Apelar a la pobreza siempre ha sido un recurso bien socorrido para justificar la ira, la tosquedad, la envidia, el resentimiento, la seriedad. Tener amigos asesinos y bailar para dictadores siempre encuentra una excusa en cierta prensa. 
Apelar a la pobreza siempre ha sido un recurso bien socorrido para justificar la ira, la tosquedad, la envidia, el resentimiento, la seriedad. Tener amigos asesinos y bailar para dictadores siempre encuentra una excusa en cierta prensa. 
Así soy yo marino, comunista, pobre, cubano, bailarín y hasta serio. Insoportable.
Así soy yo marino, comunista, pobre, cubano, bailarín y hasta serio. Insoportable.


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