lunes, enero 31, 2005

Lección magistral al actor de cine español

  • Lopez Vazquez

    La reunión se desarrollaba con la habitual falsedad del sector. Abrazos y besos, celebraciones en muchos casos casi obscenas, caras de asco y progres llenos de aburrimiento, ropas descuidadas normales en el cortometrajista de animación pero impropias en actores de millones por película, etc.

    En un momento dado, dieron el premio de honor a un anciano cansado no muy simpático. Su vida no ha sido sencilla. Es poco efusivo y casi misántropo. Tiene fama de racano y no es de extrañar con lo terrible que resulta la ancianidad para esa generación de artistas. Dijo pocas cosas y todas muy llenas de ortodoxia, plenas de gris discreción.

    Jose Luis Lopez-Vazquez escondió, sin embargo, en medio de todo ese alud de agradecimientos una lección que el cine español de mano de sus imberbes intérpretes ha despreciado en el tiempo presente. Lopez-Vazquez se detuvo varias lineas en un mismo agradecimiento. Él, como Fernan-Gomez, Paco Rabal, Fernando Rey, Agustin Gonzalez, Manuel Aleixandre, y tantos otros, han vivido en escenarios sin ducha, en teatros destartalados, en fiestas de pueblo y, al tiempo, en grandes escenarios y decorados. Conoce del sacramento del actor y del honor al público que pierde dos horas en su presencia. Y solo dijo esa frase, repetidas veces. Gracias al público. Gracias al público. Gracias público. Apunten jovenes. Gracias a TODO EL PUBLICO.

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