismo pajillero. La ninfa caga, mea, la chupa y no usa en ese instante Estee Lauder. Informa la biblia de lo lúbrico Fleshbot. Es lo que tiene ir de honeymoon con un pestoso mermao lleno de tatuajes a Las Barbados. Todo se sabe.
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