Reggie prende sus candelabros con billetes de 500 euros
La noticia saltaba en el diario ABC; la responsable de la Biblioteca Nacional, la escritora (!!!) Rosa Regás, nombrada por Zapatero el 14 de mayo de 2004, lleva gastado en lo que va de año cerca de 1.400.000 euros. Al parecer, el director de actividades, Pedro Molina Temboury, autoriza el pago de 1.000 euros por conferencia, a pesar de la muy diversa calidad de los conferenciantes que han pasado por la institución. Las conferencias se acompañan de una cena de amigos en el prestigioso restaurante Nicolás. Cuando han faltado fondos, se ha cubierto el pago de estos gastos -que corresponden al capítulo 2 del presupuesto, nunca mayor de un millón de euros-, a través de la caja fija creada para cuestiones de urgencia. Resulta llamativo que, a pesar de las grandes carencias estructurales y de digitalización que el Ministerio ha reconocido, la Biblioteca ya se vio obligada a solicitar el pasado julio la ampliación del crédito (de hasta 500.000 euros) para poder cubrir las actividades culturales hasta fin de año. Además, la política cultural no se aborda en el Patronato, varios de cuyos miembros han expresado a ABC su preocupación por la obsesión de Regàs por exposiciones y actos en torno a la República y la Guerra Civil. Según el diario de Zarzalejos, la Directora General de la Biblioteca Nacional está gastando cantidades ingentes de dinero para la realización de actos culturales y no tan culturales como la contratación de cinco chóferes en dos años o la externalización del gabinete de prensa donde participan miembros de una revista donde Regás tiene intereses. Estas informaciones han saltado la chispa en el PP, ya que nunca consideraron correcto la disposición al frente de la Biblioteca Nacional de Regás, quien ha llegado ha reconocer "que algo debe de haber quedado en mi persona del espíritu de la II República". Los populares han avisado que el próximo lunes presentaran una batería de "decenas de preguntas muy concretas" para que el Ministerio de Cultura responda de las "prácticas más que discutibles" de Regás.Beatriz Rodríguez-Salmones, portavoz de cultura del Partido Popular no entiende la gestión presupuestaria de Regás y critica a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quien "hace ya un año que no comparece en la Comisión de Cultura del Congreso". No parece posible que en una institución de tanta importancia y con esos problemas para actualizarse y digitalizar los tesoros que alberga, poniéndose al nivel de similares entes foraneos, tenga tan poco cuidado con el gasto.Regás la Libertaria llama a los directores de los periódicos a exigir que le sirvan la cabeza de los columnistas que la critican. El último acto de esta torquemada, talibana o chequista (lo que cada uno prefiera) progre y catalanista ha sido anunciar la retirada de la entrada de la Biblioteca Nacional de la estatua que honra a su mejor director: Marcelino Menéndez y Pelayo. Para Regás, el sabio montañés cometió tres crímenes imperdonables: ser varón, ser culto (infinitamente más que ella, que cree que Barrabás fue crucificado junto a Cristo; aparece en su Diario de una abuela de verano) y ser de derechas; y ahora le castiga con el exilio al desván o al jardín. ¿A quién pondrá en su lugar? , ¿a su amigo Terenci Moix? Lo aterrador de esta propuesta es, como explica César Alonso de los Ríos, que revela el grado de odio entre los mercenarios culturetas al servicio de Rodríguez. No es la grandeza de Menéndez Pelayo lo que ha puesto en cuestión Rosa Regás. No podría, la pobre. Lo que ha hecho es descubrir la miseria cultural que anida en la izquierda y el resentimiento que está en la base del objetivo de liquidación de la cultura de España, que con una mezcla de rudeza intelectual y mala fe no quieren reconocer los dirigentes socialistas de Madrid. Hay quien prefiere que los universitarios estén haciendo botellón antes que conocer la mentira y el resentimiento de Rosina Pa i Butifarra, como la ha bautizado Jon Juaristi. Causa menos daño un ignorante borracho que un sobrio envilecido.
