El triunfo de esta tenaz belga Justine Henin-Harden, es fruto de una manita talentosa y mucho entrenamiento en la finca de Ferrero. Es diminuta para la media del torneo y ha sido una irrefutable numero uno en los últimos tiempos. En una competición tan física, una lesión de 8 meses acaba con el trabajo de toda una vida. Monstruos de la natura como las Williams, Davenport, Mauresmo o esas rusitas que vienen hambrientas, te hacen no entrar en la pista.
Desde esa liliputiense chispa salen golpes, de nuevo, que corren de esquina a esquina. Es una alquimia logarítmica (que idioteces se dicen). Muchos la han acusado de doparse pero la calidad del recorrido de sus golpes no encuentra sentido en droga alguna. Su reves a una mano es un modelo de psicomotricidad. Para atacar con los drives, cuando sufre altos y pesados golpes liftados, tiene que dar un brinco adolescente. Por mi, drógate lo que quieras. Congratulations, Justine.
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