Mostrando entradas con la etiqueta misticismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta misticismo. Mostrar todas las entradas

sábado, junio 20, 2015

La conversión de Verónique Lévy




Verónica Lévy
Verónica Lévy

LOS EVANGELIOS REVELAN LA ESENCIA DEL JUDAÍSMO

La hermana menor del polemista francés, el escritor y filósofo Bernard-Henri Lévy, cuenta en un libro su conversión al catolicismo. Se titula Montre-moi ton visage. Dice que su conversión la restaura principalmente en su femineidad abismada y reafirma, aunque resulte una paradoja, su identidad judía: «Yo carecía de raíces; en este nuevo comienzo encontré mi origen». Los Evangelios, según Veronica, revelan la esencia del judaísmo.



Dicen cronistas de esta conversión, la de una muchacha a la que nadie en la familia ha tomado nunca muy en serio, que Véronique se detuvo pasmada ante la imagen de la femineidad cristiana de tal forma que puede llegar a matar si se acusa a la Iglesia de misoginia. Véronique, como veterana anticlerical y feminista, siempre estuvo dispuesta a atacar a la Iglesia por su oscurantismo. En esa Iglesia ha restaurado su “feminidad herida”, y afirma que en ella “he encontrado mi casa”. Hoy su hermano la describe como una mujer “tocada por la redención”.

Ella, que nunca había leído nada, devora la Biblia y los escritos de los místicos, de los teólogos, de los Padres de la Iglesia. Cuando se entusiasma con un pasaje, llama a su hermano mayor y le lee páginas enteras. ¿No tiene miedo de cansarlo ? La contestación de esta mujer fundamenta todas estas letras que continúan en torno a una fe y un redescubrimiento de la menospreciada "judeidad" de Cristo: 

«Me dirijo a la Tierra Prometida que hay en él»

Bernard-Henri Lévy, el eterno enfant terrible de la intelectualidad francesa, es agnóstico: «Digamos que a mí no se me plantea el problema de la existencia de Dios». Pero entendió la seriedad que encerraba la petición de su hermana veinte años mas joven. Quería que él estuviera presente en su bautizo. No era un capricho. «Por la seguridad y la intensidad con que hablaba comprendí que no se trataba de una niñería sino de una auténtica experiencia interior».

Según confiesa el mediático hermano: «En la vida de Verónica, hubo una lucha cuerpo a cuerpo con el mal, con un ápice justo antes de su conversión; ha tenido también gracia y redención: se convirtió en otra persona. Rehizo su alma. Esta clase de aventura espiritual atañe al ser en todas sus dimensiones, desde arriba hasta abajo».


Veronique es una mujer desconocida, de aspecto frágil que aún conserva un aire juvenil con su pelo rubio y su pose al fumar. Parece temerosa. Es obvio, para quienes examinaron de cerca la diáfana gravedad de su mirada, que su vida ha sido complicada, que pasea cicatrices. Siempre ha tenido presente la figura de Cristo. La pequeña se fascinó con ese hombre cuyos grandes brazos abiertos sobre la cruz no evocaban dolor sino un amor sereno, incondicional y absoluto. Recibe la primera llamada con tres años, por boca de su amiga Coralia en unas vacaciones en la playa de  Antibes. Pero su formación ha sido laica, a pesar de vivir en el corazón de una familia de larga estirpe judía pero no practicante. Se relaja y adquiere pausa, seguridad, al plantear el único tema a tratar, insiste, que es Cristo.

«La Iglesia es el hospital de las almas heridas, aquellas a las que la psiquiatría o el psicoanálisis no han podido aliviar. Propone lo que el mundo laico ha olvidado: el perdón, la redención. Abre un camino de libertad, desata los nudos. Lo Eterno no divide ; unifica, denomina, ordena. Y este orden es bondad». Por un momento se recibe el carisma de ese entorno de pensadores en el que se ha criado. 

