Tengo simpatía por Sarda. Me molesta que se meta en política cuando lo suyo es el espectáculo surrealista aunque España es el único pais que transforma el surrealismo en costumbrismo. Sarda es, en el fondo, un hombre triste. Su aspecto ermitaño denota en lo que se convierte cuando no hay obligaciones con lo público. Es multimillonario (que ganaba 6 millones de euros al año). “He alquilado un avión para retomar mis vuelos particulares. Además, me encanta perderme por el monte en mi ‘quad’ y dar paseos a caballo”. Pero el que escupe hacia arriba se juega el salivazo in pectore. “Tengo cuatro perros, dos yeguas, un gato y un burro, así que no me falta ocupación”, afirma. Es lo que te queda cuando estas amenazado por tanta gente. “Llevo guardaespaldas porque estoy amenazado. Es un lastre."
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