Creo que el marxismo y el pobre Gramsci llevan muertos mucho y no lo asumen. Como Willis, ya saben. Pero merece recuperarse una idea de Don Antonio, que detestaba la idea de los intelectuales, como “hombres de letras” apartados de los “simples”, y creía en una suerte de hidra, el “intelectual colectivo” de la clase obrera:
"Por intelectuales es preciso entender no sólo aquellas capas comúnmente designadas con esta denominación, sino en general toda la masa social que ejerce funciones organizativas en sentido lato, tanto en el campo de la producción como en el de la cultura y en el político-administrativo."
Gramsci detestaría ciertas formas en el articulo de hoy en El Mundo de Manuel Hidalgo, a quien despectivamente habría calificado de orgánico. Los piropos de los herederos de Marx serían irreproducibles. Un hombre de bien hoy le habría retado a duelo o, directamente, lo ridiculizaría en plaza pública como escarnio.
La mera presentación despectiva merece un severa corrección. Cita a
"un tal Floyd Mayweather, norteamericano, y un tal Manny Pacquiao, filipino. Las fichas no consignan su inteligencia, pero sí el peso de su carne en kilos: 68 y 65, respectivamente."
Un tal. No consignan su inteligencia. El peso de su carne... El tal Hidalgo no resulta muy educado. Teniendo en cuenta su superior desempeño, según él da a entender, en lo relativo a la inteligencia... Dicen del Señor Hidalgo que es todo un renacentista. Le gusta escribir y ama el cine. El cine y el boxeo (o cualquier otro tipo de competencia) tienen todo un matrimonio intensito a sus espaldas. Pero no debe haber comprendido nada del minutaje de Million dollar baby, de Marcado por el odio, de Rocky, de Fat city, de El ídolo de barro.
Tras dejar claro que no es muy apropiado semejante desembolso (no debe saber de las obras benéficas de los contendientes, ni de la labor entregada a su pueblo de Manni Pacquiao) para tanto hombre sudoroso y tal, pronostica que son ambos
"serios aspirantes al título de juguete roto, de marginal social, de cabeza gaseosa, anómala y en mal funcionamiento"
No sabe que son púgiles épicos, con una carrera deslumbrante a sus espaldas, que han elegido su carrera minuciosamente, que danzan y se deslizan de una forma ensayada, dominando tras un estudio minucioso las destrezas del rival. La forma de defenderse de Floyd, un luchador realmente impertinente y arrogante, es prodigiosa. Pacquiao es la velocidad y el rigor en la aplicación de la táctica.
Para el Sr. Hidalgo el público que acude a los rings es,
"una turba gritona y sobreexcitada."
Cree que el boxeo, está
"muerto o alelado como tantos de sus practicantes y seguidores".
Y considera que
"no parece que el boxeo -dos toros salvajes chocando sus puños y sus frentes - sea una práctica deportiva".
El Sr. Hidalgo considera que la practica deportiva es otra cosa. Los intensísimos entrenamientos a los que durante más de 18 años se han sometido estas figuras con cuerpos devastados a base de tantas horas de gimnasio y carrera continua han sido una pérdida de tiempo.
En una última deposición moral, el eximio escritor no comprende que se le haya escamoteado la existencia de los púgiles y del combate.
"¿Por qué no hemos sido informados antes de la existencia de estos caballeros?, ¿por qué aparecen de repente ante nuestra vista?"
No caben más despropósitos en tan poquito papel. Y lo habrá cobrado bien. No solo desconoce que lleva fraguándose este intercambio de "frentes y puños" desde hace más de 8 años, ni se ha preocupado en ver el excelente documental Manny (2014). No se contenta con llamar imbéciles, retrasados, a aficionados y luchadores.
Como buen intelectual orgánico niega al que habite lejos de su torre de marfil de intereses y filias la condición de mero SER. Y sobre todo, este cineasta orgánico, niega lo que tanto les duele a los simples retratistas, la libertad y la lucha individual por alcanzarla.
En su cinismo casi fascista niega la capacidad del ser mortal de existir sin tener él ni idea ni autorizarlo ni establecer la bolsa en juego. Discute que un hombre libre, de casa humilde, opte a los 12 años tras ver a su padre comiéndose un perro por luchar para alcanzar una vida digna.
El célebre, con permiso del Sr. Hidalgo, Freddie Roach, es el entrenador de Manny y antes lo fue de Julio Cesar Chavez entre muchos. Tiene Parkinson con tan solo 55 años y vocaliza con dificultad. Es un hombre adorable. Al final de su carrera como luchador veterano veía a su alcance una última disputa por el título mundial y su apoderado dijo NO. El riesgo de una lesión fatal era muy elevado. El castigo en esos últimos combates iba a ser severo.
Freddie dejó a su manager. Optó por pelear. No alcanzó el título y culpa a esa decisión de su enfermedad. No se lamenta. Es el juego de vivir. Sé que al Sr. Hidalgo a veces le ponen el café hirviendo a veces. Que ha visto películas con mucho aire acondicionado. Que en la facu corría para llegar al cineclub. Y que tengo una opinión de El pecador impecable. Nadie es perfecto. Ni su pose, ni sus gafas, ni su voz engolada. Aunque no nos de permiso.
No he cuidado la tipografía porque lo mismo veo el combate esta noche y, sin saberlo, soy un perfecto tonto.