Primer domingo de cuaresma de 2012. La nave de Notre-Dame de París llena. Bullicio propio de un día de alegre celebración. La ceremonia es presidida por Monseñor Ving-Trois. Convoca a los adultos que serán bautizados cuarenta días después, en la noche de Pascua. Entre los asistentes  Bernard-Henri Lévy. En los asientos reservadas a las familias de los catecúmenos. Hoy es Bernardo, como le llaman en casa. 


La satisfacción de ver a una hermana un poco perdida, delicadamente inestable, transformada en un alma nueva no impide una triste melancolía tal vez egóica pero muy razonable en un Leví. 

«¿Qué habrían pensado nuestros padres? Durante su bautismo, imaginaba, habrían quedado desolados : sin duda, una ruptura así no se había producido jamás en el multimilenario linaje de los Leví. Me embargaba también el sentimiento de haber fracasado en transmitirle algo a esa hermana pequeña que podría ser mi hija».


Fueron educados en la memoria y el orgullo de quien “lleva un nombre muy antiguo, aristocrático, el nombre de una de las doce tribus de Israel, la tribu de Levi”. El padre sentaba a la niña sobre sus rodillas y decía: «Tú eres una princesa y llevas un apellido muy antiguo y aristocrático, el nombre de una de las doce tribus de Israel, la tribu de Leví. No lo olvides nunca».

El libro de Veronique (en castellano se traduciría Muéstrame tu rostro) cuenta su travesía junto a Cristo. Encuentros y desapariciones a lo largo de toda una vida. Son sus diálogos interiores, “su aventura con el Crucificado”. Pero su veterano editor (Jean-François Colosimo, dueño de la editorial du Cerf) quiso incluir no solo el entusiasmo místico de la conversa, lleno de lenguaje amoroso hasta la crudeza. Era preciso un relato biográfico explícito. 

La princesa Verónica, de tal sensibilidad extrema que puede llegar a torturarla es sacudida a los doce años con la muerte de su abuela materna, a quien adoraba. Para conjurar a Tánatos, la niña aterrorizada con la muerte se vuelve una mujer provocadora. ¿Qué quiere ser cuando seas mayor? « Puta ». En el internado recuerda su pasión infantil con el cine de Zeffirelli, Jesús de Nazaret. Siente que Jesús regresa a ella cada vez que escucha hablar de Él.

El hermano filosofo admite que «pronto quedé impresionado por su nivel de conocimientos de teología tanto cristiana como judía, sobre los cuales nunca supo nada anteriormente», pero desconoce que se trata de una carrera de fondo, en el anonimato. 

Tras el internado y esa juventud desorientada, durante los próximos veinticinco años, Jesús la persigue en su vida aislada, disoluta, especialmente por medio de sueños («yo te quitaré tu corazón de piedra y te pondré un corazón de carne», escucha). Son años de gran agitación, de cambios de trabajo, también de múltiples aventuras amorosas y de excesos. Estudia letras, enfermería, cursos de teatro, confección de joyas, tiene amores, y o bien fracasa o se agota. 
 
Verónica Lévy
Verónique Lévy
Antes de la conversión, vive la noche del amor fou sobre sus tacones de aguja, de negro, apasionada por los vampiros, en un bar de la Bastilla que se ha convertido en su casa, «en compañía de una horda marginal de desahuciados a la deriva». Los ama porque sabe que «en su desmesura hay una búsqueda, la nostalgia de un absoluto».  

Un hombre extraño la dejará en la iglesia de San Gervasio. El padre Pedro María Delfieux, fundador de las Fraternidades Monásticas de Jerusalén, instaladas en ese templo, la halla en un banco de su iglesia en ruinas. «En pocas semanas – dice – Dios me ha reconstruido». La pequeña Levy se transformó de frágil e inestable a mujer fuerte y segura.

Otro hecho que transformó la vida de los Leví, y especialmente de Verónique, fue el accidente de su hermano Felipe, que cayó desde un sexto piso el día de su cumpleaños. El diagnóstico era devastador. Bernard-Henri se desvivía tras los médicos y Verónique poblaba de íconos la cabecera de su cama, de medallas milagrosas toda su almohada y reza sin cesar. La mañana de Navidad, Felipe se ha despertado y respira sin asistencia. Ella comienza a leerle el Evangelio. Bernard-Henri reprochó en esa ocasión a la hermana que se aprovechara de la debilidad de Felipe para su proselitismo. 

Meses más tarde Felipe asistirá a petición de ella a un oficio en la iglesia de San Gervasio. Misteriosamente, los monjes entonan el Shema Israel y cantan el Padrenuestro en hebreo. 

Para Veroniqué, «si les sorprende este libro es por ignorar que el cristianismo no es una religión de la ley sino del encuentro con Cristo, que suscita todo lo que hay en nosotros de humano, para convertirlo». Y cita a Georgette Blaquière, figura del catolicismo del siglo XX: «Creer en Dios no es creer que Dios existe sino creer que yo existo para Dios».

El rechazo de los fariseos, agrega, «ha sido el acto oficial de un divorcio con la vocación santa del pueblo-testigo, ¿les ha dado miedo la mundialización de la Salvación ?». 

Otra curiosidad que surge de esta conversión ocurre en su faseinicial. Verónique comenzó a convertirse en un tiempo en el que Bernard-Henri, ajeno a todo ello, preparaba una exposición sobre la verdad y la pintura; recorría los museos del mundo entero en búsqueda de cuadros de aquella Verónica de la cual la tradición dice que habría enjugado el rostro de Cristo y que este se habría impreso en su lienzo: una imagen que abre una brecha en la prohibición de representar a Dios. 

Al conocer la coincidencia de que en esos días su hermana transitaba hacia la conversión sintió una perturbación intima. Cosas de los pensadores que han estudiado los lenguajes mistéricos de la cábala. 

Montre-moi ton visage Veronica Levy
Montre-moi ton visage 

Dios no descansa. Cuida de todos y espera el momento oportuno para derramar sus gracias.

martes, diciembre 09, 2014

Quieto




La ausencia total de oxígeno te lleva a racionar su consumo. Inhalo poco. Así aquí como en todo. Se hace lo mismo con la esperanza. Todos tenemos un poco. Se oculta a la luz por miedo a esa escasez. Me recuerda a aquellos milicianos que permanecían en un agujero hasta décadas después del conflicto. No se aventuraban a asomar al pueblo. Les dolía tanto recibir la noticia de una guerra aún viva que preferían vivir en la certeza de ésta.

Un día recibes un atisbo liviano, un susurro de una hipotética buena noticia y te aferras a esa luz rancia. Eres feliz una semana sujeto a esa cuerdita sin hilo. No quieres saber que todo se ha venido abajo. Y permaneces quieto. Tanto que observas la linea de agua en las comisuras. Quieto. Es la infravida. Vives en el centímetro tibio. Racionas la vida. Quieto.

Es esa idea del insecto de Kafka. Que queda quieto y panza arriba. Que sabe que un buen pisotón daba fin a la tortura. Pero que permanece quieto.

miércoles, enero 19, 2011

Mandamientos de Gurdjieff

1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni cri ticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a si mismo.
39. Vence tus antipatí as y acercate a las personas que deseas rechazar.
40. No actues por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41. Transforma tu orgullo en dignidad.
42. Transforma tu cólera en creatividad.
43. Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44. Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45. Transforma tu odio en caridad.
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatí a, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pi dele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excusate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.
83. Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar…

martes, septiembre 28, 2010

Meister Eckhart

“Y digo además que todo sufrimiento proviene del amor por aquello de lo que nos ha privado el perjuicio. Si lo que me hace sufrir es un perjuicio por cosas exteriores, eso es un signo inequívoco de que de verdad me gustan las cosas exteriores y de que de verdad me gustan el sufrimiento y el desconsuelo. ¿Y qué tiene entonces de extraño que sufra si me gustan el sufrimiento y el desconsuelo?…En realidad, a a Dios y al mundo entero les resulta imposible hacer que el hombre encuentre el consuelo verdadero cuando busca consuelo en las criaturas"

