Queda muy lejos la primera vez que se utilizó el término. Fue en una propuesta recibida en Playboy a finales de 1965. El editor A.C. Spectorsky rechazó un artículo del crítico inglés Kenneth sobre la "mafia homosexual" en las artes.
Una publicación española muestra anualmente una lista de los homosexuales mas influyentes del país. Esa forma de informar (plenamente aceptada por la sociedad española incluido el movimiento de gays y lesbianas) da a entender que existe un vínculo entre la condición sexual y la pertenencia a ciertos grupos de poder. Crea equívocos que la realidad no deja de confirmar. Entre los colectivos gays se encuentran algunos de los profesionales y empresarios más reputados del país, especialmente en las industrias de la moda y el espectáculo. ¿Por qué se les cosifica con esas listas que, por otro lado, tanto los enorgullece a muchos?
Ya en el año 2001 el diario El País titulaba "El poder 'gay' se consolida en España" y calculaba que importantes grupos empresariales luchaban por la atención de un colectivo que manejaba por entonces un recursos en torno 5,3 billones al año. Los institutos demoscópicos aceptaban que entre un 6% y un 8% de la población española era homosexual. Se los identificaba como "Un sector que marca tendencias"; un grupo tan importante que compañías españolas como San Miguel o Air Europa dirigían publicidad específica para la comunidad homosexual. Esa aproximación económica hacia una colectividad da muchas pistas.
La creación de asociaciones y colectivos, fuertemente subvencionados, en torno a la condición sexual de las personas ha sido visto como una forma natural de luchar por unos mismos derechos en materia de identidad, paternidad y matrimonio. Pero su sobredimensión ya comenzó a llamar la atención a los medios aún no intervenidos por su influencia en las décadas de 1980 y 1990 en Estados Unidos.
En España llega todo un poco más tarde. Aún no se usan de forma extendida términos como lobby gay y rosa ni mafia gay, rosa o lavanda. Sin embargo España ha sido pionera en materia de intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo gratuitas desde 2007 (en Madrid con un gobierno conservador) y en legislaciones favorables al matrimonio gay y a la adopción por parte de parejas homosexuales.
Se critica su perspectiva solipsista que identifica como problemas tan solo aquellos que afectan a su grupo sin desarrollar iniciativas ajenas a ellos. Los temas del matrimonio y la adopción, la donación de sangre, el cambio de sexo, la financiación de la lucha contra el Sida, el turismo especializado ad hoc, la toma de poder en medios de comunicación, en el espectáculo, en el seno de la iglesia los señala como antipáticos para gran parte de la sociedad alejada de sus postuados.
Su agenda se ha convertido en agresiva (The Gay Mafia and America’s aggressive homosexual agenda) y se insta por medio de gran presión a declarar la condición sexual de personajes famosos o relevantes. Grupos cristianos tradicionalmente contrarios al conflicto abierto comienzan a plantear un freno a lo que consideran una ofensiva hacia sus tradiciones e instituciones mas valiosas: Christians Must Go on the Offensive Against Gay Mafia
Una vez cumplidos los principales objetivos del colectivo en cuestión el activismo continúa en una lucha no muy bien definida pero continuamente avasalladora. Se ha construido una pesada maquinaria que ahora no es posible detener.
Una publicación española muestra anualmente una lista de los homosexuales mas influyentes del país. Esa forma de informar (plenamente aceptada por la sociedad española incluido el movimiento de gays y lesbianas) da a entender que existe un vínculo entre la condición sexual y la pertenencia a ciertos grupos de poder. Crea equívocos que la realidad no deja de confirmar. Entre los colectivos gays se encuentran algunos de los profesionales y empresarios más reputados del país, especialmente en las industrias de la moda y el espectáculo. ¿Por qué se les cosifica con esas listas que, por otro lado, tanto los enorgullece a muchos?
Ya en el año 2001 el diario El País titulaba "El poder 'gay' se consolida en España" y calculaba que importantes grupos empresariales luchaban por la atención de un colectivo que manejaba por entonces un recursos en torno 5,3 billones al año. Los institutos demoscópicos aceptaban que entre un 6% y un 8% de la población española era homosexual. Se los identificaba como "Un sector que marca tendencias"; un grupo tan importante que compañías españolas como San Miguel o Air Europa dirigían publicidad específica para la comunidad homosexual. Esa aproximación económica hacia una colectividad da muchas pistas.
La creación de asociaciones y colectivos, fuertemente subvencionados, en torno a la condición sexual de las personas ha sido visto como una forma natural de luchar por unos mismos derechos en materia de identidad, paternidad y matrimonio. Pero su sobredimensión ya comenzó a llamar la atención a los medios aún no intervenidos por su influencia en las décadas de 1980 y 1990 en Estados Unidos.
En España llega todo un poco más tarde. Aún no se usan de forma extendida términos como lobby gay y rosa ni mafia gay, rosa o lavanda. Sin embargo España ha sido pionera en materia de intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo gratuitas desde 2007 (en Madrid con un gobierno conservador) y en legislaciones favorables al matrimonio gay y a la adopción por parte de parejas homosexuales.
Se critica su perspectiva solipsista que identifica como problemas tan solo aquellos que afectan a su grupo sin desarrollar iniciativas ajenas a ellos. Los temas del matrimonio y la adopción, la donación de sangre, el cambio de sexo, la financiación de la lucha contra el Sida, el turismo especializado ad hoc, la toma de poder en medios de comunicación, en el espectáculo, en el seno de la iglesia los señala como antipáticos para gran parte de la sociedad alejada de sus postuados.
Su agenda se ha convertido en agresiva (The Gay Mafia and America’s aggressive homosexual agenda) y se insta por medio de gran presión a declarar la condición sexual de personajes famosos o relevantes. Grupos cristianos tradicionalmente contrarios al conflicto abierto comienzan a plantear un freno a lo que consideran una ofensiva hacia sus tradiciones e instituciones mas valiosas: Christians Must Go on the Offensive Against Gay Mafia
Una vez cumplidos los principales objetivos del colectivo en cuestión el activismo continúa en una lucha no muy bien definida pero continuamente avasalladora. Se ha construido una pesada maquinaria que ahora no es posible detener.
En España llega todo un poco más tarde. Aún no se usan de forma extendida términos como lobby gay y rosa ni mafia gay, rosa o lavanda. Sin embargo España ha sido pionera en materia de intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo gratuitas desde 2007 (en Madrid con un gobierno conservador) y en legislaciones favorables al matrimonio gay y a la adopción por parte de parejas homosexuales.
Se critica su perspectiva solipsista que identifica como problemas tan solo aquellos que afectan a su grupo sin desarrollar iniciativas ajenas a ellos. Los temas del matrimonio y la adopción, la donación de sangre, el cambio de sexo, la financiación de la lucha contra el Sida, el turismo especializado ad hoc, la toma de poder en medios de comunicación, en el espectáculo, en el seno de la iglesia los señala como antipáticos para gran parte de la sociedad alejada de sus postuados.
Su agenda se ha convertido en agresiva (The Gay Mafia and America’s aggressive homosexual agenda) y se insta por medio de gran presión a declarar la condición sexual de personajes famosos o relevantes. Grupos cristianos tradicionalmente contrarios al conflicto abierto comienzan a plantear un freno a lo que consideran una ofensiva hacia sus tradiciones e instituciones mas valiosas: Christians Must Go on the Offensive Against Gay Mafia
Una vez cumplidos los principales objetivos del colectivo en cuestión el activismo continúa en una lucha no muy bien definida pero continuamente avasalladora. Se ha construido una pesada maquinaria que ahora no es posible detener.