La noticia saltaba en el diario ABC; la responsable de la Biblioteca Nacional, la escritora (!!!) Rosa Regás, nombrada por Zapatero el 14 de mayo de 2004, lleva gastado en lo que va de año cerca de 1.400.000 euros. Al parecer, el director de actividades, Pedro Molina Temboury, autoriza el pago de 1.000 euros por conferencia, a pesar de la muy diversa calidad de los conferenciantes que han pasado por la institución. Las conferencias se acompañan de una cena de amigos en el prestigioso restaurante Nicolás. Cuando han faltado fondos, se ha cubierto el pago de estos gastos -que corresponden al capítulo 2 del presupuesto, nunca mayor de un millón de euros-, a través de la caja fija creada para cuestiones de urgencia. Resulta llamativo que, a pesar de las grandes carencias estructurales y de digitalización que el Ministerio ha reconocido, la Biblioteca ya se vio obligada a solicitar el pasado julio la ampliación del crédito (de hasta 500.000 euros) para poder cubrir las actividades culturales hasta fin de año. Además, la política cultural no se aborda en el Patronato, varios de cuyos miembros han expresado a ABC su preocupación por la obsesión de Regàs por exposiciones y actos en torno a la República y la Guerra Civil. Según el diario de Zarzalejos, la Directora General de la Biblioteca Nacional está gastando cantidades ingentes de dinero para la realización de actos culturales y no tan culturales como la contratación de cinco chóferes en dos años o la externalización del gabinete de prensa donde participan miembros de una revista donde Regás tiene intereses. Estas informaciones han saltado la chispa en el PP, ya que nunca consideraron correcto la disposición al frente de la Biblioteca Nacional de Regás, quien ha llegado ha reconocer "que algo debe de haber quedado en mi persona del espíritu de la II República". Los populares han avisado que el próximo lunes presentaran una batería de "decenas de preguntas muy concretas" para que el Ministerio de Cultura responda de las "prácticas más que discutibles" de Regás.Beatriz Rodríguez-Salmones, portavoz de cultura del Partido Popular no entiende la gestión presupuestaria de Regás y critica a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, quien "hace ya un año que no comparece en la Comisión de Cultura del Congreso". No parece posible que en una institución de tanta importancia y con esos problemas para actualizarse y digitalizar los tesoros que alberga, poniéndose al nivel de similares entes foraneos, tenga tan poco cuidado con el gasto. Regás la Libertaria llama a los directores de los periódicos a exigir que le sirvan la cabeza de los columnistas que la critican. El último acto de esta torquemada, talibana o chequista (lo que cada uno prefiera) progre y catalanista ha sido anunciar la retirada de la entrada de la Biblioteca Nacional de la estatua que honra a su mejor director: Marcelino Menéndez y Pelayo. Para Regás, el sabio montañés cometió tres crímenes imperdonables: ser varón, ser culto (infinitamente más que ella, que cree que Barrabás fue crucificado junto a Cristo; aparece en su Diario de una abuela de verano) y ser de derechas; y ahora le castiga con el exilio al desván o al jardín. ¿A quién pondrá en su lugar? , ¿a su amigo Terenci Moix? Lo aterrador de esta propuesta es, como explica César Alonso de los Ríos, que revela el grado de odio entre los mercenarios culturetas al servicio de Rodríguez. No es la grandeza de Menéndez Pelayo lo que ha puesto en cuestión Rosa Regás. No podría, la pobre. Lo que ha hecho es descubrir la miseria cultural que anida en la izquierda y el resentimiento que está en la base del objetivo de liquidación de la cultura de España, que con una mezcla de rudeza intelectual y mala fe no quieren reconocer los dirigentes socialistas de Madrid. Hay quien prefiere que los universitarios estén haciendo botellón antes que conocer la mentira y el resentimiento de Rosina Pa i Butifarra, como la ha bautizado Jon Juaristi. Causa menos daño un ignorante borracho que un sobrio envilecido.
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