En mis pesquisas en torno a la figura de Pier Paolo (El corsario Pasolini, dicen los mermaos de El Pais) pude encontrar esta foto. Es un fiel reflejo de la forma de ser de ambos y el modo de entender la vida y el cine. Ya sabemos todos como fue el final del maestro y el presente del discipulo. Una muerte tremenda y temprana frente a un languidecer de ombligo plaza. Dionisio y Apolo.
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