Ver ayer a Michael Jackson salir del juzgado era como presenciar un milagro. Era ver caminar a un muerto. Yo creo que Jackson es tan consciente de sus perturbaciones sexuales (aunque no creo que se tirase a nenes), de la infancia tenebrosa en la que vive, que la vergüenza no va a abandonarlo jamas. Ha perdido el apoyo de grandes y mayores, de blancos y negros. Solo los fans permanecen. Esta muy solo.
Ha utilizado la táctica de la humildad y el silencio. No siempre es una buena opción. No atender las calumnias, en este globo lleno de teles, es dar la razón. A veces, hasta Cristo alza la mano para decir basta. Jaime Campmany no se callo ni debajo del agua. Comía y bebía como un cosaco a sus 80 tacos y no callaba.
Muchos le han vejado. Fascista, le llamaban, pero no demandaba a otros columnistas por ponerle verde. Escribía de vuelta la respuesta y se acabo. La realidad es que fue el unico pavo que en Espein ha hecho frente al dictador mas importante despues de Franco. Un tipico hispano que machacaba al tirano y, luego, se suscribia a su tele de pago, con dos cojones. Igualito que G. Delgado. Todo pasa de forma subita. Michael Jackson, Campmany y muchos mas dejan una memoria tras de sus cuerpos. No son, simplemente, un muerto.
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