Tres horas...
Oí hablar de la megalomania de Oliver Stone y no lo acababa de ver claro. Este insufrible filmete es el castigo pomposo, decadente, ridiculo, sobreactuado y alucinado mas terrible que he sufrido en mis últimos años de cinefago. Por momentos parecen gags de Cruz y Raya. Las falditas, las miraditas, los topicazos. Anthony Hopkins insufrible. Los dialogos de un expositorio somnoliento.
Dice Oliver Stone que le persiguen en America. Que Hollywood le hace pupita. ¿Que te falta a ti? Ciento cincuenta millones de dolares tirados a la basura. Menos mal que la negra que sale desnuda me despertó un poquito. Angelina, con esa cara de salida perpetua, muy interesante. Por salvar algo... Si una palabra puede definir este suplicio desmesurado, grandilocuente y agotador, esa es desproposito.
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