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| Su celebrado texto Gay Rock |
Decía Javier Marías que la movida madrileña era gente con tiempo libre en un recreo y ′en el recreo lo que más se hace es presumir, pegarse un poco y jugar a la comba′. Los hijos del periodista Haro Tecglen (que perdió cuatro hijos) como los Panero, retratan ese tiempo de locura porque ′si recuerdas la Movida, es que no estuviste en ella′.
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| Eduardo Haro Ibars |
El estupendo "El contorno del abismo, vida y leyenda de Leopoldo María Panero" ya anticipó la demolición de ese tiempo idealizado, plagado de muertos, en el que la modernidad tenía que mostrarse como fuera. Era un primer acercamiento a la frenética existencia de esos herederos de la nueva élite, decepcionados por sus padres, sobrevenidos héroes de la nada, que presumían de exilios antifranquistas, de represaliados con paradójicos puestos en embajadas, organismos públicos, diarios financiados copiosamente, etc. Puede que en el fondo de esta demencial carrera autodestructiva residiera la esquizofrénica ocultación de lo innombrable que marcó la existencia paneriana.
El joven Eduardo Haro Ibars
Hay quien dice que se puede perdonar a Haro Tecglen todo salvo que abandonara a su hijo Eduardo Haro Ibars al saber que era gay y heroinómano. Es difícil creerlo. Otros afirman que llegó a utilizarlo como negro en un libro sobre el nazismo que firmó el padre tras prometerle que le daría todas las ganancias y que acabó dándole sólo 100.000 pesetas. La leyenda es infinita. Lo cierto es que al joven le encantaba escribir y lo hacía de forma tan compulsiva que su padre lo tildaba de "grafómano".
Eduardo Benavente de Paralisis Permanente, muerto a los 20 años
Eduardo Haro y Leopoldo María Panero eran dos voces poéticas opuestas, rivales, que se amaron y detestaron. Un excelente libro de Benito Fernández, 'Eduardo Haro Ibars: los pasos del caído' relata la leyenda del mítico hijo de mi (en el peor sentido del término) nunca suficientemente sorprendente Haro Tecglen. Casi siempre son odiosas las palabras del vejestorio pero no puedo deshacerme de una compasión infinita por ese sufriente carnaval funerario que ha sido su vida.
Eduardo Haro Ibars (Tánger 1948- Madrid 1988)
El libro muestra a Eduardo Haro Ibars como un ser excesivo, pendenciero, gamberro, macarra y violento tras recopilar durante más de seis años más de un centenar de entrevistas en torno al factotum, poeta de la movida madrileña. Incapaz de mantener un trabajo y domicilio estavles, Haro Ibars vive de la generosidad de su madre o de la paciencia de los amigos. Bebe hasta perder el conocimiento y pega a novios y novias por igual. Hay quien considera que su gran talento era el articulismo, con su labor como columnista de la revista Triunfo. Sus letras para la Orquesta Mondragón (como Luis Alberto de Cuenca) lo mitificaron entre los más jóvenes. Su poema "Pecados más dulces que un zapato de raso"- da lugar a una de las grandes canciones de Gabinete Caligari.
Alaska, El Zurdo y Carlos Berlanga en el Rastro
Para muchos siempre será el primer freak que hubo en España. Haro Ibars era inclasificable dentro de ese mundo de rojos y azules que tanto gustaba a su padre propagar. Muchos pretendieron usar su imagen ridículamente como un improbable precursor del movimiento gay en España, cuando él detestaba cualquier clasificación.
"Lo que escribo ha de verse como separado de cualquier tipo de escuela o capilla que en este momento funcione. Digo esto con el mayor respeto hacia mis contemporáneos; pero espero que ese respeto me permita, siempre, tomar distancias".
Antonio Vega en el Penta
Otros usan a Eduardo como si de un luchador antifranquista se tratara. Es muy español aprovechar de un buen cadáver hasta el aroma. Tal vez le resultó tan sencillo el combate que acto seguido necesitó una lucha verdadera y se dedicó a probar todas las drogas, todos los cuerpos... Las drogas lo llevaron al suicidio en 1988. Junto con Leopoldo María Panero fue el poeta español que comienza a escribir sobre la heroína. El "caballo de la muerte" ocupará un buen número de páginas en "¿De qué van las drogas?", texto divulgativo de 1978.
En 1985 da negativo en el test de VIH. Pero su adicción es tal que pronto el deterioro físico es evidente. Si. Tiene el sida, el “cáncer de los gays”. El autor de “Gay Rock” (1975), presuntuoso promiscuo, moriría tras contraer la misma enfermedad que se llevaría a su hermano Eugenio (1991), a Blanca Uría (1996), a Pepe Risi, a Cucha Salazar, etc.
La razón de este texto es la frase en la que el autor de la biografía culpaba de la vida azarosa de Haro Ibars así como de su trágica resolución a la falta de afecto de su padre Haro Tecglen. Muchos me han repetido esa leyenda pero me cuesta depositar semejante lápida sobre la vida de ningún hombre.
"Han decidido/ que tu sitio lo ocupe otro bandido".
El estupendo "El contorno del abismo, vida y leyenda de Leopoldo María Panero" ya anticipó la demolición de ese tiempo idealizado, plagado de muertos, en el que la modernidad tenía que mostrarse como fuera. Era un primer acercamiento a la frenética existencia de esos herederos de la nueva élite, decepcionados por sus padres, sobrevenidos héroes de la nada, que presumían de exilios antifranquistas, de represaliados con paradójicos puestos en embajadas, organismos públicos, diarios financiados copiosamente, etc. Puede que en el fondo de esta demencial carrera autodestructiva residiera la esquizofrénica ocultación de lo innombrable que marcó la existencia paneriana.
Hay quien dice que se puede perdonar a Haro Tecglen todo salvo que abandonara a su hijo Eduardo Haro Ibars al saber que era gay y heroinómano. Es difícil creerlo. Otros afirman que llegó a utilizarlo como negro en un libro sobre el nazismo que firmó el padre tras prometerle que le daría todas las ganancias y que acabó dándole sólo 100.000 pesetas. La leyenda es infinita. Lo cierto es que al joven le encantaba escribir y lo hacía de forma tan compulsiva que su padre lo tildaba de "grafómano".
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| El joven Eduardo Haro Ibars |
Hay quien dice que se puede perdonar a Haro Tecglen todo salvo que abandonara a su hijo Eduardo Haro Ibars al saber que era gay y heroinómano. Es difícil creerlo. Otros afirman que llegó a utilizarlo como negro en un libro sobre el nazismo que firmó el padre tras prometerle que le daría todas las ganancias y que acabó dándole sólo 100.000 pesetas. La leyenda es infinita. Lo cierto es que al joven le encantaba escribir y lo hacía de forma tan compulsiva que su padre lo tildaba de "grafómano".
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| Eduardo Benavente de Paralisis Permanente, muerto a los 20 años
Eduardo Haro y Leopoldo María Panero eran dos voces poéticas opuestas, rivales, que se amaron y detestaron. Un excelente libro de Benito Fernández, 'Eduardo Haro Ibars: los pasos del caído' relata la leyenda del mítico hijo de mi (en el peor sentido del término) nunca suficientemente sorprendente Haro Tecglen. Casi siempre son odiosas las palabras del vejestorio pero no puedo deshacerme de una compasión infinita por ese sufriente carnaval funerario que ha sido su vida.
El libro muestra a Eduardo Haro Ibars como un ser excesivo, pendenciero, gamberro, macarra y violento tras recopilar durante más de seis años más de un centenar de entrevistas en torno al factotum, poeta de la movida madrileña. Incapaz de mantener un trabajo y domicilio estavles, Haro Ibars vive de la generosidad de su madre o de la paciencia de los amigos. Bebe hasta perder el conocimiento y pega a novios y novias por igual. Hay quien considera que su gran talento era el articulismo, con su labor como columnista de la revista Triunfo. Sus letras para la Orquesta Mondragón (como Luis Alberto de Cuenca) lo mitificaron entre los más jóvenes. Su poema "Pecados más dulces que un zapato de raso"- da lugar a una de las grandes canciones de Gabinete Caligari.
Para muchos siempre será el primer freak que hubo en España. Haro Ibars era inclasificable dentro de ese mundo de rojos y azules que tanto gustaba a su padre propagar. Muchos pretendieron usar su imagen ridículamente como un improbable precursor del movimiento gay en España, cuando él detestaba cualquier clasificación.
"Lo que escribo ha de verse como separado de cualquier tipo de escuela o capilla que en este momento funcione. Digo esto con el mayor respeto hacia mis contemporáneos; pero espero que ese respeto me permita, siempre, tomar distancias".
Otros usan a Eduardo como si de un luchador antifranquista se tratara. Es muy español aprovechar de un buen cadáver hasta el aroma. Tal vez le resultó tan sencillo el combate que acto seguido necesitó una lucha verdadera y se dedicó a probar todas las drogas, todos los cuerpos... Las drogas lo llevaron al suicidio en 1988. Junto con Leopoldo María Panero fue el poeta español que comienza a escribir sobre la heroína. El "caballo de la muerte" ocupará un buen número de páginas en "¿De qué van las drogas?", texto divulgativo de 1978.
En 1985 da negativo en el test de VIH. Pero su adicción es tal que pronto el deterioro físico es evidente. Si. Tiene el sida, el “cáncer de los gays”. El autor de “Gay Rock” (1975), presuntuoso promiscuo, moriría tras contraer la misma enfermedad que se llevaría a su hermano Eugenio (1991), a Blanca Uría (1996), a Pepe Risi, a Cucha Salazar, etc. La razón de este texto es la frase en la que el autor de la biografía culpaba de la vida azarosa de Haro Ibars así como de su trágica resolución a la falta de afecto de su padre Haro Tecglen. Muchos me han repetido esa leyenda pero me cuesta depositar semejante lápida sobre la vida de ningún hombre.
"Han decidido/ que tu sitio lo ocupe otro bandido".
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