sábado, septiembre 06, 2008

Let Palin be Palin, let USA be USA

6 de Septiembre de 2008 - 12:38:00 - Federico Jiménez Losantos

El problema esencial de la izquierda y buena parte de la derecha europea con los Estados Unidos de América (USA) es que quisieran hacerlos desaparecer. Y como la empresa es vasta y se aventura difícil para una civilización de jubilados éticos y oportunistas políticos, abonada a la dictadura de lo cómodo y al despotismo de lo progre, que eso es la Unión Europea, sustituyen la extinción real de la primera potencia mundial por la realidad virtual de su desnaturalización. Lo que quieren es una América que no sea América, y utilizo aquí el concepto a la manera useña (© Pío Moa) y de muchos iberoamericanos, empezando por el heroico exilio cubano. Pero como parece que América no quiere dejar de ser América, muchos europeos y todos los izquierdistas del mundo quieren, al menos, que no se parezca en nada a los valores que la distinguen.

Si se hiciera un análisis de las encuestas europeas más fiables acerca del nivel de aceptación y esperanzas de victoria de todos los candidatos a la Presidencia de los USA, estoy convencido de que nunca ha ganado un republicano, y de que los demócratas, que en el último cuarto de siglo han perdido todas las elecciones menos dos, triunfaron en el ánimo del electorado europeo, que afortunadamente no puede votar en ese país al que odia cuanto envidia. Es un lugar común de la izquierda (adoptado, faltaría más, por la Derecha maricomplejines) que todos los ciudadanos del mundo tendríamos que votar en las elecciones useñas, puesto que lo que se decide en el Despacho Oval afecta a todo el mundo. Curiosamente, esto se dice desde finales de los 60 y principios de los 70, justo cuando los USA empezaron a dudar de sí mismos y acabaron por desertar de Vietnam. Pero a ninguno de los que decían que querían votar en Boston se le ocurría decir que quería votar en Moscú o en Pekín, que hubiera sido una forma mucho más rápida de liquidar la guerra, sin los millones de víctimas del sudeste asiático (Vietnam, Camboya, Laos) abandonadas a su suerte, y de apoyar a los disidentes que en la URSS, China y demás tiranías comunistas que de forma directa apoyaban al Vietcong, luchaban por la democracia renunciando a cualquier mejora en su trabajo y arriesgando su propia vida. Pero los progres y carcas antiamericanos de ayer y hoy no quieren ni han querido nunca votar en Washington. Lo que quieren es acabar con la primera democracia del mundo. O por lo menos, desfigurarla. Quieren lo contrario de lo que quería Ronald Reagan para una de las pocas naciones europeas vivas, aunque aún cautiva: "Let Poland be Poland."

Probablemente, los USA son el único país occidental que todavía cree en sí mismo. Sin duda, el único que renueva periódicamente, con mayor o menor acierto, sus propósitos fundacionales. El único que, veraz o fingidamente, obliga a sus mandatarios a explicar su comportamiento en clave ética y no sólo política e ideológica, como pasa en Europa. El único, además, en el que la política y la ética tienen a su alcance el uso de la fuerza necesaria para garantizar su seguridad y la de sus aliados, que suelen comportarse con ellos de forma vil, egoísta, hipócrita y miserable. Es verdad que los USA no son un buen aliado, pero los aliados de los USA, salvo Gran Bretaña, son muchísimo peores. Y a través de ese circo electoral que a mí me repele pero que a los americanos les encanta, prueban una y otra vez que su optimismo está justificado, que ese pueblo sigue siendo un gran pueblo y que esa nación sigue siendo una gran nación. En rigor, los USA son algo más que una nación para muchos millones de ciudadanos de, pongamos, Nowhere, Estado de Sitio, muchos de ellos iberoamericanos y españoles que han perdido o están perdiendo su nación, su libertad, su propiedad y su derecho a la igualdad ante la ley. No sé lo que dará de sí la carrera de Palin, que sigo fielmente en LD gracias al mejor blog liberal que sobre las elecciones USA se publica en español: Democracia en América. Lo que sí sé es que lo que más me gusta de ella es que se parece mucho, mucho a América.

viernes, septiembre 05, 2008

Drunk skinny runner

Descubrir miradas avinagradas corriendo por cañones lejanos. Un nuevo deporte. La ebriedad y la agonia. Ya que la tragedia está aqui, escribamos el guión.
Mi amigo Matt ha escrito el suyo:
A mi ya no se me conoce en esta multitud, salvo por la copa de vino:

Crisis


"Se traba de la quinta subida salarial en cuatro años que disfrutan los 14 asesores socialistas de la Diputación Provincial de Cádiz, una subida de 2650 euros para cada asesor. Aunque el más beneficiado por este incremento de emolumentos es el Director de Gabinete, Francisco Aído, padre de la ministra Bibiana Aído, quien ha visto incrementada su nómina en 3100 euros más desde que su hija es ministra. Aído cobra, gracias a esta nueva subida de sueldos aprobada en pleno agosto, algo más de 65.000 euros al años, casi 11 millones de las antiguas pesetas. Hace tan solo año y medio se produjo la penúltima subida de sueldo para estos asesores, que pasaron a cobrar 1200 euros más, medida que el Presidente de la Diputación, el socialista Francisco González Cabaña, intentó sin éxito extender a diputados y altos cargos, medida finalmente frustrada por la presión social. Medida que, sin embargo, no ha afectado a los asesores socialistas, y, en especial, a Francisco Aído". Bibiana, para promover el empleo, anuncian una LEY PARA PROTEGER EL NEGOCIO DE LA MUERTE. Entre la eutanasia y el aborto, la renta por ciudadano sa va a disparar.
Solo se ha permitido un capricho la ilustrada Bibiano. Ha cambiado (contraviniendo una Orden Ministerial del 99) el color amarillo obligatorio de todo logotipo o escrito institucional por el malva para darle un toque feminista. Como la Chacón con los uniformes, un gasto de hoy puede ser un ahorro de mañana. Adecuará los uniformes de las Fuerzas Armadas a la morfología del cuerpo femenino (: la pollez esa de cono...)

A su vez, José Bono, con su recién estrenado look peludo, ha anunciado que va a proponer a sus señorías congelarse el sueldo. Aseguran los propios socialistas a Garganta Profunda de El Semanal Digital que a Bono, de la intensidad de su propósito, le ha aparecido pelo, como por arte de magia, en el frontispicio en cuestión de unos meses.

Mas al sur (no hablo de los huevos de Bono), el alcalde de Sevilla nombra a una ex cuñada en Urbanismo sin ser licenciada. La ex cuñada del alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, ha sido nombrada recientemente directora en la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento sin que reúna los requisitos básicos para ocupar un alto cargo en este departamento: un título de grado superior. Lo hace para ahorrar. Sus ganancias anuales solo serán superiores a los 100.000 euros brutos. Se trata, de hecho, del tercer sueldo más alto de esta delegación por detrás del gerente y del director técnico. Y todo ello, sin tener un título de licenciado.
Sáez fue cuñada del alcalde por ser esposa precisamente de Francisco José Ramírez -hermano de la primera mujer de Sánchez Monteseirín-, del que ayer se informaba en ABC por su pasado como director del Instituto del Taxi tras haberse modificado una convocatoria facilitando su acceso sin ser licenciado. No debemos ser clasistas. No son licenciados ni Montilla, ni Corbacho, (¿ni Aido?) ni Pepe Blanco (su CV cabe en el canto de un dedal); y el pais va muy bien a pesar de Bush, las subprime y el petroleo disparado.

Otro procer de la tesoreria es este señor. Garzón, ese gran juez que tambien ahorra. Aborda temas de hace 70 años y en territorios extranjeros pero debe ser porque tiene patrocinador que paga los gastos. ¿Verdad?. Un product placer bastante delgado. ¿Lo pillo?.






martes, septiembre 02, 2008

Sentido, paciencia, peso, Michelet.


Hace mucho frio. Aún 80 kilos (de previos 96) a pesar de los 7 kms. diarios en cuesta, la ingesta de casi nada, el castigo del dolor de cabeza (por la L-carn. included). Duelen las articulaciones de correr en estas condiciones del 6% y el recuerdo del trabajo de localizar con sobrepeso. Flexor, psoas y tendón de aquiles. Mi paso por MundoFicción y el encuentro con despojos de Alcoholicos/morosos anónimos sigue sin ser amortizado. Hoy leo a Doctor Barefoot y creo que he tirado el dinero. O no. Necesito esa operación. O matar a un tipo estilo Antonio Perez. O a todos los Perez, Antonio.
He rechazado empleos por esto pero creo que debo rechazar EL EMPLEO en si. Estoy tan desubicado que planeo sobre esa reedición que hace Ikusager (editor Ernesto Santolaya) de Jules Michelet, y La historia de la Revolución.



