Al festival de Cannes viene cantidad de gente prescindible. Hoy se acabó la leyenda Star Wars y merecia la pena mirar la escena por respeto a semejante taquilla sostenida durante décadas. Pronto te cansas de robots, bichos peludos, naves, George Lucas gordísimo y agentes inter-estelares. Hasta que llega Natalie Portman.
Uno cuando era jovencito e ingenuo solo deseaba un poco de gracia enfrente. No tienes presente aún la obsesión por tetas y lujurias. Ella se encuentra a medio camino entre todo. No tiene tetas pero es rica, inteligente, doctora en Harvard, multilingüe, profesional privilegiada. Seguramente no deja de ser una mentira mas. Hermosa mentira.
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