sábado, enero 15, 2005

CAPTURING MACHOS (fin de un teatro)

Tal como glosa Bigas Luna en Huevos de oro, el final del macho, del personaje definido por una serie de caracteres hormonales, mediciones en testosterona, reacciones primitivas y lenguaje propio, ha llegado. Con el siglo XXI, en occidente, se desmonta una estructura social edificada desde la salida del ser inteligente de las cavernas en torno al macho de la especie. Con el generalizado acceso a las actuales condiciones tecnológicas y mejoras educacionales, la industrialización en la fabricación y distribución de bienes, y el dominio de la naturaleza, las virtudes que hicieron progresar en sus primeros pasos al hombre comenzaron a resultar un lastre para ciertos sectores de la población que nacieron de este nuevo entorno. La aparición del estratega tecnócrata, el intelectual, el financiero, los grandes teóricos de sistemas e ideologos postergan a un segundo plano al elemento viril. Ya no es precisa la conquista de territorios virgenes u hostiles y se produce una alteración de los valores predominantes. No resulta traumático el ostracismo del macho pero esa transición hacia esquemas morales mas "complejos" y la introducción del imperio de la diplomacia para la gestión de grandes conflictos obliga a dar un paso mas y preparar su extinción como concepto antigüo y molesto, su aniquilación cultural. De algun modo, es la unica especie cuya extinción ha sido minuciosamente planeada. Se llama a ese proceso reciclaje. Comienza la transmutación de valores, y si bien toda evolución conlleva la superación de esquemas superados, no deben de quedar marginados y ajenos a una honrosa integración. Los valores viriles son desintegrados. No basta con la fabricación de un nuevo tipo de macho ajeno al concepto de sacrificio, lealtad, dureza, tenacidad o sobriedad. Se construye un nuevo tipo masculino sin signos de virilidad, que situa al previo especimen en los confines de lo ridiculo, de lo deontologicamentemente nocivo. Socialmente se elimina de forma tácita al macho de cualquier foco de poder u opinión. Posteriormente serán sesgados sus valores: patria, familia, monogamia, jerarquia física. El patetismo del esfuerzo se revela el extermino de la figura del aprendiz. El macho cazador, sufrido, dominador del espacio, severo, físico, queda reducido a las labores que no desea efectuar el nuevo varón y la mujer, que se ha incorporado al panorama laboral y ha participado muy vivamente en la remodelación radical de los esquemas laborales, el lenguaje en la empresa, etc. El macho desarrollará labores de limpieza, logistica básica (transportes y carga), seguridad y vigilancia, agricultura, industria de montaje, ganaderia y jardineria, deportes, construcción. Con la aparición de importantes flujos económicos en ciertos sectores como el artistico y el deportivo, se ha producido una aberración de la norma primitiva y la feminización social/estetica/moral se ha volcado en nuevos sectores tradicionalmente viriles. El luchador macho comparte ahora su cubiculo con seres débiles, hermafroditas y artificiales introducidos en su misma cochinera. El macho ve sus ultimos metros reducidos a la nada y se oculta. Solo es respetada su mera apariencia física en las catacumbas de lo social. Los toreros machos están en crisis. Incluso en ambientes homosexuales se recrea la imagen y estética del macho como romántica recreación de unos valores perdidos en una fantasia solo sexual que necesita la figura de un macho en la pareja por cojones. El mundo del cine pornográfico tambien acoge furtivamente a los últimos ejemplares de macho procurandoles abrigo y procreación de la especie como sementales. El sector es uno de los mas vivos economicamente en el mundo aunque nadie reconoce nunca haber visto una de sus peliculas.

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