Schiller: "No puedes agradar a todos con tu hacer y tu obra de arte; haz justicia sólo a unos pocos; gustar a muchos es malo".La clausura del limbo comenzó con el catecismo publicado en 1992 por Juan Pablo II. Ayer se hizo oficial. Fue un final discreto con una amplia zona oscura, porque la comisión teológica tomó decisiones sobre los neonatos no bautizados, pero no sobre la humanidad anterior a Jesús.
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