
En ese papanatismo tan nuestro, nos apuntamos a este triunfo español de los Reds de Anfield Road. No sometemos a nuestra consideración que su juego es pauperrimo y que pocos jugadores en el mundo pueden ser tan malos como Djimi Traore o Igor Biscan. Liverpool, mítico equipo de trabajadores en ciudad pobre y de olvidada heroica, vence al Chelsea, conjunto nuevo del barrio mas rico y selecto de Londres, fruto de los delirios de un multimillonario ruso y última muestra de snobismo neoyorquino. Todo un evento que no se puede perder un futbolero.

En un partido tan intenso como pobre, pocos fueron los protagonistas. Aquello era un salvese quien pueda. El díscolo portugues, José Mourinho (7,5 millones de euros ganados en un año), sufrió una derrota infringida, casi perpetrada, por el barroco sello defensivo de Rafa Benitez. El artista checo, Milan Baros, tiene los dias contados.



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