miércoles, mayo 06, 2015

Francis Ford Coppola y Orson Welles


En la vida nos gusta comparar. Es la manera de poner a nuestra grotesco alcance a los grandes, los inasibles. Cristiano o Messi. Tesla o Edison. Lewis o Owens. Leon o Fedor. Con la concesión del Princesa de Asturias para Francis y el centenario del nacimiento de Orson las mentes ociosas se plantean el duelo.

Un pomposo plumilla de El Mundo de nombre JORGE BENÍTEZ  se atreve a mentar a Dioses sin lavarse la boca con lineas como estas: 

"Coppola vivió la megalomanía y la supernova cocainómana de su generación en el Hollywood de los 70 que casi se llevó por delante a su generación. Quiso ser Orson Welles y retomó el proyecto de 'El corazón de las tinieblas' -libro que, como 'El Quijote', parecía maldito- y se marchó a Filipinas a rodar una versión psicodélica llamada 'Apocalypse Now'."

Una humillación para un heroico diario como El Mundo y con afición en mentar la droga cada poco. Deben tener información próxima. He trabajado con unas cuantas leyendas y es una dolencia que nunca pude constatar como para editarlo en un diario nacional.


Orson era El niño prodigio de KenoshaPero como dice atinadamente :


"si hay algo más grande que la obra de Orson Welles es la vida de George Orson Welles".

La obra mas hipnótica que he conocido ha sido El Padrino I y II. Y muchas partes de Apocalypse Now. No puedes dejar de mirar. La narrativa te come, te deja soldada la retina a esa luz con sombras. Algo tan fuerte, pero con una carga mas apolínea que demoníaca, menos pop y más intelectual, ocurre con El extraño o Sed de mal. Orson Welles debería haber nacido con los De Palma, Lucas, Spielberg, Scorsese, Schrader, Millius, Cimino.


La censura de las grandes corporaciones que devastó a Welles fue combatida en masa por esta generación. Orson fue díscolo (ay aquel proyecto de Brasil...) pero en los 70 hubiera sido la ninfa, la virgen clasicista, rodeada de salvajes. Orson se acostumbró a decir que dirigir era el trabajo mas fácil del mundo. No supo luchar contra los contables. Coppola se enseñoreó tanto de menospreciar y tomar por asalto esa parte del negociado que casi pierde la cordura en Filipinas. Su esfuerzo colosal puso en jaque su salud, sus propias finanzas. Pero qué resultado...

Orson vino a Europa persiguiendo su sueño clásico, su Don Quijote, su Cirano. Y ese pudo ser su error. Él se quejaba del montaje que hizo la Major de El cuarto mandamiento. A mi me resultó un título prodigioso. Aquí, en la vieja, clasicorra y lánguida Europa se amansó. Su Tercer Hombre es una tremenda joya. Y, a pesar de las presiones, o tal vez por ellas, todo merecía la pena. Ese era el juego a seguir. Le confesó a Peter Bogdanovich que pasó mucho más tiempo buscando dinero que haciendo cine. No supo pasar esa transición del autor al tahúr que se exigía para un cineasta. En Europa sentía un respeto hacia su torre de marfil. En América todo eso te hacía mas fuerte y se convertía la torre en un tanque. El periodo de domesticación que hoy vive Coppola llegó a Welles a una edad mucho mas temprana. Orson se sentía un artista puro, no un financiero; Francis reconocía en todas las facetas del cine el olor del napalm que acompaña cada negociado de este trabajo infernal. Y lo adoraba. 

Del mismo modo, sin Europa y su modus operandi no nacerían maravillas como Macbeth Otelo, o Campanadas a medianoche. Algunos tenemos esa peregrina idea de que Welles se refugió en los toros, experimentos, gastronomía y que Coppola lo dió todo hasta quedarse como su personaje Jack (Robin  Williams) vacío. En esa discretísima historia hay mucho de Francis. De la efímera creación que es la vida en la que las estrellas más espectaculares, más luminosas, tienen la existencia mas corta. Welles puede que no lo supiera. En fin. Cábalas y tonterías. Aunque con más respeto que el periodista de El Mundo. Paradójicamente, Lucas y Spiel b erg prefirieron rescatar al bueno de Kurosawa antes que la inconclusa de Welles


  • Jean Cocteau escribió: “Orson Welles un gigante con rostro de niño, 
  • un árbol lleno de sombras y de pájaros, un perro que ha roto la correa 
  • y se ha ido a dormir a un macizo de flores. Es un vago activo, un sabio loco y 
  • un solitario rodeado de humanidad”. 



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