El Premio Nacional de Teatro está dotado con 30.000 euros: es un pago por servicios prestados demasiado obvio, zafio. El mediocre grupo de teatro Animalario lo gana tras darse a conocer en febrero de 2003. Dos de sus fundadores, Guillermo Toledo y Alberto Sanjuán, presentaron la gala de los Goya. Las cuatro horas dedicadas al cine devinieron una arenga contra Aznar con la excusa del no a la guerra y el nunca mais. Desde el escenario se atacaba a la "dictadura del terror" y el mongolode Toledo lucía una camiseta de Ho Chi Min. La mermada de Carmen Calvo habla de reconocimiento al "compromiso ético y estético".
En febrero de 2003, que casualmente coincidia con la publicidad de la gala de los premios Goya, estrenaron el montaje "Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente", patética y babosa crítica a Aznar con la que consiguieron el Premio Max al mejor espectáculo de teatro, y el Premio Max a la mejor empresa de producción. Aznar cunde de cojones. Que miedo tienen a ese hombre.
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