lunes, mayo 25, 2015

Emmanuel Todd y Alemania

Cuando el Señor Emmanuel Todd escribió en 2003 Después del imperio: Ensayo sobre la descomposición del sistema norteamericano ya era muy conocido. No parece que acertase en nada. El declive yankee, tras la presidencia mas mediocre en la historia de su jefatura de estado, no se ve por ninguna parte; sus empresas son las mas poderosas e influyentes de todos los tiempos y en la crisis del Estado Islámico se suplica su intervención como en los tiempos de su mayor apogeo, durante las dos guerras mundiales. 






Sin embargo, Emmanuel Todd no ha sufrido ninguna clase de descrédito. Su afán de burguesito polemista, su posicionamiento agresivo e impredecible, lo mantiene muy vivo. Es lo mejor que se puede decir de un escritor, antropólogo e historiador francés. Estar muy vivo.

Durante los últimos meses, Todd (contrario al concepto de europeismo vigente en Bruselas y en muchas ocasiones tachado de germanófobo o racista) ha mantenido un intercambio de artículos y disidencias con el primer ministro Manuel Valls, tras sus severas críticas al presidente Hollande y por su libro ¿Quien es Charlie?

Según Todd, Hollande representa una suerte de catolicismo zombi que impregna, ya cadaver, la izquierda que defiende el PS. Todd considera que el laicismo radical es una amenaza para la libertad de creencia. E identifica este gobierno socialista con el de Vichy, al servicio de Alemania. 

Con sólo 25 años predijo en 1975, en la Universidad de Cambridge, la explosión del sistema soviético en su libro La Chute Finale (El Hundimiento Final). Mas tarde, con La Invención de Europa (Tusquets,1996) atacó la unidad monetaria. La diversidad de las sociedades europeas hacía imposible para Todd semejantes convenciones.  

Sus investigaciones, desde su tesina de juventud, se apoyan obsesivamente en el estudio y traslación a otros territorios de las divergencias de los sistemas familiares. Tras la observación de los problemas de integración de los inmigrantes en Francia, Reino Unido y Alemania, así como de sus matrimonios mixtos llegó a la conclusión de que el euro no era viable.

Tal vez por ello, y a resultas de estos choques culturales analizados en la familia, ha resultado especialmente crítico con la defensa francesa del fenómeno Charlie Hebdo. Para Todd el progreso democrático reside en la alfabetización, y no ve defensa ideológica para la ofensa de la caricatura. Libre, si, pero ofensiva.

Todd dice "sentir aversión al angelismo pro-europeo" y no percibe una Francia fusionada a España, Finlandia, Irlanda y Alemania, sino a poblaciones de origen europeo, africano, árabe y asiático están fusionándose en la región de Paris. No es una Europa igualitaria. Alemania con sus satélites de Europa del norte y los países bálticos rige nuestros pasos. 


"Alemania es Alemania, disciplina, eficiencia, 
obstinación en la búsqueda de objetivos específicos."

Todd recuerda que Alemania era un país prodigiosamente civilizado, que podía de vez en cuando, transformarse en un perro enrabiado completamente demente. Y aunque no debemos temer hoy nada rememora "su incapacidad tradicional de permanecer tranquilamente en posición de jefe". Para este antropólogo el modelo familiar alemán es por naturaleza autoritario, jerárquico y desigual, en el que el lider "es incapaz de pensar en términos de libertad o igualdad y entra en pánico ante la libertad que le procura el poder".  

Alemania tuvo su primer periodo de gran crecimiento tras la reunificación de 1870; se convierte en la primera potencia económica del continente. Al tomar conciencia de su poder, inicia una serie de actos irracionales hasta la Primera Guerra Mundial. Hoy volvemos a un modelo jerárquico que agrada a Alemania; los países del Norte comienzan a considerarse superiores a los países del Sur. Es la división Norte-Sur. 

Para Todd, hoy Francia apoya la sumisión al criterio alemán. Y cree que se debe a su estructura familiar. A su devoción por la familia obediente y jerarquizada. Hay dos Francias. La liberal e igualitaria, parisina, laicista (que él equipara a Andalucia!!! y la nueva Castilla), descristianizada y, por otra parte, la periférica, sostenida en una familia troncal, más gallega y catalana, vichista, antisemita, monárquica, antirrevolucionaria y católica. Esta segunda es afín a Alemania según Todd. Austera y predominante hoy en Francia aún siendo minoritaria.

Cuando esta familia igualitaria  predominaba (dice en La Invención de Europa) surgieron los ideales de la Revolución Francesa. Pero el poder vigente se agotaba. Los países latinos destrozan sus élites al ser indisciplinados. Las élites quieren alemanes. Por ello hoy Francia depende financieramente del crédito alemán y su industria se ha muerto. Esta rendición ideológica y política ya fue glosada en los 40 por Marc Bloch y su ‘Extraña derrota’ (1940), y Manuel Chaves Nogales (1941) en ‘La agonía de Francia’.

Todd toma el término de  Pierre van den Berghe “Herrenvolk Democracy” (Democracia del pueblo de los señores) para describir a una democracia europea desigual con Alemania como pueblo dominante y otras poblaciones más o menos dominadas por culpa de una convergencia antropológicamente imposible, forzada desde una moneda única forzada, al servicio de Alemania, gran país crediticio y exportador.

Preocupado por el laicismo imperante en Europa, por causa del vacío metafísico (mayor tras la muerte del catolicismo), que sostiene todo un continente en valores como el matrimonio homosexual, la paridad, sin creencias reales, anclados en la razón, la igualdad y una extraña libertad, Todd presenta el euro como una moneda sacrificial con gran carga religiosa, un becerro de oro que sustenta una nueva creencia colectiva: el sueño europeo. 

Los alemanes nos entregan las tablas de la ley que mantendrán un euro indispensable para su industria de excedentes pero que obliga al resto a la austeridad, con una Europa entregada que no plantea ningún contrapoder a su hegemonía. Son tambien culpables la inacción de Francia, Reino Unido y la falta de unión de los países del Sur de Europa.

Todd se gusta cuando incorpora el elemento inmaterial a este debate. La ausencia de creencias. Incluso el libre mercado era una creencia, que considera en crisis. Ese espacio huero ha estimulado el odio al islam como sustituto a la fe. En su provocación máxima critica el "laicismo radical". El fin del catolicismo (lo llama zombi cuando se encuentra descristianizado) es su clave para comprender el odio al islam y la  pesadilla de la eurozona. Vivimos una religión monetaria (muy masón) en la que el euro es un dios paralizado por falta de creencias. De esa ausencia se nutren tambien el independentismo catalán y escoces, afirma Todd. Para él, la islamofobia es necesaria en esta religión como antes lo fue el antisemitismo. Un instrumento puramente europeo que crecerá contra los dos pueblos.   

El fin del euro dañará especialmente a los de edad más avanzada como ocurrió con la desintegración de la URSS. Afrontamos una pirámide de edades jamás vista en la Historia. El euro ha creado una zona de guerra máxima entre los países europeos en competición económica feroz para reducir el coste del trabajo respecto al vecino. Los países europeos precisan protegerse con la moneda y ve el hundimiento del euro como una suerte para Europa.

Stefan Zweig,  ‘Mundo de ayer’:


“Para el pueblo alemán el orden ha sido siempre más importante que la libertad o el derecho. Y quien prometía orden (el propio Goethe dijo que preferiría una injusticia a un desorden) desde el primer momento podía contar con centenares de miles de seguidores”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo que "Después del Imperio" de Emmanuel Todd anduviera tan desencaminado, dio una buena explicación de lo que pasa en los países musulmanes y predijo las "primaveras árabes".

Y Estados Unidos no está tan fuerte, hay muchos países que le hacen caso omiso, muchos más que antes, y sus empresas ya no son suyas, han escapado del marco regulatorio estadounidense y tratan a los estados de EE.UU. como antaño trataban a las repúblicas latinoamericanas.