martes, febrero 01, 2005

Quien tienen miedo a Losantos

  • Torres, Rafael

Durante 30 años (se dice pronto TREINTA) este grupo ha sido el referente de lo politicamente correcto, de la memoria histórica de España. Es el grupo sin piedad. Dan o deniegan el carnet de RH gubernativo. Es decir, deciden si puede alguien gobernar pacificamente o no. Falta G. Delgado pero con él ya nos resarcimos riendonos de su programa sobre consultorio sentimental, derribos de individuos politicamente desafectos y niños que se hacen pajas.

  • Belloch

Seguramente, la edificación de este certificado de ser existente o desactualizado no surge espontaneamente. La derrota en una guerra en el año 1939 supuso el primer acto de un drama que han sabido tejer manos sutiles. La post-guerra y todo el periodo dictatorial de 40 años constituía el segundo acto, lleno de pesares para un grupo y satisfacciones para otro, preclaramente diferenciado por un pacto tácito. Solo fue una traición, no una victoria cruel. En la izquierda solo existia una república (¿que és una república?) pacífica (no golpista o bolchevique), amante del credo libre y la residencia libre de estudiantes.

  • Carnicero, desde La Habana

El tercer acto, el del extasis y crujir de dientes, se inició en el año 75. Se templaron los nervios y las gaitas. Mi grupo, dijeron, se hará con el poder tarde o temprano, así que podemos esperar. Pero soportaremos la demora en el pago de "nuestro débito" a cambio de una condición. Nosotros escribimos la historia.

  • Carlos Llamas

Con esa dramatización favorable de nuestra memoria, gentes como yo, nacidos en el iter, recibieron una descarga propagandistica brutal, atroz, vergonzante. Ellos concibieron al ser patrio como un ser evolucionado, facultado para todo y receptor de todo tipo de derechos y algarabias. Cualquier individuo sin sentido de lo colectivo, cuestionador de todo, aferrado a su curiosidad, es un pobre dinosaurio lejano a la verdad, un asesino, un fascista enemigo del pueblo, de la chusma, en realidad. Un pueblo tiene una identidad, una memoria indubitada, un ser y aquí solo han sostenido una chusma desintegrada. Solo existe una clase media socialista o clandestina.

  • Aguilar

Un colectivo cualquiera no puede generar un ser jurídico evolucionado acreedor y deudor de conceptos históricos. Y menos si son falsos. La gestión de la historia supuso la clave del control de cualquier atisbo conservador en el pais. Con gran inteligencia, esa idea judeo-cristiana de la culpa resultó su gran éxito en una estrategia história y ontológica propia del politburó. Se olvidaban masacres genocidas u odios intimos; se escribian con mayusculas matanzas sin cadaveres en Badajoz o se lanzaban al subconsciente colectivo limpiezas asépticas en Paracuellos. La izquierda no tenía sino débitos. Y estamos pagándolos todos, hasta la gente que inocentemente pasaba por allí. Se ha gestado en silencio la rebelión actual. Es el despertar del ciudadano sin cuentas pendientes, sin culpa, que se pregunta porqué se dieron miles de millones a la UGT o un edificio en Avenida de América y que es eso de la deuda histórica.

  • El gran maestro

Para esta multinacional de la ideologia y la memoria histórica, Stalin no existió como financiador de una guerra que pretendía hacer de España una suerte de Albania. El oro de Moscú resultó una anecdota edulcorada. Carrillo, gestor de Paracuellos, es aceptado como diputado y locutor en la SER. Pero la memoria de los conservadores queda restringida. Esas concesiones nunca fueron suficientes para la izquierda. ¿Que ocurre con el ciudadano que está pidiendo un indulto por no haber cometido mas delito que no ser socialista?

  • Gutierrez, el apestado.

Cualquier disensión de ese espectro mágico recibe el justo castigo. La alteración de los equilibrios generados en estos últimos 30 años puede derribar todo el entramado de culpas y débitos. Gutierrez lo sabe. Fue aniquilado y vive ahora con pies de plomo.

  • Jimenez Losantos

Con motivo de la tensión generada en los últimos tiempos y el afianzamiento de la derecha, solo en virtud de factores de gestión económica, no se aceptó la derrota electoral tras el atentado. Un periodista cojo, vociferante y mal encarado se soltó la melena y se olvidó de pactos históricos. Reivindica memorias, no siente culpa de ser conservador, insulta a todos y dice lo que han pensado miles de ciudadanos y no lo han podido expresar ni en la panaderia. Vuelve el equilibrio en la busca de la verdad. No solo se tienen que desenterrar los muertos de Rafael Torres, vamos a ver craneos de todos. Y ¿que ha ocurrido? Le llamam fascista. Todos le tienen miedo, terror y yo, me divierto mucho. Veo un pais sin culpa, sin amnesia, vivo.

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