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martes, noviembre 16, 2010

Mente que divaga, mente infeliz

El pensamiento errático tiene el honor de ser el responsable de grandes descubrimientos como la ley de la gravedad de Newton. Todos hemos experimentado alguna vez las bondades de dejar divagar a nuestra mente: la palabra en la punta de la lengua, dónde dejamos el destornillador, el apellido de un viejo amigo... Pero el precio que estamos pagando por pensar en lugar de centrarnos en lo que estamos haciendo podría ser alto. Ni más ni menos que la felicidad.

El cerebro es una especie de 'super ordenador', de funcionamiento complejo, del cual conocemos sólo una pequeña parte. Sabemos que tiene actividad consciente e inconsciente, ambas de igual importancia ya que permiten realizar acciones complejas a la vez y de forma fluida; y que es capaz de pensar en el menú de la cena mientras atendemos una llamada de trabajo, todo un logro evolutivo.

Esta capacidad de divagación "parece ser el modo operativo por defecto del cerebro", explican Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard (Cambridge, EEUU), en las páginas de la revista 'Science'. Sin ella, ciertas situaciones serían terriblemente aburridas, como conducir durante horas, tomar el sol o correr. Pero parece que 'abusamos' un poco de este recurso.

Killingsworth y Gilbert, movidos por las enseñanzas de varias corrientes religiosas y espirituales que promulgan que la felicidad está en el 'carpe diem', se preguntaron si el famoso aforismo acuñado por el poeta Horacio escondía la clave de una vida feliz. Si centrarse en el 'ahora mismo' y dejar a un lado el pasado y el futuro es bueno para la salud emocional.

Sexo, reducto de paz

Gracias a una aplicación para el iPhone -que demuestra que este dispositivo sirve para muchas más cosas que para comunicarse- desarrollada por ellos mismos, los autores pudieron preguntar a miles de personas qué hacían y pensaban en varios momentos del día y a tiempo real. Para este estudio, analizaron los datos obtenidas a partir de 2.250 adultos representativos de las principales actividades laborales del mercado.

Pero, fuera lo que fuera lo que hacía cada uno de ellos, sus mentes se dedicaban a divagar una media del 46,9% de las horas de vigilia. Así que, "nuestra vida mental está dominada en un grado destacable por el no-presente", señala Killingsworth, que estudia Psicología en la prestigiosa universidad americana. Cuando menos nos invaden estos pensamientos es durante la actividad sexual, el ejercicio o en una conversación.

En esos instantes en los que los participantes se ceñían a lo que estaban haciendo, es cuando eran más felices. Este fenómeno era cierto incluso cuando la actividad realizada no era especialmente entretenida e independientemente de si los pensamientos versaban sobre temas placenteros, neutros o negativos, aunque estos últimos eran los de peores consecuencias. Divagar, 'per se', era una fuente de infelicidad.

"El pensamiento errático es una excelente forma de predecir la felicidad de la gente", subraya Killingsworth. "De hecho, la frecuencia con la que nuestras mentes abandonan el presente y hacia dónde tienden a ir es mejor factor predictivo que las actividades en las que estamos inmiscuidos", añade.

