sábado, febrero 19, 2005

Me gusta el vino

La religión me llevó al vino. El cine me llevó al vino. El amor me llevó al vino.
Los estados místicos corresponden a estados del conocimiento, estados de penetración, revelaciones e iluminaciones repletos de sentido. Una forma de conocimiento no intelectual -razonamiento lógico- sino intuitiva, caracterizada por una visión de conjunto, de totalidad. La palabra original aplicada aquí a este tipo de experiencia tiene que ver con lo que brota directamente del origen o de la fuente. Originales porque tienden al origen mismo. Lo dice William James...
Evocando con vino al amado,
bebimos hasta embriagarnos,
cuando aún la viña estaba por crear.
La metáfora de la embriaguez habla de ese viaje del alma desde la dispersión y el pesar hasta el conocimiento real (divino), la promesa de ebriedad más allá de la apariencia efímera.
Deja ya tu egoísmo; no temas la pobreza.
No persigas el oro. Y bebe, que una vida
tan llena de pesares, hay que pasarla toda
en un sueño profundo o embriagado de vino.
¿Se nota mucho que ayer vi Entre copas? Una película bien simpática. Una buena película. Si, ya se. He puesto 2 veces la misma cartelera. He bebido.

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