viernes, noviembre 17, 2006

Ferenc hace tiempo que no estaba aquí

Era un bajito hambriento, aparentemente pasado de kilos, con unas piernas cortas y con una destreza futbolística residente sólo en su zurda, privilegiada arma ofensiva. Su trabajo en el césped le hicieron crecer y agrandar su figura. En 1948, en el Honved de Budapest, el 'Comandante galopante' mostró al mundo un futbol que solo fue olvidado por el propio Ferenc, enfermo de Alzheimer desde hace seis años. Murió ayer con 79 años.
Con 16 años jugó ya al máximo nivel en el equipo que dirigía su padre, el Kispest de Budapest y dos años después debutó con su selección. A sus órdenes, giraría el mágico fútbol magiar. Un equipo que maravilló al mundo y dominó el fútbol de la época con su juego de baile de salón y con sus goleadas.
Pero Puskas no tuvo allí grandes triunfos. Ganó entre 1958 y 1966 seis ligas españolas y tres Copas de Europa pero con el Real Madrid. Jugó 85 partidos en la selección magiar. Era divertido, charlatán y comilón. Hizo aquí todo lo que era imposible en Hungria.
Tras un partido de exhibición, en 1956, cambiaría su vida cuando su carrera parecía acabada. Mientras el equipo jugaba el partido, en Hungría se producía un levantamiento nacional que provocó que la mayor parte de aquellos jugadores decidieran no regresar a su país. Entre ellos, Puskas. Austria fue su destino. Y allí, sencillamente, se abandonó y abandonó el fútbol. Ahí debería haber acabado su vida deportiva. Contaba ya con más de treinta años y su físico, más que nunca, era el indicador de que sus días de fútbol quedaban lejanos.

Pero 18 meses después de este exilio, el balón volvió a aparecer en su vida. Un antiguo entrenador, Emil Oestreicher, le convenció para probar suerte en el Real Madrid. Puskas estaba fuera de forma y eso influyó en que su velocidad nunca fuera la de antaño. Pero dio igual. Su pierna izquierda seguía siendo el arma de mayor potencia y precisión que ha conocido el fútbol. Era el complemento ideal para un equipo que arrasaba en la Europa del momento.

Quien pensaría que todo lo que no ganó con la mejor selección del mundo, le llegaría de blanco. Triple campeón de Europa, ganó una Intercontinental, dos Ligas, una Copa, fue cuatro veces máximo goleador y protagonizó episodios legendarios, como sus cuatro goles en la considerada mejor final de la historia, contra el Eintracht de Frankfurt en 1960. Aquel goleador, peleado con Pelé en las estadísticas históricas de mejores artilleros, en Madrid era adorado y adoptado con el apelativo de 'Cañoncito Pum' o 'Pancho'. Con la selección española llegó a jugar cuatro partidos. Pero su estrella, la edad manda, duró apenas seis años más. Para entonces ya era leyenda aquí y un héroe nacional en Hungría.
Allí regresó en 1993, para culminar su etapa como entrenador con el equipo nacional y quedarse definitivamente en su Budapest natal. Desgraciadamente, sus últimos años los ha vivido en una clínica, sufriendo un proceso degenerativo que mientras le llevó a la muerte le hizo olvidar sus hazañas deportivas. El fútbol no olvida.
VÍDEO: Ferenc Puskas, futbolista húngaro, brilló en el Real Madrid. Con el club blanco conquistó tres Copas de Europa.

Mortgage Calculator
Search Now:
Google
No lo dudes... descarga tu furia

No hay comentarios: