Hoy quería contar cosas muy sesudas acerca de Axel Honneth, el optimista. Pero vi algo mejor. Este intelectual que dirige el Instituto de Investigación Social, una longeva casa fundada en 1923, la muy reconocida Escuela de Fráncfort va a esperar. En El derecho de la libertad (Katz, 2014) trata del uso de la ficción como herramienta para entender los movimientos que alteran la sociedad. Considera conveniente para el estudioso analizar “lo que cuentan la literatura y el cine (...) porque con frecuencia se adelantan.” Por eso hoy prefiero una historia que parece un cuento.
Judi and Dom named their store Spun because when you're on a mountain bike and you're in trouble on a trail, you are "spun out," and because when tweakers take too much crystal meth, they become "spun.
Se trata de Spun, un delicado relato de la revista www.bicycling.com que firma Steve Friedman. Trata de la relación de un mecánico de bicis de 34 años que vive con su madre (que quiso ser de niño peluquero, y pasó a ser ex culturista, ex break dancer, casi ex barman) y que ahora se apasiona criando pit bulls; y una drogadicta con unas magnificas calves de triatleta...
Él ha jugado con el alcohol y con algo de crack. Ella a sus 37 ha pasado por todo hospital que se precie como puede deducirse de su tatuaje (Fuck Off) en el tobillo derecho. No quiere ver a su padre rico y ha perdido todos sus ahorros de una escueta vida laboral en una casita de ladrillo de una planta y dos habitaciones para ella y sus dos grandes Dobermans. Ella pagó $ 64.000 apostando a que mejorase el barrio. Pronto la casa valdrá $ 19.000. Ahora hace deportes de resistencia. La heroína fue su entrenamiento.
Judi Rothenberg y Dominic LoPresti no dan ya un duro por nada ni nadie. Se saben condenados. Están exhaustos. Dominic sueña aún con su mayor viaje, el de la BMX freestyle. Ella con la nada.
Léan el resto, por favor.
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