sábado, mayo 16, 2009

TRIPTÓFANO y serotonina

Para que nosotros podamos elaborar serotonina, necesitamos un aminoácido, el cual extraemos de los alimentos, llamado L–TRIPTÓFANO y que nuestro organismo convierte en L–5–HIDROXITRIPTÓFANO (5–HTP) para su posterior conversión en Serotonina. El aminoácido esencial menos abundante en los alimentos, triptófano, es un neurotransmisor que interviene en una cadena de interacciones cerebrales que estimulan y regulan nuestro estado de ánimo y los patrones de sueño. 5–HTP, que se extrae de las semillas de la planta africana Griffonia simplicifolia, es un compuesto derivado del triptófano cuya suplementación se considera más potente y eficaz que la del propio aminoácido para potenciar la producción de serotonina y melatonina, especialmente en situaciones de estrés, insulino-resistencia y deficiencia de vitamina B6 o de magnesio. Esto es así, ya que de esta forma nos saltamos un paso enzimático.
Mikel García Iturrioz defiende su eficacia para elevar el estado de ánimo en depresión relacionada con niveles reducidos de serotonina, porque potencia los niveles de serotonina cerebral y porque es una forma segura de obtener melatonina: "Los estudios demuestran una reducción de los episodios depresivos de los sujetos estudiados y menos efectos secundarios en comparación con aquellos asociados con algunos antidepresivos farmacéuticos".
En caso de insomnio triptófano, y 5–HTP, tomado antes de acostarse es beneficioso para mejorar la calidad del sueño; también ayuda a quienes tienen desórdenes en los patrones del sueño: "La serotonina es un precursor de la melatonina, una hormona promotora del sueño que está involucrada en el establecimiento del ciclo circadiano sueño-vigilia". Iturrioz destaca su efecto antiansiedad y tranquilizante ("Alcanzado al elevar la serotonina cerebral, un potente relajante cerebral y del sistema nervioso"), así como la utilidad de 5–HTP en caso de comportamiento agresivo y trastornos obsesivo-compulsivos o alimentarios como bulimia y anorexia, alteraciones en las que suelen estar deprimidos los niveles de serotonina en el cerebro.
En relación a su papel como reductor del apetito, García Iturrioz sostiene que cuando se realiza una dieta de control del peso se produce una fuerte caída de los niveles de triptófano y de serotonina en el SNC, situación que se asocia con un mayor deseo o necesidad de ingerir carbohidratos: diversos estudios clínicos con personas obesas han demostrado, asegura, un descenso en la ingesta dietética y la subsiguiente pérdida de peso tras la suplementación con 5–HTP.
Por último, Iturrioz señala su utilidad como analgésico en migraña y dolores de cabeza crónicos o recurrentes, artritis reumatoide y fibromialgia. Triptófano, que aumenta la actividad de las endorfinas y es precursor del neurotransmisor serotonina que mitiga la percepción del dolor, es un aminoácido por lo general deficiente en caso de artritis reumatoide: "El aporte de triptófano reduce el nivel de dolor en quienes la sufren de forma aguda y crónica". Del mismo modo, los niveles de triptófano en plasma y suero pueden hallarse disminuidos en el caso de fibromialgia: "En varios estudios, quienes ingirieron 5–HTP refirieron reducción significativa de los puntos hipersensibles y de la intensidad del dolor subjetivo y mejorías significativas en la rigidez muscular, los patrones del sueño, la ansiedad y la fatiga". Iturrioz desaconseja su uso si se toman fármacos antidepresivos o tranquilizantes, pues puede tener efectos aditivos, así como precaución si se toma hipérico.
Según Arantzazu Gorostiza, Licenciada en Biología, son fuentes de triptófano las proteínas de origen animal, huevos, pescados y carnes, y en menor medida los cereales integrales, por lo que, junto con los sometidos a niveles altos de estrés, tienen mayor riesgo de deficiencia quienes siguen una dieta vegetariana estricta. El metabolismo del triptófano requiere, además, niveles adecuados de vitamina B6 y magnesio. Afirma que se ha demostrado la influencia directa de la ingesta dietética de triptófano en la cantidad de serotonina en plasma, cerebro y todo el cuerpo, hecho muy relevante por la implicación de serotonina en el control de la sensibilidad dolorosa, regulación del sueño, posición y tono postural, presión arterial y respiración, actividad de los ganglios basales, regulación endocrina y diversos estados afectivos como depresión y euforia, estados psicóticos y ansiedad. Añade que recientemente se ha descubierto que el cerebro masculino produce más serotonina que el femenino, lo que podría explicar por qué la depresión, anorexia, bulimia o migraña, afectan más a las mujeres que a los hombres.
Los doctores Arthur J. Roberts y Mary E. O'Brien afirman que se promueven suplementos de 5–HTP para tratar o aliviar diferentes trastornos (alimentarios, obsesivo-compulsivos y del sueño, migrañas, obesidad, fibromialgia, depresión y otros problemas de conducta) y como alternativa a medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina: "Estos fármacos aumentan los niveles de serotonina bloqueando la recaptación de la sustancia por parte del nervio, mientras que 5–HTP actúa incrementando la producción corporal de serotonina". Y por supuesto, incrementar la producción de serotonina de forma natural, es mucho mejor que tomar medicamentos, que al bloquear su recaptación, a la larga los receptores de serotonina del cerebro, se hacen cada vez más insensibles, lo cual con el tiempo tiene graves consecuencias.

domingo, diciembre 07, 2008

Heredar de un muerto

Tomar el relevo a un suicida es algo complejo. Apenas si sabes que poner. Cuando alguien se muere, impregna de su sustancia muchos espacios. Hoy leí algo cuántico y me acordé de él. Cuantos esfuerzos baldíos, cuanta energía enviada al desastre. La enfermedad me es familiar. Resulta mas dificil ponerse su ropa, sus zapatillas, usar su coche, correr por sus rutas. Hoy no lo hice. Ayer si. Sentí la traición que lo mató durante 55:02, con cierta calidad. Llevo unos días sin machacarme porque me acuerdo de él, de su ilusión por el cine. Estúpido.







