Sarah pasa por ser una de las mujeres peor habladas de América. Hasta en "Saturday Night Live" se escandalizan. Su fama de irreverente y ácida monologuista no encuentra equivalente en España. Además de graciosa está como un queso. Hasta el momento en el que mi inglés sea cuasi-perfecto y pueda entender una de sus sesiones al completo, tendré que ver su documental "Sarah Silverman: Jesus is Magic" (2005) con subtitulos y esperar a que algún buen empresario logre que se despelote en cualquier formato.