Y dijo George:

"América tiene esto. El asedio no para. Asedio como enfermedad. Y sientes mas obsesivamente el abandono. Lleva sin sonar un mes el llamador y he celebrado la fecha en solitario. Solo la santa. LA SANTA.

Con 43 aniversarios ya no cabe solución. La frenada representa lo patético, y entre eso y la masacre, la verdad, prefiero lo segundo. Aunque sea en un correr ebrio, que he inventado con tests intercontinentales y climas diversos.
La curiosidad ha sido la salvación pero los paréntesis áridos son cada vez mas largos. Teresa de Calcuta o Juan de la Cruz los llaman de forma mucho mas florida. Ellos tenían una meta y una demencia constructiva: el prójimo. Ya no hay viaje ni viejo."
A resultas: hay que asumir que nadie vendrá al rescate. Quiero decir nadie que importe algo, salvo la Santa. ¿No es patético decir esto mientras se lee a Descalzo? La biografía de San Francisco de Asis de la mano de Chesterton ha resultado lamentable y revisitan tanto a Merzel como a Burleigh. Pero Descalzo es digno del peor designio. En el fondo solo se esperó a Alario, un empleo lejano y bien largo. Desaparecer con la conciencia bien vengada.
Cielo Santo!! En la reedición veo que interviene la colaboración con la Fundación Pablo Iglesias (Alfonso Guerra, el que nos expulsó de un plató) y es en tres volúmenes. Yo no financio a los millonarios con 108 euracos. Perdón, a los socialistas (como me gusta redundar). Bebamos y corramos. Hasta desaparecer.



miércoles, agosto 27, 2008

+ sobre la memoria y el olvido: García-Alix.







viernes, agosto 22, 2008

Suicidarse y si morir en el intento: teorias mas allá de Durkheim


¿Existe relación entre la renuncia forzoso-voluntaria a la paternidad y la asunción del suicidio como una solución satisfactoria?: Como suicidarse y no morir en el intento lo trata pero hay que pensarlo mas.
Suicidarse por no tener trabajo o por tener uno. Estudiar lo de “nada cuesta más trabajo, que vivir sin trabajar”. El suicidio andaluz.
Cotiza a la seguridad social para lograr pensión y al ver que no llega, se mata. Señorito castellano de Salamanca, Burgos. No se puede vivir sin cash, sin camisas impecables.
La idea maravillosa de Judas como enviado real de Dios que perpetró Borges (en Tres versiones de Judas[Cuento. Texto completo]) El gigante ciego logically proves Judas to be the Son of God as a hyperbolic way to debunk dogmatic adherence to accepted interpretations of the Gospel Story. El suicidio es el mayor esfuerzo, el mas puro sacrificio por la humanidad.
Sobre todo, en un sentido muy amplio, uno se mata para descansar. Ante el tabú que se consuma, I mean que el disgusto familiar por semejante estigma, se escoge entonces un suicidio a largo plazo. Uno se va abandonando poco a poco. No come, no se toma bien la medicación o se mezcla con vino o se producen muchas ingestas en ayunas. El footing en plena ebriedad tiene mérito pero mas aún las pesas severas hasta las cejas de Protos o Muga, y valium. Un poco de clase.
Hay un patetismo del que me considero pleno campeón. Me mato pero es que no he dejado nada al mundo para que a posteriori valore el desastre que supone mi ausencia, cómo no me valoraron. Un suicida tiene su vanidad. Que lastima y que risa. La de comedias que existen ahí. Y es que es al reves: te matas porque no haces nada bien. El fracaso o se asume o se finiquita.
Otra sabia opción: el suicidio por gasto. Uno supone un gasto para la sociedad, la familia, el orbe. Inconveniente: matas a la familia por el disgusto. Entonces, esperas a que muera el miembro de la familia que mas puede verse afectado y obras en consecuencia.
Hay una fase muy honesta en el suicidio: uno debe morir antes en la memoria de todos. Nadie debe acordarse de que uno existió antes de proceder. Debes no recibir llamadas, o estimular recuerdos en conversaciones ajenas, convertirte en un fantasma lejano, sin facciones previsibles. Ese proceso es agotador para el suicida y lleno de tentaciones. Se produce lo inverso. Uno tiene a sus seres mas queridos muy cerca en la cabecita.
Que te quede claro: nadie fuera de la familia va a lamentar tu óbito voluntario. Ocupas su cerebro un instante. Compensan su mala gestión de tu ejecutoria con una sobrevaloración de todo lo tuyo (era mas bueno..., mas blablabla) y adiós. De ahí viene la idea de masacre. Cuando uno ve que todo eso es así, que eres un nada en la nada, te rebelas. Me llevo a todos por delante. Pero eso es tan cansado. Y el mayor riesgo de todos: puedes fallar.
Solución. Mátate disfrutando. Sin que nadie se de cuenta. Es normal querer morir si no tienes hijos, ni dejas en el paro a mil personas, etc. Entonces donas casi todo lo tuyo a quien proceda y empiezas a talar discretamente tu tallo, con un cortauñas. Mátate con simpatía, con estilo. Si puedes joder a alguien en el proceso, pues mejor. Amanecer en la cama sin poder levantarte, sonriente de gusto y tieso como la mojama, con Federico de fondo, Julian Rios en el DVD, un albariño en la mesilla, y la biografia de Samuel Johnson acabadita recién. Pues eso. Vale. Judas.
There seemed a certainity in degradation. -T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii

Ayuno y Foster.

