domingo, mayo 15, 2005

El reino de Ridley



La voluntad de poder es lo único que puede sostener la larga carrera de un hombre como Ridley. Mantener a cientos de personas (miles en algunas jornadas) sometidas al frío, la altura, el barro y el viento, para hacer realidad una visión no se consigue solo con la vanidad de la autoria. Se precisa mucho mas. 
Ridley sabía perfectamente que Orlando iba a fracasar. No es mas que un chavalín. Orlando no habría sobrevivido ni a la construcción del poblado. Pero Ridley solo vive para sus imágenes, sus gigantescas visiones. Capó la secuencia inicial de la reconstrucción del castillo, la cena de Lian en el castillo y la de la cárcel en la que estaba preso un demenciado Balliant.


Al final te quedas con el esfuerzo bestial, el cuerpo señalado, el castillo olvidado. Te dices que nunca volverás a conducirte al límite, que la vida es mas que una película, que los mas listos dosificaron su entrega y siguieron tranquilos. Yo permanezco sentado en mi sitio, riéndome en silencio de la ingenuidad de mis 40 años, pretendiendo disfrutar de las nuevas obras de Ridley sin querer matarle. Y le quieres...

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