Este cubículo representa mi reposo. La imagen de mi infancia, con mi hermano Kiko (Bernardo llegó despues), me ayuda a serenar las crisis. Todo el estruendo exterior es inoculado por las bacterias del pasado. Tuve una gran infancia en un pueblo de Cordoba.
El ruido del fútbol es mi otro bálsamo. Todo el mundo está vivo en el fútbol. Nada detiene el evento. Hasta la muerte es reconducida en el espectáculo con un minuto de silencio insignificante. Cuando murió mi padre, salí a la calle y sentí como el globo permanecía girando. Yo me preguntaba, ¿de que se rien?, ¿como pueden estar asi tan tranquilos?. No entendia como seguían llenos los bares, los garajes, las tiendas. Solo una cosa tenía sentido. Que vieran esa tarde el fútbol. Narcotiza todo...
En ese espacio están todas mis drogas. Mi radio, mis películas, mis libros.
Un terreno ciertamente baldío.
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