El ayuno espiritual consiste en la abstinencia de alimentos con el fin de buscar a Dios (del libro -ALABANZAS_2.zip- Alabanza a la Disciplina de Richard Foster, con ISBN 0-06-062839-1).Tampoco es un ayuno con fines dietéticos o salutíferos, cuyo fin es el mejoramiento de la salud física. El ayuno bíblico siempre se centra en propósitos espirituales. Jamás podríamos obligar a Dios a hacer algo por medio de nuestro ayuno. Tampoco lo movemos a respondernos por lástima. El ayuno nos ayuda a nosotros, como veremos a continuación:
I. Tipos de ayuno
1. Ayuno normal: Consiste en abstenerse de toda clase de alimentos, sólidos o líquidos, pero no del agua. Puede durar desde unas pocas horas, hasta unos 40 días (por ejemplo, Lc. 4:2-13).
2. Ayuno parcial: En este caso, se restringe la dieta, pero no hay una abstención total (por ejemplo, Dn. 10:3).
3. Ayuno absoluto: Se refiere a una abstención total, tanto de alimentos como de agua. Como el cuerpo humano no puede permanecer sin agua más de 3 días, ese es el plazo máximo para este tipo de ayuno. Cuando en la Biblia se mencionan ayunos absolutos de más de tres días, como los de Moisés y Elías (Dt. 9:9, 1 R. 19:8), se entiende que Dios medió sobrenaturalmente para que esto fuera posible. Hay que destacar que el ayuno absoluto es excepcional y no debe practicarse a menos que uno reciba un mandamiento muy claro de parte de Dios, y no debe pasar de tres días.Cualquiera de estos ayunos pueden practicarse individual o colectivamente. Cuando Dios dirige a Su pueblo a ayunar, con el fin de buscarlo o resolver problemas, la unidad y el poder se incrementan notablemente. Son tiempos muy bendecidos por Dios.
Desde muy antiguo se practicaron ayunos regulares de una o dos veces a la semana (o al mes). Esa era la práctica tanto en tiempos del Antiguo Testamento (Zac. 8:19) como del Nuevo Testamento (Lc. 18:12). También en los primeros siglos de la Iglesia, así como en la época de la Reforma Protestante. Aunque muy beneficioso, hay que reconocer que el ayuno regular no es un mandato bíblico. Más bien, la norma es que Dios es el iniciador de nuestros ayunos, y es Él mismo quien establece la duración que debe tener. Un pueblo en comunión con Dios y sensible al Espíritu Santo sabrá cuándo ayunar individualmente y cuándo hacerlo colectivamente. La práctica del ayuno regular tiene por objetivo recibir sus beneficios espirituales, y estar así preparados para los tiempos en que Dios dirige a Su pueblo a ayunar. Richard Foster (Richard J. Foster is a Christian theologian and author in the Quaker tradition) dice lo siguiente:
Simplemente, no hay normas bíblicas que establezcan el ayuno regular. Nuestra libertad en el evangelio, sin embargo, no significa libertinaje, sino oportunidad. Puesto que no hay leyes que nos obliguen, estamos libres para ayunar cualquier día. Para el apóstol Pablo, la libertad significó que se dedicó a "muchos ayunos" (2 Corintios 11:27). Siempre debemos tener en mente el consejo apostólico: "... no uséis la libertad como ocasión para la carne, ... (Gálatas 5:3). (R. Foster, Alabanza a la Disciplina, p. 63-64).
II. ¿Quiere Dios que ayunemos?
Nuestra convicción es que el ayuno es una disciplina espiritual plenamente vigente en el cristianismo y muy beneficiosa para cada creyente.
Cuando Jesús habló sobre el tema, su intención fue restaurar el ayuno apropiado, nunca rechazarlo ni abolirlo (Mt. 6:16). En los días del ministerio terrenal de Jesús, sus discípulos no ayunaron, pero Él lo explicó como un tiempo de festejo de bodas por Su presencia. No obstante, vendrían días en que sí ayunarían (Mt. 9:15). Después del día de Pentecostés, los apóstoles practicaron el ayuno (Hch. 10:30, 2 Co. 6:5; 11:27), como también los discípulos después de ellos (Hch. 13:2-3). Así testifica también la historia de la Iglesia a través de los siglos.
Por lo tanto, no dudamos que el ayuno sea parte de la voluntad de Dios para Su pueblo en el presente. Pero caben las preguntas ¿con qué propósito ayunamos?, y ¿cómo hacerlo en medio de la vorágine de nuestra época?
III. ¿Por qué ayunar?
Hay que tener siempre presente que el ayuno no obliga a Dios a hacer lo que queremos. Tampoco es un medio para presionar a otros. Como dijo Richard Foster:
A veces se hace tanto hincapié en las bendiciones y en los beneficios del ayuno, que nos sentimos tentados a creer que con un poco de ayuno pudiéramos tener al mundo, e incluso a Dios, comiendo de lo que les demos con nuestra propia mano (R. Foster, Ibid., p. 67). El ayuno tiene que centrarse en Dios. De hecho, el verdadero ayuno no es una "práctica" de la Iglesia, sino un tiempo que Dios inicia y que Él mismo finaliza. Servimos o ministramos a Dios por medio del ayuno (Lc. 2:37: Hch. 13:2). Cualquier otro propósito debe ser subordinado a Dios. Como consecuencia, la presencia del Señor se hace más cercana a nuestros sentidos, nuestros corazones se acerca más que nunca a la Gloria de Dios.
Por eso, la primera pregunta que debemos responder es la que Dios hizo a Israel en tiempos de Zacarías: "Cuando ayunasteis... ¿habéis ayunado para mí?" (Zac. 7:5). Los beneficios físicos, el incremento de intimidad y poder en la oración, así como el mayor discernimiento espiritual, nunca deben reemplazar a Dios como el centro de nuestro ayuno. En resumen, por medio del ayuno, buscamos estar más cerca de Dios, estar con Él, amarlo a Él, mucho más que a las cosas que nos da.
Una vez que estamos firmemente parados en el propósito fundamental del ayuno, podemos entender también que hay objetivos secundarios: Más que cualquier otra disciplina, el ayuno pone de manifiesto las cosas que nos dominan. Cubrimos nuestras ataduras con alimentos y otras cosas placenteras. Pero en el ayuno, estas cosas salen a la superficie y, aunque es desagradable, reconocerlas es de gran ayuda para quien realmente quiere ser transformado a la Imagen de Jesucristo.
En primer lugar, podremos apreciar cosas que nos dominan como el orgullo, la ira, la amargura, la lascivia, etc. Al principio, pensaremos que estas cosas surgen porque tenemos hambre, pero en realidad, es el Espíritu trabajando en nosotros para que obtengamos nuestra santidad por el poder de Cristo (vea la experiencia de David en el Salmo 69:10).
Por otra parte, aparecerán aquellas cosas que nos han ido esclavizando y que en realidad no necesitamos (1 Co. 6:12; 9:27; Sal. 35:13). "Nuestros anhelos y deseos humanos son como un río que tiende a desbordarse; el ayuno ayuda a mantenerlos en su propio canal" (Foster, Ibid, p. 68). Finalmente, la práctica del ayuno, tanto individual como colectiva, producirá una mayor profundidad y eficiencia en la oración intercesora, así como revelación divina para tomar decisiones y para ministrar a Su pueblo.
IV. La práctica del ayuno
Como ocurre con otras disciplinas, conviene observar un desarrollo progresivo.
1. Comience con un ayuno parcial de 24 horas, suspendiendo dos comidas. Acompañe esos tiempos de ayuno con jugo de frutas frescas. Aproveche el tiempo que usaba para comer en oración, especialmente en adoración y acción de gracias.
Termine el ayuno con una comida liviana de frutas y verduras, y mucho regocijo interno.
Practique este ayuno parcial una vez por semana por dos o tres semanas.
2. Ayuno normal: Después de practicar el ayuno parcial, está listo para un ayuno normal de 24 horas, donde sólo beberá agua en buenas cantidades. El énfasis en la oración y la manera de levantar este ayuno serán iguales al ayuno parcial. Recuerde que estamos practicando.
Probablemente sienta algunos dolores o incomodidad por causa de la falta de ingesta. Eso no es hambre real. Lo que siente es simplemente el acondicionamiento del estómago de recibir alimentos a ciertas horas. En cierta forma, el estómago es como un niño malcriado. Pero no es necesario complacerlo; lo que necesita es disciplina.
Si aparecen dolores de cabeza, frecuentemente se debe a la costumbre de beber café, té y otros estimulantes. El ayuno le ayudará a descubrir cuán atado está a esas cosas y le guiará a dejarlas o a reducirlas al mínimo.
El apetito que reclama el estómago pasará bebiendo agua. Tenemos que ser señores, no esclavos de nuestros propios estómagos.
Recuerde dedicar el tiempo que usaría en comer a la oración y meditación. También recuerde seguir el consejo de Jesús y guardarse de llamar la atención hacia lo que está haciendo (Mt. 6:16-18). Si llama la atención, la gente se impresionará y, como dijo Jesús, esa será su recompensa.
3. Después de haber logrado varios ayunos con éxito espiritual (un sentido de mayor intimidad con Dios y de haberle servido), pase a ayunos de mayor duración (36 horas, 48 horas y hasta tres días). Cuando haya aprendido a ayunar en esos períodos de tiempo con gozo y fruto, es el momento de preguntarle a Dios si debe comenzar un ayuno por alguna causa en particular, y qué duración deberá tener dicho ayuno. Deje a Dios ser Dios.
Muchas veces, el Señor nos hablará de maneras creativas e inesperadas. Manténgase atento. Cuando Dios guía al liderazgo a períodos de ayuno, participe con gozo y compromiso, interiorizándose de los detalles necesarios para estar en unidad de propósito en la oración.
4. Conviene conocer el proceso por el que atraviesa el cuerpo (en condiciones normales) durante un ayuno prolongado.
Los primeros tres días son, generalmente, los más difíciles por la incomodidad física. Es el tiempo en que el cuerpo comienza a liberarse de los tóxicos por malos hábitos de alimentación, y eso no es agradable. Se forma sarro sobre la lengua y mal aliento. No se deje perturbar por los síntomas; más bien dé gracias por los beneficios para su salud. Para evitar el mal aliento procure masticar hojas de menta o algún dulce sin azúcar. No mastique goma de mascar, pues la salivación hará más desagradable el proceso. Si es un ávido bebedor de café, el dolor de cabeza puede ser intenso. Probablemente tendrá que beber algo de café al principio reduciéndolo cada vez más, hasta eliminarlo completamente. Dios le está mostrando cuán dominado está por esa sustancia.
Hacia el cuarto día, los dolores por causa del hambre comienzan a ceder, aunque puede sentir debilidad y desvanecimientos ocasionales. Son vértigos temporales y se evitan moviéndose un poco más lento, especialmente al levantarse o agacharse.
Hacia el sexto o el séptimo día, comenzará a sentirse más fuerte y despierto. Los dolores del hambre seguirán disminuyendo hasta ser una leve irritación hacia el noveno o décimo día. El cuerpo habrá eliminado las sustancias tóxicas y se sentirá mucho más sano. Se intensificará su capacidad de concentración y sentirá que puede seguir ayunando indefinidamente. Desde el punto de vista físico, es la parte del ayuno que más se disfruta. Desde el punto de vista espiritual, la concentración y profundidad en la oración se incrementarán notablemente.
En cualquier momento entre los días 21 y 40 de ayuno, lo cual depende del individuo, vuelven los dolores a causa del hambre. Esta es la primera etapa del síndrome clínico de hambre e indica que el cuerpo ha agotado todas las reservas que tenía en exceso y está comenzando a recurrir a la masa muscular. ¡Es tiempo de terminar el ayuno!
5. Algunas recomendaciones finales:
La pérdida de peso durante el ayuno varía según la persona. Es normal perder al principio 1 kg por día, lo cual va decreciendo a medida que avanza el ayuno hasta llegar a ½ kg diariamente.
Durante el ayuno sentirá frío porque el metabolismo del cuerpo no produce la acostumbrada cantidad de calor. Si uno tiene cuidado de permanecer abrigado, esto no causa problemas.
Antes de comenzar un ayuno prolongado, algunos se sienten tentados a ingerir una buena cantidad de comida para "almacenar". En realidad, eso hace más difícil el ayuno en los primero días. Es mejor comer algo más liviano que lo normal durante uno o dos días antes de comenzar el ayuno. También es recomendable dejar de tomar té o café unos tres ó cuatro días antes de iniciar un ayuno prolongado.
La primera comida después de un ayuno prolongado debe ser jugo de frutas o de verduras. Al principio se deben tomar pequeñas cantidades. El estómago se ha contraído y debe ponerse en funcionamiento lentamente. El segundo día después de haber levantado el ayuno debe comer frutas y luego leche o yogur. Después ensaladas y vegetales cocidos. Tenga cuidado de no comer en demasía.
Algunas personas no debieran ayunar por razones físicas. Los que padecen diabetes, o del corazón, así como las mujeres embarazadas, no deben ayunar. Si tiene dudas sobre su condición, consulte a un médico.
Es frecuente que en los tiempos de ayuno estemos involucrados en lucha espiritual. Necesitamos aprender a usar toda la armadura de Dios (Ef. 6). Uno de los períodos espirituales más críticos ocurre cuando finalizamos el ayuno, pues sobreviene la tendencia natural de relajarnos. Algunas personas experimentan una lucha espiritual severa durante un ayuno prolongado. Por ello, es recomendable pedir apoyo en oración y estar "reportándose" a una o varias personas de confianza en la Iglesia. Incluso algunos comienzan con cierta desconexión de la realidad en ayunos de más de siete días. Debe estar cubierto en oración y ser vigilado o monitoreado periódicamente por hermanos durante un ayuno prolongado.
Finalmente, en el ayuno hay "... justicia, paz y gozo en el Espíritu" (Ro. 14:17). El ayuno puede traer adelantos en la vida espiritual que no podríamos lograr de otra manera.

