sábado, diciembre 09, 2006

Negacionistas


El intento de los nazis alemanes de eliminar a toda la población judía europea, es la mayor locura a la que  debió enfrentarse ese pueblo en su historia, tras pogromos múltiples, leyendas negras, la lucha por la supervivencia ante el mundo árabe, desde los tiempos de los faraones. Es también un problema cristiano. La mayoría de los perpetradores del Holocausto eran miembros bautizados de la Iglesia. Los espectadores no hicieron nada para impedirlo,  y también eran reputados miembros de las Iglesias protestante y católica.

Medio centenar de 'negacionistas' han sido invitados por el gobierno de Irán para cuestionar la muerte de seis millones de judíos por los nazis. Es un nutrido grupo de pensadores europeos que participará la semana que viene en Teherán en una conferencia que cuestiona la muerte de seis millones de judíos a manos del nazismo con cargo al Ministerio de Exteriores irani. Los ponentes son anónimos: en una decena de países europeos negar el Holocausto es delito. Algunos viven desperdigados en países europeos que les han ofrecido asilo político. Otros están en prisión. Son muy activos a través de Internet, pero rara vez se encuentran. Teheran es su gran cita, y algunos de ellos correrán el riesgo de volver a prisión con tal de participar en lo que consideran un caso único del ejercicio de la libertad de expresión.

John Sack escribió “Daniel in the Denial Den” (“Daniel en la caverna de los negadores”), en la revista Esquire, febrero de 2001. En él, describe sus experiencias en una “conferencia internacional” del Institute for Historical Review, en California. Allí el Dr. Robert Countess, ministro presbiteriano y profesor de griego clásico y hebreo usaba una camiseta con esta inscripción: ¿NINGÚN AGUJERO? ¡NINGÚN HOLOCAUSTO! (Esto se refiere a la afirmación de un negacionista francés, Paul Faurisson, que examinó los techos en ruinas de las infames cámaras de gas del campo de concentración de Auschwitz, y no encontró los agujeros por los cuales se habría introducido el gas ciánido para matar a las personas allí encerradas. Entonces llegó a la conclusión de que el Holocausto era un mito). Antes, Countess había declarado en una carta al editor del número de marzo de 1988 de la revista de libertad religiosa Liberty, de los Adventistas del Séptimo Día, que “las investigaciones académicas actuales” sobre la era nazi revelaban “las extremas exageraciones” de las muertes de judíos. El número de judíos “desaparecidos durante el período de guerra está a lo suma entre 300.000 y 1.500.000”.

Herman Otten, luterano, decía en Christian News, de 1990: “Llegó el momento de que los cristianos dejemos de creer y promocionar una de las mayores mentiras y calumnias del siglo XX”. Es la idea de que los alemanes exterminaron a seis millones de judíos durante la segunda guerra mundial, y planeaban matar a todos los judíos de Europa. Desafiaba a “una de las doctrinas más sagradas del mundo”, la “religión del Holocausto”. Promocionar esta “farsa” como verdad, era mentir, y constituía una violación al mandamiento de no levantar falso testimonio.

En Irán, 67 investigadores de 30 países quieren desmontar "una de las herramientas de propaganda, utilizada con fines políticos para apoyar al pueblo judío en el siglo XX", según reza la presentación del encuentro, que se celebrará el próximo lunes y martes en Teheran, en el Ministerio de Exteriores irani. Serge Thion, de 64 años y antiguo investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de París, condenado en Francia por "poner en cuestión la existencia de crímenes contra la humanidad", piensa que el presidente irani, Mahmud Ahmadineyad, "ha hecho soplar vientos de libertad" al poner sobre el tapete el Holocausto. "Parece mentira que los iranies nos tengan que dar lecciones de libertad de expresión". Flávio Gonçalves, un joven portugués anarcosindicalista, piensa que el Holocausto es "la coartada perfecta para que Israel haga lo que quiera". "El régimen iraní está siendo un apoyo importante para las corrientes revisionistas y negacionistas de Europa". Gonçalves es un miembro atípico del movimiento revisionista, dominado por la extrema derecha (esto debe decirlo EL PAIS).
Robert Faurisson, venerado líder de 78 años, teme ("Las victorias del revisionismo") confirmar su participación. "¿Ha oído hablar de la euroorden? Podemos ser detenidos en cualquier parte de Europa". Condenado recientemente a tres meses de prisión y para quien las cámaras de gas fueron simplemente "hornos crematorios donde se llevaban los cadáveres. Era necesario, porque entonces había muchas infecciones". Austria, Bélgica, Francia, Alemania, la República Checa, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Suiza tienen leyes que condenan la negación del Holocausto. En virtud de estas normas, son muchos los negadores que han acabado entre rejas. El neonazi alemán Ernst Zundel, encarcelado en su país desde hace más de dos años por difundir propaganda nazi e incitar al odio después de ser extraditado desde Canadá, es uno de los reos más célebres y admirados del movimiento.



Junto a él, también en prisión, Horst Mahler, ex fundador de la Baader-Meinhof, la Fracción del Ejército Rojo alemán, y hoy miembro de la extrema derecha. Hace meses que a Mahler, uno de los invitados de excepción de la conferencia de Teherán, las autoridades alemanas le retiraron el pasaporte tras anunciar su intención de participar en el seminario. Su asistencia ha quedado descartada. No se piensa en ningún español, aunque sí en Gerd Honsik, miembro de la extrema derecha austriaca afincado cerca de Marbella, del que sus amigos dicen desconocer su actual paradero. Honsik tiene vínculos con la Falange de Málaga, con otras páginas negacionistas y con foros germánicos.

Ahmadineyad cuestiona el Holocausto de mil formas. Primero fue el concurso irani de caricaturas sobre el Holocausto, convocado como reacción a la publicación en un diario danés de unas viñetas de Mahoma. Y ahora, la conferencia. La crisis de las viñetas se ha convertido en la coartada argumental de los negacionistas, que argumentan que la libertad de expresión que Europa predica a la hora de permitir la publicación de caricaturas del profeta debería aplicarse también a los que niegan los crímenes del nazismo.

Otra controversia importante es la de la “singularidad” del Holocausto, cuestión analizada en el simposio editado por Alan S. Rosenbaum, Is the Holocaust Unique? Perspectives on Comparative Genocide (Boulder, CO: Westview Press, 2001). “¿Es este genocidio tan único que sólo puede ser la experiencia del pueblo judío, y no puede analizarse ni explicarse, sino sólo ser considerado como lo Tremendum, algo tan imponente y terrible que los no-judíos no pueden identificarse con él? ¿Puede considerarse a otros genocidios, como los de Armenia, Camboya o Ruanda-Burundi, como holocaustos? Si así fuera, ¿relativiza o trivializa esto al Holocausto judío? ¿Se trivializa este término cuando es usado por los movimientos pro-vida (anti-aborto) de los Estados Unidos, que se refieren al holocausto que se perpetra contra los “no nacidos”, y cuando los afroamericanos definen la esclavitud como “nuestro holocausto”? Si fuera relativizado en alguna forma, ¿perdería así su fuerza para frenar la larga tradición de antisemitismo que acosó de tal forma a la humanidad?

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