domingo, febrero 28, 2010

Lucifer

Para la tradición esotérica occidental, Lucifer es el dios del Fuego ó Portador de la Luz ó Sabiduría, y no es el Diablo ni Satán. Para los luciferinos y sus tradiciones esotéricas, Lucifer es la figura divina por excelencia, el verdadero dios espiritual de luz, opuesto al Demiurgo ó dios material, creador del universo físico (doctrina seguida por maniqueos, cátaros y gnósticos antiguos). 
Para muchos luciferinos la figura de Lucifer es la misma que se representa con diferentes dioses paganos como el nórdico Odín, el egipcio Thot, el griego Prometeo, el celta Cernunus y el etrusco Lupercus, etc. Diferentes tradiciones esotéricas occidentales son luciferinas como por ejemplo la Teosofía -la revista oficial de la Sociedad Teosófica llevaba por nombre Lucifer-, el gnosticismo, el rosacrucismo, la Orden Hermética del Alba Dorada, la Sohnschaft der Schwarzen Sonne (Hermandad Serranista del Sol Negro), todos los anteriores rechazan ser organizaciones satánicas y aseguran que el luciferismo y el satanismo no son la misma cosa.
Todos aquellos que conjugan las cualidades metafísicas y el conocimiento oculto del saber luciferiano, creen profundamente que en medio "de la maldad puede surgir la luz" . Y en lo que también se puede estar totalmente de acuerdo, es que Lucifer viene a ser el Portador de Luz, esto es, del logos; pero también viene a ser el arquetipo del supremo Rebelde, del primer separatista y autonomista universal, en aras de la libertad.








lunes, febrero 08, 2010

GP003 Simon Magus and Gnostic Christianity

GP003 Simon Magus and Gnostic Christianity


viernes, octubre 24, 2008

A ZEN LIFE - D.T. Suzuki, 25:31


Revisito este libro cojonudo. Doy así un poco de importancia a una mierda de entrada que se avergüenza del trabajo pobre del día. 25:31 con las piernas cansadas, fofas. Seguramente por comer poco o a destiempo. Tambien adjunto video del otro viejo Suzuki: Parts of the feature documentary "A ZEN LIFE - D.T. Suzuki," that were left out of the final edit.

miércoles, octubre 22, 2008

Against the Modern World: Rene Guenon

Against the Modern World is the first history of Traditionalism, an influential yet surprisingly little-known twentieth century anti-modernist movement. Involving a number of important, yet often secret, religious groups in the West and Islamic world, it affected mainstream and radical politics in Europe and religious studies in the United States.
 
Emerging from the 'discovery' in the West of non-Western religious writings, at a time in the nineteeth century when progressive intellectuals had lost faith in the ability of Christianity to deliver religious and spiritual truth, it was fuelled by the widespread religious scepticism that followed World War I. 

It found its voice in Rene Guenon, a French writer who rejected modernity as a dark age, and sought to reconstruct the Perennial Philosophy - the fundamental truth uniting all the world's religions. Mark Sedgwick reveals how this pervasive intellectual movement helped shape major events in twentieth century religious life, politics and scholarship - all the while remaining invisible to outsiders.
 
René Guénon René Guénon's residences Al-Azhar in Cairo René Guénon's early associates Ananda Coomaraswamy Mircea Eliade Rudolf von Sebettendorff Julius Evola Frithjof Schuon Others connected with the Maryamiyya Paul de Séligny Russian Traditionalists Ivan Aguéli







jueves, octubre 16, 2008

Niente

Ruedas nuevas para conducir a la nada. Ruina. Castigo el cuerpo solo con 44:26, con una parada a los 35. Apatía, pero a los 20 estuve muy bien. Hablé un buen rato con Stuart Davis, gran adorador de Roshi y se mosqueó cuando le dije que Big Mind era una patraña y le remití a SuicideGirls > News > Culture > Brad Warner's Hardcore Zen: Big Mind™ is a Big Load™ of Horse Shit. Me dedicó un buen rato.
El artículo de marras:

Although there are scam artists out there calling themselves Buddhist teachers, they are the exception, not the rule. Most people who put out their shingle as a Buddhist teacher are at the very least sincere and well-meaning, and at best the kind of people who go entirely unrecognized during their lifetimes but will be regarded as saints and foreseers of the future of mankind by generations as yet unborn. Go find one and make friends.