domingo, noviembre 25, 2007

Apetito voraz y serotonina

Sumario Nº 1 > Tratamiento farmacológico de la obesidad. Tratamiento Farmacológico de la Obesidad. Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, Instituto Nacional de Salud, U.S. Public Health Service Informe del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), Instituto Nacional de Salud, U.S. Public Health Service, U.S.A, para profesionales de la salud e información pública sobre control del peso, obesidad y transtornos de la nutrición. Actualizado en Febrero de 2001.
Introducción
La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a muchas personas y generalmente requiere un tratamiento de larga duración para conseguir una pérdida de peso sustancial. Como en otras enfermedades crónicas tales como la diabetes o la hipertensión, la prescripción de medicamentos durante largo tiempo puede ser apropiada para ciertas personas. Aunque la mayoría de los efectos colaterales de los medicamentos para la obesidad son leves, también se han publicado algunas complicaciones graves. Se ha consignado la afectación de válvulas cardíacas en relación al empleo de ciertas medicaciones supresoras del apetito. A consecuencia de ello, los laboratorios suprimieron voluntariamente del mercado dos medicaciones, fenfluramina (Pondimin) y dexfenfluramina (Redux). Hay pocos estudios de más de dos años de duración que valoren la seguridad o eficacia de los medicamentos para la pérdida de peso. En particular, desconocemos la seguridad y eficacia de la combinación de más de un medicamento para la pérdida de peso, o de la combinación de este tipo de medicamentos con otro tipo de medicación con objeto de perder peso. Los fármacos para perder peso deben usarse solo en pacientes con riesgo médico por su obesidad, y no deben emplearse en adelgazamientos "cosméticos".
Fármacos que promueven la pérdida de peso
Los fármacos más empleados para la pérdida de peso son los "supresores del apetito", que promueven pérdida de peso reduciendo el apetito o aumentando la sensación de estar lleno. Estos medicamentos reducen el apetito por el aumento de la serotonina o de las catecolaminas, sustancias cerebrales (neurotransmisores) que afectan el estado emocional y el apetito. En 1.999, la Food and Drug Administration (FDA) aprobó el fármaco orlistat para el tratamiento de la obesidad. El orlistat actúa reduciendo en aproximadamente un tercio la capacidad de absorber grasa de los alimentos. La FDA también ha aprobado otros fármacos más disponibles para la pérdida de peso, y para utilizar durante corto tiempo, lo que supone unas pocas semanas o meses. La sibutramina y el orlistat son los dos únicos fármacos aprobados para su uso durante largos periodos en pacientes significativamente obesos, aunque su seguridad y eficacia no se han demostrado un empleo superior a un año. (Ver Tabla 1 para los nombres genéricos y comerciales de los medicamentos para perder peso).
Tabla 1: Medicamentos para tratamientos de pérdida de peso
  • Dexfenfluramin: Redux (retirado)
  • Dietilpropion: Tenuate, Tenuate dospan
  • Fenfluramina: Pondimin (retirado)
  • Mazindol: Sanorex, Mazanor
  • Orlistat: Xenical
  • Fendimetracina:Bontril, Plegine, Prelu-2,X-Trocine
  • Fentermina: Adipex-P, Fastin,Ionamin,Oby-trim
  • Sibutramina: Meridia
    La FDA regula cómo un fabricante puede dar publicidad o promover un determinado fármaco, pero estas normas no limitan la capacidad de un médico para prescribir esta fármaco en enfermedades distintas a las indicadas, o administrarlo a dosis diferentes o durante periodos de tiempo distintos a los establecidos. La práctica de prescribir una medicación durante distintos periodos de tiempo o para enfermedades no aprobadas, se conoce como uso "off-label" (fuera de la etiqueta, fuera de la indicación).
    Como esta utilización es frecuente en el tratamiento de muchas enfermedades, el enfermo estará más seguro si pregunta a su médico si está empleando un medicamento o una combinación de medicamentos de un modo no aprobado por la FDA. El uso de más de una medicación de pérdida de peso a la vez (tratamiento medicamentoso combinado) es un ejemplo de empleo "of-label". Otro ejemplo de utilización "of label" es la indicación de un fármaco de pérdida de peso distinto a la sibutramina o al orlistat durante un periodo superior al considerado como corto, por ejemplo, durante más de "unas pocas semanas".
    Tratamiento con solo un fármaco
    Hay algunos medicamentos de pérdida de peso disponibles para el tratamiento de la obesidad. En general, estos medicamentos son discretamente eficaces, y conducen a una pérdida de peso de 2 a 10 kilos más que los esperados con el tratamiento no farmacológico de la obesidad. Cada persona responde de modo diferente a los medicamentos de pérdida de peso, y algunos experimentan más pérdida de peso que otros. Algunos pacientes obesos que utilizan la medicación pierden más de un 10 por ciento de su peso corporal inicial -una cantidad de pérdida de peso que puede reducir los factores de riesgo de la obesidad, como las enfermedades relacionadas con ella, en especial hipertensión o diabetes. La máxima pérdida de peso se suele conseguir, por lo general, a los 6 meses del inicio del tratamiento. El peso tiende a mantenerse e incluso a aumentar en el resto del tratamiento. Los estudios realizados sugieren que si un paciente no pierde con una medicación concreta al menos 2 kilos en cuatro semanas, esta medicación no es capaz de ayudar al paciente a alcanzar una pérdida de peso significativa.
