Google, la madre y la serpiente. Amor y odio

Robot Wildcat, hoy de Google

Google ha creado un mundo nuevo. Apple lo hizo. Pero Apple ha ido cediendo en su Laberinto. O tal vez, Google es la herramienta mas importante del mundo. Y Apple ha decidido centrarse en las cosas, no en los sistemas.

Cada año, desde hace unos quince, Google nos ha dotado de Gmail, Earth, News, Calendar, Maps, Adwords, Adsense o Drive. Ahora inicia una era, tras años de investigaciones secretas, con el Watch, con los coches, la televisión, los robots... Ha alterado totalmente la forma de organizarnos en la empresa, en casa, y casi intimida su poder, nuestra dependencia. La Unión Europea reprocha al gigante su posición de dominio. En realidad, tiene miedo. ¿Y si un día Google se hace de pago? ¿Conocemos lo que ha permitido alcanzar a las empresas mas pequeñas?

Google ha gestado una raza de jóvenes sorprendentes. Y han nacido nuevas formas de vida, de emplearse. Los SEO, los SEM, los developers. Y la revolución que se ha producido en el lenguaje es algo inaudito. No solo ha introducido con su influencia multitud de nuevas expresiones (googlear, tagear, desarrollar, metadata, marcado, analytics, tools, indexar). Ha modificado nuestra forma de pensar.

La capacidad de moverse en múltiples sintaxis propia de los programadores, integrando lenguajes con códigos diversos a un mismo grupo sintáctico paraliza a cualquier lingüista. Un día son relevantes los links, otro la tipografía, otro la inserción del Google Tag Manager. Yo no puedo seguir su ritmo. Estoy perdido con lo de añadir marcado de datos estructurados, con las Metatags semánticas...Todo aquel que quiera vender cualquier clase de producto hoy, en el mundo entero, vive en unos días de desasosiego ante los rumores de modificaciones en los criterios de Google.

Las máquinas que ahora está adquiriendo en el campo de los robots militares asustan muchísimo (véase video Google Buys Scary Military Robot Maker) pero su control del principal canal de venta de productos, información y servicios del mundo resulta aún más intimidatorio. Wikileaks no deja de ser un campo de juegos en el que Google tan solo chapotea.