Ella llamó Sayoya a la terrorista Saioa, dijo bufet en lugar de bufete y calificó al gitano Farruquito como "bailador". Que yo perdone eso y sienta melancolia por su inminente ausencia solo puede ser por el viejo vicio. Ella anda lacónica fuera del cuadro, arrastrando las extremidades, mirando al suelo. Se ha abandonado y está ganando peso. Sigo perdonando. El vicio milenario.
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