Se que me pongo pesado con mi viejo amigo, Ron Jeremy. No puedo dejar de hacer pública mi devoción por este icono de una infra-industria que jamas se ha venido abajo, con su tonelaje.
Su generación, aquí representada por Nina Hartley, abrió los ojos a una pléyade de ciudadanos, cargados y pertrechados por una visión asustadiza de la sexualidad. Gloria, gloria...
Su celebérrimo documental (compra por Amazon) impulsó no solo una nueva forma de ver la vida, sino de comprender como un gordo así pudo tumbarse a tantas bellísimas mujeres. Amen, hermanos, amen.
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