    Hay pocos estudios que informen de la seguridad o eficacia de estos fármacos cuando se emplean durante más de un año. En algunos pacientes tanto el orlistat como la sibutramina se han estudiado durante un periodo de hasta dos años. Se ha estudiado la utilización de algunos antidepresivos como medicamentos supresores del apetito. Aunque estén aprobados por la FDA como antidepresivos, su empleo para perder peso es una utilización "of-label". Los estudios realizados con esta medicación han mostrado que los pacientes pierden generalmente una cantidad moderada de peso hasta unos 6 meses. Sin embargo, la mayoría de los estudios han demostrado que los pacientes que pierden peso mientras toman antidepresivos tienden a volverlo a ganar mientras aun están en tratamiento farmacológico.
    NOTA: Las anfetaminas y compuestos afines no se recomiendan en el tratamiento de la obesidad debido a su capacidad para general abuso y dependencia.
    Tratamiento con combinaciones de fármacos
    El tratamiento farmacológico combinado usando dos fármacos, fenfluramina y phentermina ("fen/phen") no se puede realizar ya debido a la retirada del mercado de la fenfluramina. Disponemos de poca información sobre la seguridad o eficacia de otras combinaciones de fármacos para la pérdida de peso, incluyendo la de flouoxetina/ phentermina, phendimetracina/ phentermina; Xenical/ sibutramina, combinaciones de plantas y otras. Hasta que dispongamos de más información sobre su seguridad o eficacia, la utilización de combinaciones de fármacos para la pérdida de peso solo debe admitirse dentro de un protocolo de investigación.
    Beneficios potenciales del tratamiento farmacológico
    A corto plazo, la pérdida de peso en individuos obesos puede reducir ciertos riesgos para la salud. Los estudios relativos a los efectos de la medicación de pérdida de peso sobre los riesgos para la salud relacionados con la obesidad han demostrado que algunos agentes disminuyen a corto plazo la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos en sangre, así como también disminuyen la resistencia a la insulina (la incapacidad corporal de utilizar el azucar sanguíneo). Sin embargo, se precisa la realización de estudios a largo plazo para determinar si la pérdida de peso conseguida mediante la medicación para disminuir peso contribuye a mejorar la salud.
    Riesgos potenciales y consideraciones respecto al tratamiento farmacológico
    Cuando consideramos el tratamiento de la obesidad mediante tratamiento medicamentoso de larga duración, debemos considerar las siguientes áreas de interés y riesgos potenciales.
    Posibilidad de sobredosificación o dependencia
    Por lo general, toda prescripción de medicamentos para tratar la obesidad , excepto el orlistat, se refiere a fármacos controlados lo que indica que el médico debe seguir ciertas normas cuando las prescribe. Aunque no es frecuente la sobredosificación o la dependencia de las medicaciones supresoras del apetito tipo no-anfetaminas, los médicos deben ser precavidos cuando prescriben estos fármacos a enfermos con historia de alcohol o de otros abusos de drogas.
    Desarrollo de tolerancia
    Muchos estudios de fármacos para pérdida de peso muestran que hay una tendencia a aumentar el peso del paciente a los 4 o 6 meses, cuando aun se encuentran en tratamiento. Mientras que algunos enfermos y médicos suponen que esto demuestra tolerancia a la medicación, el aumento de peso puede suponer que el medicamento ha alcanzado su límite de eficacia. Basándonos en los estudios de que disponemos, no está claro si la ganancia de peso en la continuación del tratamiento se debe a la tolerancia al fármaco.
    Rechazo a considerar que la obesidad es una enfermedad crónica
    Se suele creer que la obesidad es consecuencia de una falta de voluntad, de ser débil, o de haber "elegido" un determinado estilo de vida, con sobrealimentación y falta de ejercicio. La creencia de que cada uno elige ser obeso se añade a la duda de los enfermos y de los profesionales de la salud sobre si aceptar el uso a largo plazo de una medicación supresora del apetito como tratamiento de la obesidad.
    Sin embargo, es más apropiado considerar la obesidad como una enfermedad crónica que como un estilo de vida escogido. Otras enfermedades crónicas, como la hipertensión o la diabetes, se tratan mediante tratamientos medicamentosos de larga duración, incluso aunque estas enfermedades pueden mejorar con cambios en el estilo de vida, tales como la dieta y el ejercicio. Aunque este enfoque puede afectar a médicos y pacientes, el punto de vista social sobre la obesidad no impediría a los pacientes buscar tratamiento médico para evitar los riesgos para la salud que pueden causar enfermedades graves e incluso la muerte. Los fármacos supresores del apetito no son "balas mágicas" o disparos certeros. No pueden sustituir el control de la dieta y la mejoría de la actividad física. El principal papel de la medicación parece ser ayudar a una persona a persistir en un plan de ejercicio y dieta para perder peso y mantener la pérdida.
    Efectos colaterales
    Como la medicación de pérdida de peso se utiliza para tratar una enfermedad que afecta a millones de personas, la mayoría de las cuales están básicamente sanas, es importante considerar sus efectos secundarios. La mayoría de ellos son muy leves, y normalmente mejoran al continuar el tratamiento. Raramente se han descrito efectos graves e incluso fatales. Dos medicaciones supresoras del apetito, aprobadas, que afectan la liberación y reabsorción de la serotonina (fenfluramina, dexfenfluramina) han sido retiradas del mercado. Los fármacos que afectan los niveles de catecolaminas (como fentermina, dietilpropion y mazindol), pueden causar síntomas de insomnio, nerviosismo y euforia (sensación de bienestar).
    La sibutramina actúa los sistemas serotonina y catecolaminas, pero a diferencia de la fenfluramina y desfenfluramina, la sibutramina no produce liberación de serotonina de las células. Los primeros efectos colaterares conocidos relacionados con la sibutramina son aumentos de la presión y de la frecuencia cardiaca, que normalmente son de escasa intensidad, pero que en algunos enfermos pueden ser significativos. Las personas con tensión arterial poco controlada, afecciones cardiacas, irregularidades del pulso o historia de ictus no deben tomar sibutramina, y todos los pacientes que tomen la medicación deben tener controlada periódicamente su tensión arterial.
    Algunos efectos colaterales del orlistat son emisión de gases con evacuación, necesidad urgente de ir al cuarto de baño, heces aceitosas o grasas, defecación aceitosas, aumento del número de movimientos intestinales e incapacidad de controlarlos. Estos efectos colaterales son generalmente leves y temporales, pero muchos de ellos puede empeorar con el consumo de alimentos ricos en grasas. Y como el orlistat reduce la absorción de algunas vitaminas, los enfermos deben tomar un multivitamínico al menos dos horas antes o después de tomar orlistat. La hipertensión pulmonar primaria (PPH) es una enfermedad rara, pero potencialmente letal, que afecta los vasos sanguíneos de los pulmones y que conduce a la muerte en un periodo de 4 años al 45 por ciento de sus víctimas. Debe indicarse que la gran mayoría de los casos de PPH han ocurrido en pacientes que estaban tomando fenfluramina o dexfenfluramina, sola o en combinación. Solo hay algunos casos publicados de enfermos de PPH que tomaran solo fentermina, aunque no se puede descartar la posibilidad de que la fentermina tomada sola pueda estar relacionada con la PPH: No se conoce ningún caso de PPH debido a la sibutramina, pero debido a la baja incidencia de esta enfermedad en la población en general, no sabemos si la sibutramina puede o no causar esta enfermedad.
    Preguntas frecuentes sobre los fármacos para perder peso
    P: ¿Puede la medicación sustituir a la actividad física o a la dieta como método para perder peso?No. El uso de medicación para perder peso en el tratamiento de la obesidad debe combinarse con la actividad física y el control de la dieta para perder peso y mantener esta pérdida durante largo tiempo.
    P. ¿Recuperaré peso cuando deje de tomar la medicación de pérdida de peso?Probablemente. La mayor parte de los estudios demuestran que la mayoría de los pacientes que cesan la ingestión de los medicamentos de pérdida de peso, recuperan el peso que han perdido. Puede aumentar la posibilidad de mantener la pérdida de peso obtenida mediante hábitos correctos de actividad física y de control de la dieta.
    P. ¿Cuánto tiempo necesito tomar los fármacos de reducción de peso para tratar la obesidad? La respuesta depende de cual es la medicación que usted necesita para adelgazar y para mantener la pérdida de peso y de si usted experimenta efectos colaterales. Como la obesidad es una enfermedad crónica, cualquier tratamiento, medicamentoso o no, puede precisar su continuidad durante años, y quizá durante toda la vida, para mejorar la salud y mantener un peso saludable. Disponemos de poca información sobre la seguridad y eficacia de los medicamentos para perder peso cuando se emplean durante muchos años.
    P. ¿Qué dosis de medicación de pérdida de peso es correcta en mi caso concreto? No hay una dosis correcta en la medicación de pérdida de peso. Su médico decidirá cual es la mejor dosis para usted, basado en la valoración de su historia médica y de su respuesta al tratamiento.
    P. Yo solo necesito perder 5 kilos. ¿Pueden serme útiles los fármacos de pérdida de peso? La medicación para perder peso puede ser apropiada para pacientes cuidadosamente seleccionados que tienen un riesgo médico significativo debido a su obesidad. No se recomienda a personas que solo tienen un ligero sobrepeso a menos que tengan problemas de salud que puedan empeorar debido a su peso. Estos medicamentos no deben usarse para mejorar la estética.
    Qué temas tratar con el médico antes de elegir un tratamiento de pérdida de peso
    Antes de elegir la medicación de pérdida de peso a emplear en un tratamiento a largo plazo de la obesidad, usted debe preguntar a su médico todo lo concerniente a lo que puede experimentar. Además, es conveniente que trate con el médico de los siguientes puntos:
    ¿Qué exploraciones me han de realizar para decidir si soy una candidata apropiada para una medicación de pérdida de peso? Su médico tendrá en cuenta una serie de factores para determinar si usted es una buena candidata para prescribir la medicación de pérdida de peso. Determinará cual es su sobrepeso, y cómo está distribuido el exceso de grasa en su organismo. Su médico hará lo siguiente:- Realizará una cuidadosa historia médica y un examen físico- Estudiará su historia personal de sobrepeso, - Le preguntará si tiene familiares con enfermedades relacionada con el sobrepeso, como la diabetes .. tipo II o enfermedades cardiacas, - Se informará sobre los métodos que usted ha empleado en el pasado para reducir peso - Y valorará su riesgo de problemas de salud relacionados con la obesidad midiendo su presión .. arterial y solicitando un análisis de sangre. Si su médico comprueba que usted tiene problemas de salud relacionados con la obesidad, o que existe alto riesgo para dichos problemas, y si usted no es capaz de perder peso o de mantener la pérdida de peso sin un tratamiento con fármacos, le recomendarán la utilización de medicación para perder peso. Este tratamiento es apropiado para pacientes cuidadosamente seleccionados, que tienen un significativo riesgo médico debido a su obesidad. No se recomiendan para personas con solo un ligero sobrepeso a menos que tengan problemas de salud que puedan empeorar con su peso. Estas medicaciones no deben usarse solo pare mejorar de aspecto.
    ¿Qué otras situaciones médicas o medicaciones pueden influir en mi decisión de tomar una medicación de pérdida de peso?Es importante que usted indique a su médico si se encuentra en alguna de las siguientes situaciones médicas: - Embarazo o lactancia,- Historia de drogas o abuso de alcohol- Historia de transtornos de la alimentación- Historia de depresión o de psicosis maníaco- depresiva- Uso de inhibidores de la monoamino oxidasa (MAO), o de medicación antidepresiva- Migrañas que requieren medicación- Glaucoma - Diabetes - Enfermedades cardiacas o arritmias cardíacas- Hipertensión arterial- Planteamiento de una intervención quirúrgica que requiere anestesia
    ¿Qué tipo de programa debo realizar junto con la medicación para ayudar a mejorar mis hábitos dietéticos y de actividad física? Los estudios realizados demuestran que la medicación de pérdida de peso es más eficaz con un programa de mantenimiento de peso que le ayude a mejorar sus hábitos dietéticos y de actividad física. Pregunte a su médico las cuestiones relativas a su buena nutrición y sus prácticas de actividad física.
    Objetivos de tratamiento apropiados para utilizar una prescripción farmacológica de pérdida de peso
    Si tanto usted como su médico creen que le puede ser útil un tratamiento medicamentoso de pérdida de peso, es importante definir los fines del tratamiento. Los primeros objetivos deben ser mejorar su salud y reducir el riesgo de enfermedades. Para las personas muy obesas, el conseguir alcanzar el "peso corporal ideal" es un objetivo tan irreal como innecesario en relación a mejorar su salud y reducir su riesgo de enfermedad. La mayoría de los pacientes no esperan alcanzar con la medicación habitual el peso corporal ideal. Pero incluso una pérdida de peso modesta, del 5 al 10% de su peso inicial, puede mejorar su salud y reducir sus factores de riesgo. No es apropiado utilizar medicación de pérdida de peso solo por fines cosméticos. La medicación de pérdida de peso se puede utilizar con un programa de tratamiento conductual y de asesoramiento nutricional diseñado para permitirle realizar cambios a largo término tanto de su dieta como de su actividad física. Puede visitar regularmente a su médico para que le informe de su respuesta a la medicación, no solo en términos de pérdida de peso, sino de cómo beneficia a su salud total. Igualmente, si usted experimenta algún síntoma importante, como dolores torácicos o problemas respiratorios, contacte inmediatamente con su médico. Los medicamentos de pérdida de peso usados en tratamientos largos pueden ser útiles para enfermos cuidadosamente seleccionados, pero disponemos de poca información sobre su seguridad y eficacia en tratamientos superiores a los dos años. Para valorar su riesgo de problemas relacionados con la obesidad, usted y su médico pueden realizar una elección informada sobre qué medicación puede constituir una parte útil de su programa de tratamiento de peso. Este texto es una versión modificada de un artículo de revisión sobre el uso en tratamientos largos de los fármacos supresores del apetito para el tratamiento de la obesidad, que apareció en 1996 en el Journal of the American Medical Association. Tanto el artículo de revisión como este trabajo se desarrollaron con la ayuda de la National Task Force on Prevention and Treatment of Obesity, grupo de trabajo de destacados investigadores de obesidad y nutrición de todo el país. Este texto se revisó en octubre de 1997 a consecuencia de la información adicional respecto a una asociación entre afectación valvular cardiaca y ciertas medicaciones de pérdida de peso; en febrero de 1998 debido a la aprobación de la sibutramina, y en noviembre del 2000 debido a la aprobación de orlistat.
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miércoles, febrero 02, 2005

Paro y locura


Llevo sin currar desde el 1 de diciembre del año pasado. Estoy empezando a ponerme maloooooooo.
 
Piensa positivo...
  • Unemployment & suicide. Quita, quita.
Unemployment steals our self-respect, damages the quality of our lives, changes our personal relationships, and undermines our faith in society, our friends, and ourselves. It’s a crisis that can’t be fully understood until you experience it personally. As it continues, your situation worsens; and the more important it becomes that you somehow learn to cope. 

BEGIN BY ACCEPTING A FEW FACTS Emotions of anger, depression, fear, guilt, despair, and isolation are normal. Your situation is not unique. Your problem is shared by millions of others who are unemployed. Many of those cases are not as critical as yours. Others are worse. Your situation is not static. If you persist in your search for work, you will find a job. How well you cope in the meantime will depend on the quality of your attitudes, feelings, and actions. You have the ability to control your attitudes, feelings, and actions.

KNOW THE PITFALLS 

 Immobilization is the inability to move or to act toward changing your situation. It’s staying at home; sleeping a lot; putting off until tomorrow what you don’t see much sense in doing today; not making the phone calls you meant to make; and going around in a daze. Immobilization is putting everything on “hold.” People who are unemployed are sometimes immobilized to the point of not being able to file for unemployment insurance benefits or other services, even though they desperately need the help and know they are eligible to receive it. And they don’t even know why they don’t do what they don’t do. Immobilization is a symptom of severe depression.
 
Depression doesn’t necessarily mean crying all the time. Frequently, the depressed person seems to be functioning normally with the possible exceptions of seeming a little withdrawn or being in a bad mood. Of all the pitfalls, depression is probably the most dangerous because it starts feeling comfortable. You can begin to like it. Sometimes, your depression nets you some attention you otherwise would not have received. And there’s another reason it’s dangerous. It gets better; or it gets worse. Unless and until you turn it around, it gets worse; and the worse it gets the more difficult it is to turn around. That’s bad enough, but there is a face-saving factor here too. After all, how can you—after going around for days, weeks, or months with a long face—suddenly give all that up and start smiling again? How? You just do it. 

You make a conscious decision to alter your frame of mind. It’s difficult, but it’s better than the alternative of going through life depressed. 

Paranoia is difficult to avoid at a time life has dealt a dirty blow. It’s easy to convince yourself that you’re the victim of some big conspiracy because you’re too young, or too old, or a woman, or a man, or a minority, or too tall, or too short, or too smart, or not smart enough, or too outspoken, or too soft-spoken. While all of the above would be more interesting reasons for unemployment, it is probably more realistic—and undeniably more productive—to assume that you are not being singled out. You’re unemployed because of the economy; because there aren’t enough jobs to go around; because you had the misfortune of being in the wrong place at the wrong time; or for any of a million other reasons all of which are beyond your control. But some paranoia is justified. Unfortunately, your family, friends, and associates are not psychologists. More often than not, they aren’t very good at dealing with someone who is unemployed. Consequently, they seem to develop the knack of saying all of the wrong things, like, “Maybe if you didn’t do this, or change the way you do that...” Things that ultimately translate to a rejection of who and what you are. Or they may avoid you. They don’t mean to; and they don’t even realize they’re doing it. On a subconscious level you frighten them and threaten their sense of security. They don’t know what to say to you. They are afraid that any of their good fortunes—no matter how insignificant—might depress you. It is important for your sake that you understand their behavior. 

Expect it. Accept it. Forgive it. Then, focus your energy on changing it. Let your friends know that you have no intention of becoming a recluse, and that you welcome invitations. Discuss your unemployment openly and frankly; and whenever possible, use your sense of humor about it.
 
Anger Of course you’re angry. You have every right to be. You want to work, but you don’t have a job. And chances are you’re not even sure at whom to direct your anger. While anger is a negative emotion, there is a great deal of energy behind it that can be put to positive use. That same energy can stimulate your imagination and put some innovation in your search for work. That same energy can be used to better organize and accelerate your work search. It can be directed toward a multitude of positive, productive accomplishments.
 
Isolation can be a by-product of anger, paranoia, depression, or immobilization. And not having any money can isolate you, too. But there are other reasons we become isolated when we’re unemployed. We’re embarrassed, so we avoid people. Obviously, we assume the blame and the shame for our unemployment. In addition to being counterproductive and futile, this kind of unnecessary guilt trip is, in all probability, totally without justification. Sometimes we keep to ourselves out of a misguided concern for others, in that we’re afraid our presence is depressing; or because we want to avoid making others feel uncomfortable. The key word here is “misguided.” Your family, friends, neighbors, and contacts are more important now than they’ve ever been. You need their help and support.
 