lunes, agosto 11, 2008

Jose Maria Cervelló. RIP.

Me saca del mutismo la realidad de las cosas. La muerte y el amor. Alario Carrera y Cervelló. Eros y thanatos. Ejemplo de amor es Amaya. Solo se explica viéndola actuar. Ejemplo de Cervelló es este artículo sobre el amor que relanzo tras su muerte injusta, por prematura. Seguramente no volveré a ver a ninguno de los dos. A ambos doy las gracias por el mero hecho de haber nacido, de haberme acompañado unos instantes. Breves. ETERNOS. Perfectos.
ALGO SOBRE EL AMOR Y OTRAS COSAS por JOSÉ MARÍA CERVELLÓ.

Hablar del amor es muy difícil porque todo esta dicho y se puede caer en toda clase de topicazos y tonterías.

Voy a intentar hablar de sus consecuencias.

Hace tiempo leí una teoría que me impactó y voy a intentar recordar (pese a no ser un experto en esta materia):

Los hombres no somos sujetos sino instrumentos de otra cosa que es la vida y su transmisión.

Veamos: el ADN sale de nosotros cuando estamos vivos y por medio de un espermatozoide fecunda un óvulo de un ser vivo. Cuando los padres mueren, son cenizas, pero hay una parte suya que sigue viva en otra persona, y así sucesivamente.

El objetivo esta cumplido: el ADN sigue y nosotros estamos muertos.

La vida sigue y nosotros no hemos sido más que un eslabón de la cadena, aunque algo nuestro siga vivo.

En la evolución de la especie humana primero apareció el instinto de reproducción al que siguió el placer sexual como estímulo.

No sé si el amor estaba desde el principio o apareció en un momento posterior del desarrollo cerebral. En todo caso, el amor es un sentimiento que radica en el cerebro.

Tenemos, pues, un procedimiento físico-químico, por una parte, y el amor como sentimiento controlado por el cerebro, por otro. Hay instinto y cerebro, como casi siempre.

En el principio de los tiempos surge algún tipo de matrimonio y con los hijos, la familia.

¿Qué pasaba en España en 1950?.

1-El matrimonio era religioso, con algunas excepciones civiles, mal vistas socialmente. Se rige por el derecho canónico, siendo indisoluble y sólo cabe la anulación.

2-Los hijos habidos fuera del matrimonio eran ilegítimos, con derechos casi inexistentes. Además había una clasificación pormenorizada y vejatoria según la situación de los padres. Jamás entendí que culpa tenían esos hijos.

3-La mujer casada no tenia, prácticamente, capacidad civil patrimonial.

4-Si la mujer casada cometía adulterio, estaba penado. Si era el marido, no era delito.

5-Los malos tratos quedaban en casa; había una especie de presunción de inocencia que podía llegar hasta el asesinato, siempre a favor del marido.

6-Los anticonceptivos no existían en España.

7-El aborto estaba penalizado.

8-Hubo modificaciones en el régimen civil de la mujer (1958) y sobre el acceso a nuevas profesiones (años sesenta), quedando muchas profesiones vetadas a la mujer.

La gran modificación de la Constitución de 1978:

La gran modificación vino con la constitución de 1978. De forma tácita a su entrada en vigor, y con todo el desarrollo legislativo posterior y los efectos de la entrada de España en las instituciones europeas.

Hasta llegar a la SITUACIÓN ACTUAL:

Si hemos sistematizado la situación en 1950, vamos a ver que ha pasado y cual es la situación ahora.

He puesto números que, en lo posible, se corresponden, para hacer más fácil la comparación.

1-El matrimonio canónico y civil está en plan de igualdad.

Se ha regulado el divorcio y, últimamente, el llamado divorcio express.

2-Los hijos son todos iguales sin que haya discriminación.

3 y 4- Hay igualdad entre el hombre y la mujer.

5-Ha habido un cambio radical en la legislación y en la reacción social en cuanto a los malos tratos.

6- El aborto está despenalizado y se anuncia una reforma más permisiva.

8-Como se ha dicho, hay igualdad entre ambos sexos y la mujer puede acceder a todas las profesiones.

9-Muchas barreras han caído, pero sigue habiendo tareas por hacer.

Por cierto, aprovecho para hacer una rectificación. En un articulo elogié a la Ministra de igualdad llamándola paisana. Hoy quiero matizar, somos de la misma provincia, pero ella no es de Cádiz y mucho menos de Cádiz, Cádiz.

ALGO SOBRE EL AMOR:

Creo que hay que recurrir a mi primer artículo y considerar que el amor es un sorteo más, aunque con un poco de margen de maniobra.

El amor hay que trabajarlo todos los días.

Dos personalidades diferentes conviviendo, tienen que ir acoplando sus cesiones para hacer una personalidad común, sin que cada una renuncie a lo esencial de ella misma.

LOS HIJOS:

Como no tenemos hijos y no me gusta hablar de cosas sobre las que no tengo experiencia, voy tratar solo de lo que es observable.

De acuerdo con el tipo de situaciones podemos hacer la siguiente lista:

-Hijos de familia católica o civil. -Hijos de familia numerosa o hijos únicos. -Hijos de madre soltera, conociendo al padre o sin conocerlo, y demás variantes. -Hijos de padres divorciados y vueltos a casar o no; con hijos de matrimonios anteriores, y con hijos comunes etc. -Hijos huérfanos de padre, de madre o de ambos. -Hijos adoptados. -Hijos de padres homosexuales y todas sus variantes: adoptados, por inseminación etc.

¿Alguien podría asegurar de donde saldrían los hijos mejor formados y más felices?

Volvemos a los sorteos y no se cuanto margen de maniobra tendremos.

Quiero decir algo sobre los hijos de padres divorciados (aunque sean obviedades). Lo fundamental es el interés de los niños, que son responsabilidad absoluta de los padres y que nunca termina. Los niños no tienen ninguna culpa de las desavenencias de los padres.

Lo que veo peor es la judicialización de los asuntos que impliquen a los hijos. Si los niños pasan unos años cruciales implicados en todas esas tensiones y presiones ¿Cómo serán al llegar a los 18 años? ¿Quién será el responsable?

Como siempre, cuanto más pienso, más preguntas me surgen.

Por cierto, ya que estamos hablando de estas cosas… habrá algún prudente lector que sepa decirnos que es el AMOR….

