Jesus Rollan, uno de los mas grandes fenomenos deportivos gestado por nuestro precario olimpo, ha muerto de forma trágica con 37 años en una clínica. Se tiró por una ventana. Tuvo todo y era el deportista mas alegre y carismático que haya dado el olimpismo español, con perdón. Su historial reduce a chatarra el currilulum extraordinario los de Fernandez Ochoa, Raul, Olazabal, Fernando Alonso, Heras, Lopez-Zubero, los chicos Sanchez-Vicario, Guardiola, Urdangarin, Herreros o mil. Solo David Cal le supera. Otro grande doliente. Su despedida de las porterías, un doloroso divorcio y la imposibilidad de ver a su hija llevaron al abismo a este sanabrés de adopción que ya nunca mas volveremos a ver donando sus medallas, comprando en el Eroski de los Aceiteros de Puente de Sanabria, riéndose hasta romper la caja.
Anoche vi a Jose Maria Garcia. Matias Antolin me explicó que el cambio fisico acontecido en el monarca de la radio deportiva se debia a un cancer que sufre heroicamente el pequeño guerrero y que ha trasladado su menuda figura a un dedo de la tumba. Mucha gente ha deseado su muerte. La envidia es muy mala. Muy española. Ya se encuentra mejor.
Poco antes pude ver la entrevista que (no le soporto) J. J. Millas realizó para Canal Polanco Plus del gran poder al manchego del siglo, con motivo del estreno en Puertollano de su filmete último "Volver". Pedro Almodovar lloró al rememorar la relación con su padre, un lugareño ajeno cosmicamente del universo e imagineria de su zagal. El autor mas kistch del globo asumió un papel, desconocido en él, de hijo sobrio, vergonzoso, solitario culpable, triste coloso, pleno de dolor y dignidad. Dicen que la pelicula (Tráiler de 'Volver') es algo grande.
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