A Sagging Self-Image seems inevitable at this juncture. You have no money, and no paycheck to remind you that somebody thinks you are worthwhile. This is one area that requires constant work. You had a job before and you will find one again. Concentrate on your strengths and assets. Review them daily. Write them on your bathroom mirror, because those strengths and assets will be your survival.
 
Loss Of Identity After asking your name, they want to know what you do for a living. When you were working, that was easy. Now, what do you say? This situation won’t be so painful if you prepare a response. Without hesitation, look them straight in the eye and say, “I’m a very good mechanic and I’m looking for a job.” Or, “I used to be a secretary, but I’m looking for something in sales.” Don’t be at a loss for words or apologetic about your situation. Instead, seize the moment to promote your job search. If you choose not to indicate your unemployment, simply state a job title you’re comfortable with such as “I’m an accountant” or “I’m a salesperson.”

Fatigue is the direct result of any or all of the above, from immobilization to loss of identity. Other contributing factors might include a subconscious desire to escape through sleep; worry and anxiety over your situation; insomnia (caused by worry and anxiety over your situation); or just plain boredom. And drinking too much, smoking too much, eating too much, or doing anything too much tends to fatigue, also. A healthful diet (even though you’ve lost your appetite), physical exercise (despite the fact you have no energy), and restful sleep are the obvious prescriptions. Keep busy, even if it requires forcing yourself; but make sure your agenda includes recreational activity. But if you’ve been getting your eight hours sleep (not four and not sixteen), eating right, exercising, keeping busy, and you’re still fatigued; don’t overlook other health-related possibilities.
 
DEVELOPING A COPING PLAN  

Organize and take charge of your life. Live by a schedule as rigid and as disciplined as you would if you were working; with set times to get up, eat, and sleep. Pursue your work search during certain hours as though it was a job. Include special projects in your schedule. Try to accomplish something every day, including learning new things. You’ll find that having a routine and following a schedule focuses your energy and puts some direction in your daily life. Organizing your life and taking care of yourself will enhance your self-image and make you feel good about yourself. You’ll feel healthier; have more energy; and, more important, you will increase your odds of finding a job.

Get Financial help is probably the first kind of help you need. Find out everything you might be eligible to receive and apply for it—unemployment insurance, food stamps, public assistance, medical coupons, social security—don’t overlook any possibilities. And should it be necessary, remember there are food banks in your area, too. Beyond that, don’t forget family and friends. Ask for help if you need it. There are people out there who would appreciate the opportunity to help because they have a sincere desire to be useful. Accepting their generosity will undoubtedly help you both. Find out if you’re eligible for programs that will give an employer tax credits for hiring you. Also learn if you’re eligible for training programs or retraining programs. Investigate all possibilities and follow up.

Psychological support can come from many sources. Frequently, all we need is to talk to someone—anyone—to let it all out. For that kind of therapy, family, friends, or a member of the clergy can give the support you need. Medical research confirms that people who have positive, supportive relationships are physically and mentally healthier. A friend to talk to, a shared laugh, a word of encouragement, and a hug can be more valuable than any prescription. Another resource is support groups comprised of people in similar situations who understand and can relate to everything you are going through. 

Call your local Mental Health Association to find out about support groups in your area. If you feel your situation is severe, professional help might be the answer. Again, contact the Mental Health Association for referral to the resources in your area. One of the best antidotes for depression is doing something to help someone else. You have time, talents, and skills that could mean a great deal to your family, friends, an elderly person in your neighborhood, a youth group, or a volunteer agency. You’ll find that helping someone else helps you more than it helps them. And there are other antidotes. Give yourself a treat now and then. Certainly, unemployment infringes on your lifestyle but don’t abandon all of life’s pleasures. An occasional movie, ballgame, or evening out is as important as meeting your other basic needs. 

Don’t forget to laugh. Humor can protect you from some of the pain, and it can help those around you through this, too. Accomplishments are great medicine because they make us feel good about ourselves—even minor ones like cleaning out a drawer, working in the garage, darning a sock, or writing a resume. Make sure you accomplish at least one task every day.
 
Pursue New Opportunities While unemployment is inevitably a time for worry and a certain amount of grief, it is also a time for reflection, change, and growth. Your new freedom may have been thrust upon you, but take advantage of it. It’s an opportunity to evaluate where you’ve been and where you’re headed; and determine whether or not you should change course. This could be the time to start a new career. After all, you might be placing unfair limitations on your potential if all you want is your old job back. 

Finally, have faith. Whether you put your faith in yourself, the future, or a greater power, a hopeful outlook will do more for you than any of the advice herein. 

You are an important person. You can do anything you want to do or have to do. Every day you survive makes you stronger. And remember, this too shall pass.








jueves, septiembre 09, 2004

Dead man running



Llevo 3 meses sin empleo. Siempre me obsesionó el trabajo. En unos dias comienzo a rodar de nuevo. Traté de escribir pero resultaba todo tan inutil, tan ficticio, que lo deje. Mi problema es de ausencia. Ausencia de vida.

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