En ese papanatismo tan nuestro, nos apuntamos a este triunfo español de los Reds de Anfield Road. No sometemos a nuestra consideración que su juego es pauperrimo y que pocos jugadores en el mundo pueden ser tan malos como Djimi Traore o Igor Biscan. Liverpool, mítico equipo de trabajadores en ciudad pobre y de olvidada heroica, vence al Chelsea, conjunto nuevo del barrio mas rico y selecto de Londres, fruto de los delirios de un multimillonario ruso y última muestra de snobismo neoyorquino. Todo un evento que no se puede perder un futbolero.
En un partido tan intenso como pobre, pocos fueron los protagonistas. Aquello era un salvese quien pueda. El díscolo portugues, José Mourinho (7,5 millones de euros ganados en un año), sufrió una derrota infringida, casi perpetrada, por el barroco sello defensivo de Rafa Benitez. El artista checo, Milan Baros, tiene los dias contados.
Rafa Benitez, nuevo ídolo local en su primer año, ha convertido al espeso Steven Gerrard (en la foto con el infatigable follador Claude Makelele) en el jugador insignia de la casa, otro agónico Albelda de control con espinilla y caderazo en la sien. El entramado impenetrable del futuro entrenador del Real Madrid no ha hecho mas que empezar a funcionar.
Luis Garcia fue el otro nombre. El repudiado jugador patrio (tanto por el Barcelona como por el Atletico) metió el único gol del partido, uno de esos fantasmas que no lo vió ni el perro de Domingo Ortega. Aquello no se sabe si entró o no. Ya tiene Mourinho temita para la semana. Final: 25 de mayo en Estambul. Casi seguro, contra el Milan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario