domingo, abril 22, 2007

John Carlin y Paul Hayward sobre Cesc "the future" Frabregas


Hay muchos motivos para aprender el inglés. Para prosperar en el trabajo, para poder leer las obras de Dickens, para entender las ruedas de prensa de David Beckham. Muchos motivos. Pero uno de los mejores es la posibilidad de leer las columnas del mejor periodista deportivo de la prensa británica, Paul Hayward. Hay tres o cuatro más que son muy buenos, pero Hayward, del Daily Mail, es el número uno. Por conocimiento, por seriedad, por entusiasmo, por sentido del humor, por la agilidad muscular de su prosa.En su última columna de 2006 Hayward escribió que le acababa de llamar su redactor jefe para pedirle que eligiera el mejor futbolista del año. No se lo tuvo que pensar dos veces. La respuesta le llegó "en un Eureka", como "una revelación".

"Quizá sea por el ritmo soberbio de sus pases, en corto o en largo, por el calibrado control con el que se mueve por el campo, por la rica amplitud de su visión, por su condición de atleta, por su juvenil confianza en sí mismo...", escribió Hayward. Pero de una cosa no tenía la más mínima duda: "Cesc Fábregas es el mejor futbolista joven del mundo, mejor incluso que Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney o Leo Messi".
Esto lo escribió Hayward antes de que Fábregas hubiera marcado su primer gol de la temporada (lo logró por fin el sábado pasado, tras ocho meses de sequía). Pero tal es la calidad que Hayward, y todos los expertos ingleses, perciben en el español que su nombre acaba de aparecer entre los finalistas del premio individual de más prestigio que otorga el fútbol inglés. Esta noche, en una ceremonia en Londres, la Asociación de Futbolistas Profesionales elige al que el gremio considera el mejor jugador del año. Como en los Óscar, hay seis nominados: Didier Drogba, del Chelsea; Steven Gerrard, del Liverpool; Cristiano Ronaldo, Paul Scholes y Ryan Giggs, del Manchester United; y Cesc Fábregas, del Arsenal.
Lamentablemente, y pese a los argumentos de Hayward, el español no ganará. El premio se lo llevará, casi seguro, el portugués Ronaldo. O, si no, el portento marfileño Drogba, que ha anotado 31 goles esta temporada. Pero el haber entrado en esa lista de seis tiene un mérito extraordinario. Por varias razones.
Primero, que Fábregas es el más joven de los seis, con 19 años (Cristiano Ronaldo tiene 22). Segundo, que su equipo, el Arsenal, ha tenido una temporada relativamente pobre. Tercero, que ha dejado fuera de la lista a jugadores de la talla de Frank Lampard y Michael Essien del Chelsea, Xabi Alonso del Liverpool, y Berbatov, el goleador búlgaro del Tottenham. Cuarto, que es el primer español de la historia en entrar en esta convocatoria.
Fábregas también figura en la lista de los seis nominados para el galardón de mejor jugador joven del año. Merece ganarlo, por la desproporción en su juego entre edad y madurez. Lo definió bien hace poco otro de los maestros del periodismo inglés, James Lawton, del Independent. "Cesc es un niño", escribió, "con la cabeza de un general". Es decir, al talento natural que posee se agrega una frialdad de autómata y una inteligencia superior. Fábregas da la impresión de que su cerebro opera a otra velocidad; de que, como un ajedrecista, está tres o cuatro jugadas por delante del resto de los jugadores.
Si esto suena un poco exagerado, no es nada comparado con los elogios que le lanza Paul Hayward, cuyo principal argumento a favor de su héroe es que, sí, habrá jugadores más rápidos y más vistosos, pero nadie maneja los tiempos de un partido con el aplomo del joven español. Hayward celebra la suerte que tuvo el Arsenal en "robar" a Fábregas al Barcelona. "El fútbol inglés", escribe, "ha capturado a un visionario capaz de lograr que el tráfico demente habitual en nuestro juego se mueva a su elegante compás".

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