El fútbol es reflejo del mundo mediocre que hemos compuesto. Me encanta el fútbol. Frank Rijkaard es un buen hombre que conoce bien lo voluble del éxito. Un genial futbolista, un técnico tranquilo, verdadero artífice de todo este triunfo, pleno de lesiones y dificultades. Sabe de donde viene. Traes a un chico de Africa y conviertes sus piernas menudas en maquinas expendedoras de euros y a su familia indigente en seres privilegiados. Cuando llega el éxtasis no se conoce la contención. Aparecen banderas secesionistas, venganzas sin sentido, visceras ante los niños. "Madrid cabrón saluda al campeón", decia el negrito que se enfada cuando el público de toda España imita a un mono. Ese hombre veloz gastó 5 millones de pesetas en El Corte Ingles al poco de llegar a Madrid con su tarjeta. Un empleado del club devolvió las compras. El chico estaba tan emocionado que compraba compulsivamente. Todos olvidamos de donde venimos, lo pequeños que fuimos. Somos todos iguales. Idiotas.
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