FIN

Paisajes perfectos


De la juventud...

lunes, julio 21, 2008

Carlos Rodríguez Braun sobre Gabriel Jackson

El historiador Gabriel Jackson, un darling del pensamiento único, afirma en El País: "el mercado no se preocupa por el destino de los individuos". Y añade: "el mercado, si no se regula, es completamente amoral...la competencia de mercado decide qué productos son los más atractivos para los consumidores...la crisis de las hipotecas basura...es un ejemplo perfecto de la amoralidad del mercado".

Es característica de los enemigos de la libertad la negación de la responsabilidad individual. Así, los individuos no pueden preocuparse por su destino, porque son obviamente irresponsables. Entonces, "el mercado" es visto como una entidad separada de las personas, a la que se adjudican toda suerte de deficiencias, para no tener que confesar abiertamente la tesis fundamental: como la gente es idiota, alguien tiene que preocuparse por ella. No pueden ser libres (o sea, el mercado) y por tanto es la alternativa la que vale, y la alternativa de la libertad es la coacción. Quienes deben preocuparse por el destino de los individuos no pueden ser los individuos libres, con lo cual el protagonismo debe ser para quien encarna la coacción: el poder político y legislativo.

Para sostener una tesis tan paternalista, repito, hay que despreciar al individuo, que no es capaz de elegir lo que le resulta más atractivo consumir. Como en realidad no es libre, sus decisiones no pueden ser morales, porque la moral es siempre voluntaria. Eso es lo que quieren decir los enemigos de la libertad cuando dicen que el mercado –o sea, la gente libre, la única que puede tener y tiene sentido moral– es amoral.

Si la libertad es amoral, entonces su opuesto es quien está provisto de sentido moral. Y de ahí la conclusión de que el Estado es quien encarna la ética. Tan disparatada noción debe ser acolchada por la ficción de que todo contratiempo es derivado de la libertad. Así, cuando aparecen los problemas en unos regímenes bancarios regulados públicamente dentro unos sistemas monetarios monopólicos y públicos, la corrección política corre en busca del obvio culpable: el mercado, es decir, la libertad.

miércoles, julio 16, 2008

Rif 1921

Dicen que al pre-estreno del documental acudieron, el productor Melchor Miralles, la directora de Casa Árabe, Gema Martín Muñoz, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Me enteré por la prensa. Fue el inicio de mi final, de mi ruina.

martes, julio 15, 2008

Wordsworth para Amaya.

Wordsworth: «Aunque mis ojos/ ya no puedan ver ese puro destello/ que me deslumbraba,/ aunque ya nada pueda devolver la hora/ del esplendor en la hierba,/ de la gloria en las flores,/ no hay que afligirse/ porque la belleza/ siempre perdura en el recuerdo».

¿QUÉ ES OCCIDENTE? de Philippe Nemo. Gota a Gota. Reseña de Marco

Muchas veces escuchamos afirmar que en Francia no hay liberales y que la veta liberal del pensamiento francés se perdió en algún momento de mediados del siglo XX, hundida bajo el fascismo, los jacobinos, los comunistas, el socialismo y las diversas ramas de ultraizquierdismo que han venido floreciendo por aquellos pagos desde aquella cosa (cada vez más patética, a medida que pasan los años) que se llamó Mayo del 68.
Pues bien, no es verdad. A pesar de la casta de mandarines y caciques surgidos de las escuelas de políticos funcionarios, a pesar del conservadurismo y del miedo de los franceses, a pesar de la corrupción de la República sigue habiendo liberales en Francia, y el liberalismo sigue dando frutos en una tierra en la que siempre tuvo arraigo.
Tenemos ahora una nueva prueba en el libro, mejor dicho panfleto, aunque razonado, que acaba de publicar la editorial Gota a Gota. Se titula ¿Qué es Occidente? y su autor es Philippe Nemo, profesor y estudioso de las ideas políticas. En España se han publicado de él Job y el exceso del mal (1995), un ensayo a partir de la gran reflexión del francés Emmanuel Lévinas sobre el significado de "pecado original", y otro trabajo más breve, pero enjundioso, sobre
la oligarquía de la V República francesa.
Philippe Nemo también es el responsable de la edición de una monumental historia del liberalismo europeo, que saldrá en Francia dentro de unos meses y renovará bastantes perspectivas.
Como se ve, no es hombre falto de ambiciones. El solo título del libro ahora publicado en español indica que no se va a rendir. Se lo agradecemos.
No estamos ante una divagación más sobre un término particularmente confuso. Este panfleto no es una nueva lista de valores y convicciones, ni otra glosa sobre reflexiones anteriores ni, menos aún, un lamento elegíaco. Nemo propone, ni más ni menos, una definición de Occidente.
En los cinco primero capítulos el autor describe los cinco acontecimientos históricos que han hecho de Occidente lo que es, a saber: la invención de la ciudad, de la libertad bajo la ley, de la ciencia y la escuela (con los griegos); la invención, por los romanos, del derecho, de la propiedad privada, de la persona y del humanismo; la revolución ética y la invención del tiempo histórico que trajo la Biblia; lo que llama la "revolución papal" de los siglos XI y XII, que es la síntesis de los tres hechos anteriores –Atenas, Roma y Jerusalén– y que rescata para la Iglesia Católica parte de lo que muchos historiadores han atribuido a la Reforma; y, finalmente, la promoción de la democracia liberal.
Aplicando estos criterios rigurosamente, resulta una geografía de Occidente muy precisa, más de la que Huntington trazó en El choque de civilizaciones. La conforman los países que han vivido los cinco acontecimientos (los antiguos quince de la actual Unión Europea, salvo Grecia), además de las democracias anglosajonas (Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda). Cerca, pero no en el núcleo duro, están los países del este de Europa, donde no hubo revolución democrática, los hispanoamericanos e Israel. En el otro extremo están los países dominados por el Islam.
Nemo no niega la vocación universalista de Occidente en aras del multiculturalismo. Países no occidentales como Japón o la India han demostrado que los valores occidentales son transmisibles, adaptables y fecundos en otras circunstancias. Pero tampoco oculta las diferencias en aras de un mestizaje universal. Como no se hace ilusiones –con razón– acerca del fin de los conflictos, argumenta que más vale tener claras las ideas para entablar un diálogo en profundidad, no un simple intercambio de cortesías vanas, y menos aún un suicidio como el que preconiza el Gobierno socialista español.
Por eso mismo, Nemo se atreve a proponer, al final, una idea original. Se trata de la creación de una Unión Occidental. Sería algo distinto de la Unión Europea indefinidamente abierta que hemos conocido hasta ahora y ya ha entrado definitivamente en barrena. También sería algo distinto a cualquier tipo de zona controlada por una supuesta hegemonía norteamericana.
La Unión Occidental vendría a ser la alianza de un conjunto de países que comparten una identidad cultural esencial, un "espacio institucionalizado de concertación y coordinación, una libre República de países iguales en derechos".
¿Pura utopía? En parte sí, pero propuestas arriesgadas como éstas tienen la virtud de devolvernos a realidades esenciales: la necesidad de saber quiénes somos, si queremos defendernos, y cómo apuntalamos la base sobre la que se ha construido Occidente: la libertad.
Como el panfleto es corto, está bien escrito –sin los amaneramientos del francés actual– y bien traducido, se lee de un tirón. Y le hace a uno soñar con lo que podría llegar a ser, con los medios de que disponemos hoy, un Occidente dispuesto a promocionar los valores liberales, que son los suyos.
José María Marco

viernes, junio 27, 2008

El genio del cristianismo

  • Bellezas de la religión cristiana
  • Autor: Chateaubriand
  • Trad.: Manuel M. Flamant
  • Editorial: Ciudadela Libros
  • Colección: Ensayo
  • Precio: 29,50 €
  • Páginas: 624

lunes, junio 23, 2008

Armytimes.com

Who needs sit-ups? By Nate Morrison - Special to the Times
You can't dead lift 600 pounds if your abs aren't strong, but you will never see a 600-pound dead-lifter doing crunches and sit-ups. Both exercises have a long history in our military, but dead-lifters know something most in the military do not: Isolation exercises are the wrong way to develop abdominal muscles. Abdominal strength is the result of proper training in movement patterns. The abs, as the supporting cast, will develop alongside the rest of the muscles.
Isolation exercise leads to a collection of body parts, not the integrated fighting unit we need to succeed on the battlefield. There are two excellent drills to get started on this quest — standing weighted arm raises and the "hot potato."
  • Standing weighted arm raises
    Standing weighted arm raises challenge the abs from a static standing position. Select one or two light dumbbells (5 to 15 pounds.) and stand with your feet shoulder-width apart. Brace your stomach as if for a punch. At the same time, squeeze your glutes and tuck your pelvis under and forward — this is essential.
    Squeeze the handles hard and hold your body very tight. Exhale tightly, making a hissing sound as you lift the weights with locked arms out in front of you to shoulder level or straight above your head. This movement must be done slowly and under control with maximum tension. Lower the weights to the starting position with the same breathing and control. You will feel the burn immediately.
    Now raise the weights with locked arms to the side to shoulder level or above the head with the same breathing and tension. Lower in the same manner. Perform three to five sets of three to five reps each. Relax and breathe between sets for about one minute. For a more advanced version, lift the weights above your head to the front and lower them to the side. Then reverse the movement.

  • The hot potato
    The hot potato places a more dynamic load on the muscles.
    Hold a medicine ball or a kettlebell hand weight (picture a cannonball with a handle) in one hand in the "rack" position — the weight at your shoulder, your arm tight to your side. Stand with your feet shoulder-width apart and maintain the same ab and glute tension as above.
    In a slow, controlled motion, transfer the weight to the other hand and repeat. You should feel your abs fire to accept the weight.
    Next, gently toss the weight from hand to hand, starting with your hands close together and moving slowly farther apart — no more than 12 inches. Add weight to increase the difficulty if desired.
    This drill can be done for many reps. The general guideline is to rest when your form begins to deteriorate. Three to five sets is a good goal.
    Nate Morrison is an Air Force pararescueman staff sergeant. He is a military fitness expert and founder of the online magazine www.milfitmag.com.

sábado, junio 21, 2008

Dios y sus vecinos gitanos

EL MUNDO. ÓSCAR FORNET. MADRID.-
Wimbledon, la capital mundial de la raqueta, archiva algunos de los instantes legendarios de este deporte. Muchas cosas han cambiado desde 1968, desde que la Federación Internacional de Tenis (ITF) y los Grand Slam abrieron sus puertas a la 'era profesional'. Las nuevas tecnologías y, sobre todo, la televisión en color propiciaron los cambios más significativos en el estilo de juego y el formato de la competición. Con las retransmisiones en directo aparecieron el 'tie break' y las bolas amarillas. Con los nuevos materiales, más ligeros, se vieron golpes hasta entonces nunca vistos. Servicios supersónicos, nuevos efectos, ángulos que Rod Laver ni siquiera imaginó. [ESPECIAL WIMBLEDON '08]
Wimbledon siempre ha sido el 'grande' más reacio a una evolución que casi siempre llega del otro lado del Atlántico, pero poco a poco ha cedido a casi todas las iniciativas modernas. La última, igualar la dotación económica entre hombres y mujeres, se aplica desde 2007. Incluso la pista central, considerada una pieza de museo, no puede evitar renovarse. Será más grande en a partir de 2009 y contará con un techo retráctil para que la lluvia no interrumpa el programa. De nuevo manda la televisión. La única norma que no se discute es la referente a la indumentaria. Un año más, el tenis se jugará de blanco.
Aún habría que aguardar dos años para ver de nuevo a los mejores profesionales como Laver o Ken Rosewall, pero lo de Manolo Santana en 1966 no fue un paseo. Sufrió para derrotar a uno de los grandes tenistas del momento, el californiano Denis Ralston [ver el vídeo], uno de los 'Handsome Eight' que en 1967 firmaron un contrato con el visionario Lamar Hunt para crear el World Championship Tennis (WCT) de Dallas, el germen del primer circuito, un torneo que sobrevivió durante 23 años siguiendo un modelo similar al de la actual Copa Masters y capaz de ofrecer 50.000 dólares para el campeón. Wimbledon no superaba entonces los 10.000 dólares. Ralston, junto con su compatriota Butch Buchholz, el yugoslavo Nikola Pilic, el francés Pierre Barthes, el sudafricano Cliff Drysdale, el británico Roger Taylor y los australianos John Newcombe y Tony Roche se adentraron en una aventura sin retorno para unirse a Rod Laver, Ken Rosewall o Roy Emerson o Fred Stolle, asociados en la National Tennis League (NTL) y vetados por los Grand Slam durante cinco largos años.
El viejo sueño de Jack Kramer, quien en 1950 no contaba con la televisión como instrumento de financiación y mucho menos de presión contra la ITF, se ponía en práctica y, al fin, Roland Garros vivía su mayo del 68 particular y presentaba un cartel estelar semanas después de la disputa de la disputa del primer torneo profesional, que tuvo lugar en el West Hants Club de Bournemouth y en el que Rosewall se impuso a Laver sobre pista dura.
El pulso se mantuvo hasta 1973, cuando Wimbledon sufrió el primer y único boicot masivo de los tenistas, quienes respaldados por la recién creada Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), decidieron apoyar a Pilic por un contencioso con la federación de su país tras su renuncia a la Copa Davis. Pero, tal había sido el éxito económico y social en Roland Garros en 1968 que a Wimbledon no le quedó otra que pasar por el aro ese mismo curso y readmitir a las estrellas marginadas. Frente a frente en una nueva final, Laver derrotó esta vez a Rosewall -cuatro finales perdidas en Wimbledon- y recuperó su corona londinense para repetir ante Newcombe en 1969 [ver el vídeo], año en que triunfó en los cuatro 'majors' por segunda vez en su carrera.
Antes, Wimbledon solicitó entrevistarse con Hunt. Había que examinar de cerca a aquel magnate del petróleo texano fundador también de la National Football League y la National Soccer League, entre otras 'locuras' deportivas. Su aspecto y sus formas casi europeas, al contrario de lo que esperaban encontrarse los estirados oficiales del All England Club, no le evitaron un trato hostil. A fin de cuentas, a los ojos británicos Hunt era un usurpador. Pero apropiarse de su deporte no era el objetivo de este personaje cargado de dólares, ni siquiera planteaba destruir las tradiciones, simplemente apostaba por modernizar el juego y repartir un nuevo y gigante pastel del que todos podrían sacar beneficio. Y para ello, era necesario presentar el tenis a un nuevo público, convertirlo en un fenómeno de masas. Y así fue.
La democratización de la raqueta alumbró a las primeras 'popstars', nació el 'mito Borg', un adolescente de cabello dorado y mirada de hielo, el primer tenista capaz de alzar cinco trofeos consecutivos en Wimbledon, un registro sin precedentes en el torneo desde 1889. De aquellas cinco ediciones para el recuerdo, dos instantes permanecen en la memoria colectiva: la semifinal de 1977 ante Vitas Gerulaitis, otro 'playboy' con pantalón corto [ver el vídeo], y el 'tie break' más disputado de la historia ante John McEnroe en la final de 1980 [ver el vídeo: parte 1 parte 2 parte 3]. Aquel día, Borg comprendió que había encontrado a un sucesor. El neoyorquino se impuso en cuatro sets en la final de 1981 [ver el vídeo], sustituyó al 'dios vikingo' en el corazón de los aficionados por su estilo diametralmente opuesto y cerró la serie de 41 victorias consecutivas del escandinavo, un récord al alcance de Roger Federer si retiene el trofeo en 2008.
El suizo, defensor del título desde 2003, tuvo el privilegio, dos años antes, de poner fin a la racha de cuatro victorias del gran Pete Sampras en un partido memorable resuelto en cinco mangas [ver el vídeo].
Desde su primera victoria hasta la derrota frente al actual número uno del mundo, el genio de Washington triunfó en siete de las ocho ediciones. Sólo Krajicek (1996) partió en dos su reinado [ver el vídeo]. Entre la época de dorada de BigMac, y su inolvidable 'You cannot be serious', [ver el vídeo] hasta el inicio de la 'dictadura Sampras', Wimbledon vibró con un alemán espigado y pelirrojo, capaz de conquistar la hierba inglesa en su segunda participación. Boris Becker sigue siendo, con 17 años y 227 días, el campeón más joven de Wimbledon tras su triunfo en 1985 frente a Kevin Curren [ver el vídeo].
'Boom, boom Becker', otro fenómeno que, a medias con el australiano Pat Cash, acabó con los sueños 'en verde' de Ivan Lendl [ver el vídeo]. A Becker, fuerza bruta al servicio, elasticidad en la red, le bajó de la nube la caricia mortal de Stefan Edberg [ver el vídeo]. Suecia encontró en este genio delicado al sucesor de Borg sobre la hierba como antes a Mats Wilander sobre la tierra batida.
Pero, para revivir la mejor final de Wimbledon de todos los tiempos hay que avanzar de nuevo hasta 2001. Tras tumbar a Sampras, Federer no pudo con Tim Henman, el último gran héroe local, cuatro veces semifinalista pero incapaz de suceder a Fred Perry como último campeón británico. Aquel año, el 'gentleman' de Oxford también cayó en la penúltima ronda. No pudo con un hombre que, como él, vivía por y para Wimbledon. Nadie interpretó tan bien el drama como Goran Ivanisevic. En su cuarta final, tras perder la de 1992 ante Andre Agassi [ver el vídeo de Agassi contra Becker en 1992] y las de 1994 y 1998 ante Sampras, la providencia le entregó el título tras batirse en duelo con otro tenista maravilloso que perdió su segunda y última gran oportunidad. Patrick Rafter, hervíboro por naturaleza, tuvo que conformarse con dos US Open tras caer por 6-3, 3-6, 6-3, 2-6 y 9-7 [ver el vídeo].
A su lado, Goran recuerda entre lágrimas la fragilidad del corazón de su padre, agradece a la gente de Londres, que le quiere, y dedica a Drazen Petrovic, su amigo, "el mejor jugador en la historia del baloncesto europeo", fallecido en accidente de tráfico en 1993. Ivanisevic reveló poco después que durante el partido había firmado un pacto. "Pedí a alguien de allí arriba que me dejara ganar aquel partido aunque luego no pudiera jugar más al tenis". El deseo le fue concedido pero desde entonces, tras 13 años sin lesiones, el hombro no le dejó en paz. Nunca volvió a rendir a su mejor nivel. Ese triunfo llegó, "después de una dura negociación con Dios".
Rafael Nadal negociará en 2008 con Federer, Djokovic y compañía. El balear, tras su triunfo en Queen's, parte para muchos como primer favorito al título, aun por delante del pentacampeón helvético. Sería el tercer triunfo de un tenista nacional tras el ya mencionado de Santana en 1966 y el más reciente de Conchita Martínez ante Martina Navratilova en 1994 [ver el vídeo].

lunes, junio 16, 2008

Melancolia segun el clérigo Burton



Que un clérigo amante de la sabiduría y los libros escriba un tratado de medicina es cosa rara. Que el tratado se convierta en un texto literario fundamental es más que raro, asombroso. Que el libro haya terminado convirtiéndose en un tratamiento de elección para curar, mediante el deleite y la admiración, la “patología” que lo ocupa (la melancolía), es una verdadera maravilla. Finalmente, que hayan sido médicos quienes hayan puesto al alcance de los lectores de habla hispana este libro monumental, la Anatomía de la Melancolía, de Robert Burton, cierra el círculo con un acto de justicia que las editoriales comerciales no habían sabido cumplir.

“¿Por qué un teólogo melancólico que no puede conseguir nada, si no es por medio de la simonía, no tendría derecho a cultivar la medicina?”, se preguntó Burton. Afirmaba que la melancolía es una enfermedad del alma, la cual pertenece tanto al teólogo como al médico: “Un buen teólogo debería ser un buen médico, por lo menos un médico del alma”. En su refugio vitalicio de la Universidad de Oxford disponía no sólo del inmenso caudal bibliográfico de la Biblioteca Bodleiana, sino de miles de volúmenes de su pertenencia, que lo rodeaban en sus habitaciones.
Más aún, tras la publicación de la primera edición de su Anatomía fue designado bibliotecario vitalicio en Christ Church. A esto se añade un detalle de no poca importancia: había leído todos esos libros y muchos más. Anticipándose a Walter Benjamin, quien hacia 1930 abogaría por un libro compuesto exclusivamente de citas de otros autores, Burton lo escribió, pero no pudo con su genio, y entretejió citas, glosas y referencias con su propia prosa, produciendo, no una mera antología de textos, sino un libro inmortal, al que se ha pretendido definir de muchas maneras (todas las cuales resultaron insuficientes): “mina de curiosísima información”, “asombrosa revelación de las ideas filosóficas y psicológicas de su tiempo”, “El Superlibro”, “anomalía gargantuélica”. Es un libro cuya densidad desafía la forma tradicional de la lectura, y cuyo calidoscópico contenido no permite dar cuenta de él mediante resúmenes o reseñas.
“Tiene el título más bello que se haya inventado para un libro. Pero es indigesto.”, dijo Emil Cioran. Acaso este aforista del suicidio se habría curado leyendo la Anatomía como corresponde, en pequeñas dosis, en muchísimas veces, según posología indicada por Jorge Luis Borges. Así lo leía el Dr. Samuel Johnson, quien a menudo se levantaba dos horas más temprano para consagrarlas a su lectura; así lo entendió Charles Lamb, que confesaba haber leído el libro cien veces, sintiendo cada una de ellas que para terminar de leerlo le faltaban otras mil. Desaforadamente expresó su admiración John Keats, cuando dijo: “Daría mi pierna preferida por haber escrito este libro”. Otros que admiraron (y saquearon) la obra de Burton fueron Laurence Sterne (para su Tristram Shandy) y Samuel Beckett. Reflejos de ella iluminan Moby Dick. Anthony Burgess, el autor de La naranja mecánica, la calificó “el más espléndido libro de la historia de la literatura”.
Burton, “el Montaigne inglés”, nació en Leicestershire, bajo el melancólico signo de Saturno, el 8 de febrero de 1577. Fue educado en escuelas donde padeció las vejaciones de rutina (que luego incluiría en su libro entre las posibles causas de melancolía), y a los dieciséis años ingresó en el Brasenose College, donde sólo se hablaba latín. En 1599 fue admitido en Christ Church College, donde recibió una severa educación clásica, y en 1614 concluyó sus estudios de teología. En 1616 fue designado vicario de la Iglesia de Santo Tomás, Oxford; en 1626, cuando ya había publicado la primera edición de su Anatomía, obtuvo un cargo que le importaba mucho más: el de bibliotecario de Oxford. Burton prácticamente no salió de Oxford, donde gozaba de una residencia vitalicia similar a la que obtendría Lewis Carroll, el autor Los Libros de Alicia. En realidad casi no salió de su biblioteca. En su obra dice que no viajó sino sobre libros y mapas. Anatomía de la Melancolía apareció en 1621, y cinco ediciones subsiguientes (1624, 1628, 1632, 1638 y 1641) incorporaron sucesivas revisiones y alteraciones.
“Melancolía” es una palabra polivalente. Desde la antiguedad se distinguió entre la causada por “bilis negra” y la más benigna y “prestigiosa”, que aquejaba con frecuencia a los poetas: según Aulio Gelio la melancolía es la enfermedad del héroe. La casi sinonimia de melancolía y tristeza perduró hasta nuestros días. Victor Hugo dijo que “melancolía es la felicidad de estar triste”, e Italo Calvino que es “tristeza que se ha vuelto luminosa”. También se incorporó la melancolía al concepto de la depresión, la manía y la locura. Burton la llama “el óxido del alma”, englobando en sus análisis los tormentos gemelos del decaimiento espiritual y sus manifestaciones físicas. La melancolía “grave” amenaza al cuerpo con un maligno despliegue de sensaciones, que Burton enumera en prodigioso catálogo. Señala que la melancolía es inherente al hecho de ser criaturas mortales. Inquiere si es enfermedad o síntoma. A quienes la definían como un delirio sin fiebre acompañado por temor y tristeza les señala que no toman en cuenta la imaginación y el cerebro. A los maniáticos del ejercicio físico (que no deja de recomendar) les recuerda que la ociosidad del espíritu es mucho peor que la del cuerpo; que la desocupación mental es una enfermedad; que la imaginación tiene una fuerza muy peculiar entre los melancólicos, y que para que la imaginación no nos aniquile la mente debe estar activa. Observa que no hay ser humano inmune a las tendencias melancólicas, y que la melancolía es inseparable de la idea de la muerte. Asienta el hecho de que la melancolía parece favorecer el mecanismo de la ideación y la meditación profunda, y de que hay hombres a quienes resulta placentera. Pero lo que hace del libro una obra inigualable es lo incidental: la melancolía es el trampolín, pero lo que interesa es la totalidad de la experiencia humana. Burton trata todos los ítems imaginables y muchísimos imaginarios. Los trasgos, la belleza, la geografía de América, la digestión, las pasiones, la bebida, el beso, los celos, la erudición y mil otras “atracciones” surgen a cada paso, aludidas con sabiduría y gracia inigualables. Incidentalmente, también, Burton dice: “Escribo sobre la melancolía para eludir la melancolía”.
Pasó su vida corrigiendo y aumentando la obra. Para dar idea de su vastedad basta decir que la primera edición tenía 900 páginas (unas 350.000 palabras) y la última 1.500 (más de medio millón); 13.333 citas de 1.598 autores se acomodan en los tres volúmenes. (Alguien palió su melancolía recopilando estos datos.) Sólo el prefacio tiene más de cien páginas, y el índice de temas (inexistente en la edición española) es tan copioso y llamativo que co nstituye por sí mismo una antología del detalle cómico y el florilegio erudito que hubiera querido escribir cualquiera de los surrealistas. Contiene gemas como “Calvicie, una desgracia”; “Ateísmo, entre los Papas”, “Bohemia, la licantropía en”, “Cerebro, sus excrementos”, “Cocodrilos, celosos”; “Golondrinas, cucos, dónde están en invierno”; “Músicos, locos”. Sinopsis laberínticas preceden cada una de las tres partes.
A menudo Burton parece burlarse de sí mismo, pero sus proyectiles apuntan a otros blancos: “El estilo improvisado, las tautologías, las imitaciones simiescas, toda la rapsodia esa de andrajos que amontono, después de haberlos recogido en cada basurero, excrementos de los autores, bicocas y tonterías, vertido en desorden, sin arte ni juicio, mal digerido, vano, vulgar, ocioso, aburrido y seco”, dice, refiriéndose al contenido de los volúmenes. En otro punto añade: “No me gustaría que se supiera quien soy”.
Firmó el libro como "Demócrito Junior”, en homenaje al filósofo que se reía de la necedad humana. No obstante, en el texto deja pistas que revelan claramente su identidad. Una de sus mayores astucias la constituye el uso de las citas, en las que son otros los que dicen cosas que un clérigo no debería decir. Deambula a través de mil materias: medicina, astronomía, astrología, filosofía, artes, política, ciencias naturales, sin que el libro sucumba al caos metodológico. Hizo solo todo su trabajo, sin contar siquiera con un amanuense. Anatomía de la melancolía apareció cuando corría el tercer año de la guerra que con el tiempo se llamaría “de los Treinta años”, en la que la crueldad de los ejércitos mercenarios, las pestes y el hambre, devoraron prácticamente a un 30% de la población civil europea.
Burton fue de los primeros en señalar que hay naciones enfermas como hay hombres enfermos, y que las patologías de los gobernantes suelen conducir a las naciones a verdaderas catástrofes. “Nada más peligroso para los hombres comunes que la flatulencia de los monarcas.” “Los reinos, provincias y cuerpos sensibles están sujetos a enfermedad, y hay muchas enfermedades en una república”. “¿No es este un mundo loco?”, pregunta Burton en su larga introducción Demócrito Junior al lector. “¿No están locos los que legan batallas tan brutales como memoriales perpetuos de su locura para todas las épocas?”. “Normalmente, a las sanguijuelas más cerebro de mosquito, a los más ladrones, a los villanos más desesperados, a los bribones traicioneros, a los asesinos inhumanos, a los miserables temerarios, crueles y disolutos, se los llama espíritus valientes y generosos, capitanes heroicos y valerosos, hombres bravos en las armas, soldados valientes y renombrados.”
Tras los prolegómenos da comienzo el Gran Show de la Melancolía. El primer tomo expone, define y distingue el trastorno, y enuncia sus causas. “En vano se hablará de curaciones, o se pensará en remedios, hasta que no se hayan considerado las causas.” Estas son: Dios, los espíritus, los ángeles malos o demonios, las brujas y magos, los astros, la edad avanzada, los padres, la mala dieta, la retención y evacuación, los malos aires, el ejercicio inmoderado, la soledad y la ociosidad, el sueño y la vigilia, las pasiones y turbaciones de la mente, la fuerza de la imaginación, la tristeza, el temor, la vergüenza, la desgracia, la envidia, la malicia, el odio; la emulación, la facción, el deseo de venganza, la ira, el descontento, las preocupaciones y miserias; el apetito concupiscible, los deseos y la ambición, la avaricia y la codicia, el gusto por el juego y los placeres inmoderados, el estudio excesivo (contiene una jugosa digresión sobre la miseria de los estudiosos).
Entre las causas “no necesarias, remotas, externas, adventicias o accidentales”, el primer lugar lo ocupa la nodriza. Siguen la educación, los terrores y pavores, las burlas, las calumnias, pérdida de libertad, servidumbre y prisión, la pobreza y necesidad. Al considerar los síntomas o señales de la melancolía en el cuerpo y en la mente, discierne entre los producidos por la educación, el flujo del tiempo, la influencia de las estrellas y de nuestra propia condición, combinados o no con otras enfermedades. Distintos son los de la “melancolía de la cabeza”, la “melancolía flatulenta hipocondríaca” y la “melancolía de las doncellas, monjas y viudas”, que no olvida. El segundo tomo instruye sobre la curación de la melancolía. Tras agotar el tema de la “Dietética”, con sus “correcciones” y “rectificaciones” (de la dieta, de la retención y la evacuación, del aire, de los ejercicios del cuerpo y de la mente, del despertar y de los sueños terribles), se ocupa Burton de “la medicina que cura con medicamentos” o “Farmacéutica”. “Muchos –señala—ponen objeciones a esta modalidad de medicina y sostienen que es innecesaria y poco provechosa para ésta y para cualquier enfermedad, porque los países que menos la utilizan viven más tiempo y tienen mejor salud”. No obstante, ofrece detallada exposición de diversos preparados, entre ellos “los que purgan la melancolía por arriba”, los que lo hacen “por abajo” y los compuestos, así como de “remedios quirúrgicos”. Este volumen cierra con pintorescas exposiciones sobre la melancolía “hipocondríaca” y la “ventosa o flatulenta”.
La melancolía amorosa es el tema más importante del tercer tomo. Maestro de la narrativa, Burton proporciona como ejemplos la mayoría de las grandes historias de amor, exhibe un enfoque moderno de los problemas psicológicos, y permanentemente hace sonreír al lector. Especulando desde su celibato académico sobre los placeres, ventajas y lacras del matrimonio, nos conduce a fantasías de infinitos besos, lista todas las posibilidades y artificios de la atracción femenina, antes de llegar a la conclusión de que se puede aceptar el matrimonio, sin desestimar la melancólica posibilidad de que uno termine encadenado a “un mero simulacro, un verdadero monstruo, un zopenco imperfecto”. El rosario de anécdotas y opiniones en pro y contra de la institución matrimonial es sencillamente desopilante. Su visión de lo erótico es tanto más atractiva cuando se tiene en cuenta que habiendo sido toda su vida un clérigo, todo es enteramente imaginario. Se explaya sobre la distinción entre el amor y otras pasiones, sobre el amor “heroico”, sobre los “atractivos artificiales del amor”, sobre las mil formas de cautivar y engañar que practican hombres y mujeres, sobre las “causas de la provocación a la lascivia”, sobre “alcahuetes” y “filtros”. “Quien se desploma desde lo alto de una montaña no corre tanto peligro como quien se hunde en el golfo del amor”. Muerte, traición, asesinato “son con frecuencia actos y escenas de esta tragicomedia”. No obstante, tomada a tiempo la melancolía amorosa puede aliviarse y, con diferentes y buenos remedios, corregirse. Son fundamentales el trabajo, la dieta, las medicinas, el ayuno. Cita a Charles de Lorme, quien sostuvo que los enamorados y los locos deben ser tratados con remedios idénticos. La terapéutica es amplísima y el vademécum copioso: hay quien mejora con sólo llevar un anillo de topacio, pero también hay procedimientos más drásticos, como la administración de testículo derecho de lobo, o de polvo de rana decapitada, machacados en agua de rosas. Lo cual conduce a pensar que más vale seguir las instrucciones del capítulo siguiente, que aconseja resistir desde un comienzo, evitar las oportunidades, huir del lugar donde la seducción amenaza, y acudir a “pasiones contrarias y trucos ingeniosos que estimulen una nueva pasión que neutralice la primera”. Pero el último y más eficaz recurso contra la melancolía amorosa –dice—“es dejar que los amantes colmen su deseo”. Esto conduce al tema del matrimonio, que expone con gracia insuperable.
“Puede ser malo o bueno, pues, por un lado, constituye una cruz y una auténtica calamidad, pero por otro lado es un dulce placer, una felicidad incomparable, un estado bienaventurado, un beneficio indescriptible, un absoluto contento. Todo depende de como salga.” Burton murió el 25 de enero de 1640 en Christ Church. Había anticipado la fecha de su deceso con notable precisión mediante un cálculo de su natividad. Un rumor que llegó hasta nuestros días dice que puso fin a su vida voluntariamente, para cumplir su propia predicción y no dejar tras sí un error de cálculo. Dejó, en cambio, un libro que tiene la extraordinaria virtud de quitar a sus lectores la melancolía.
Estamos aquí para agregar lo que podamos a la vida, no para extraer todo lo que podamos de ella. WILLIAM OSLER