I’m usually not specific when I write about the rare scams disguised as Buddhism because when you point fingers at someone you always get into trouble. Today, though, I’m going to point fingers, knowing full well there will be a backlash for having taken a stand against wealthy, well-connected and powerful people who will not like what I have to say. You can take what I’m about to say however you like, but at the very least I want to make it clear that, although the people I'm going to talk about here call themselves Buddhists in the Soto school of the Zen tradition just like I do, I do not support their methods nor do I want to be perceived as having anything at all to do with them. If you find what I say about Zen interesting and want to learn more, please do not go to these guys to teach you. What they teach is not Buddhism in any way shape or form, and I'll explain why.

Dennis Merzel, who calls himself Genpo Roshi, has developed a system he calls Big Mind™. And yes, the little ™ is part of the name. According to the Roshi, by using this technique, "you will have in one day — before lunch actually — the clarity and experience that a Zen master has. But Zen is seen as the school of sudden enlightenment. And we're just making sure it remains sudden." Ken Wilber, in his foreword to Genpo Roshi’s forthcoming book on Big Mind™ says, “In Zen, this realization of one’s True Nature, or Ultimate Reality, is called kensho or satori (“seeing into one’s True Nature,” or discovering Big Mind™ and Big Heart). It often takes five years or more of extremely difficult practice (I know, I’ve done it) in order for a profound satori to occur. With the Big Mind™ Process, a genuine kensho can occur in about an hour—seriously. Once you get it, you can do it virtually any time you wish, and almost instantaneously.”

This is, of course, pure horseshit. Clowns like these can con folks into parting with large sums of money — there’s a $150 “suggested donation” to attend a Big Mind™ seminar — to hear them spout drivel like this because there is so little understanding of what kensho or satori — Enlightenment, in other words — actually is. In fact, there is so much confusion on the subject that I tend to reject the words entirely. If what Genpo Roshi is selling is Enlightenment, I want no part of Enlightenment.

What do you imagine happens to a dude who gets a wild tripped-out dissociative experience in an afternoon and has some other guy who’s supposed to be a “Spiritual Master” interpret that experience for him as Enlightenment just like Buddha’s? How does the dude feel about the Master who he thinks gave him this great gift? Does he owe the Master something now? And will the dude do pretty much anything the Master asks him to just so the Master will keep on confirming the dude’s Enlightenment? What if the dude does something the Master doesn’t like and the Master starts telling everyone the dude isn’t Enlightened anymore? Does the dude’s Enlightenment even exist without the Master’s confirmation? That’s the key question. And, for bonus points, having just parted with a hundred-and-fifty smackers is the dude a.) more or b.) less likely to admit he’s been ripped off? Answers on a postcard, please.

People love to be told they can get a big pay off with no real investment and Genpo really packs ‘em in wherever he goes. But when was the last time you got something for nothing?

In the furious paced, get it done yesterday world we live in the idea of In-And-Out Enlightenment sounds pretty appealing. But do you really think someone who weasels you in with an appeal to your hunger for big experiences right away so you can get it done with and move on to the next thing really has anything at all of value to offer? It is this very hunger for big experiences that Buddhist practice — real practice as opposed to Big Mind™ — is intended to root out.

You cannot suck a piano into your nose through a straw and you cannot get Enlightened in an hour. Never. No way. No how. Fergeddaboudit! Enlightenment — the very word makes me cringe at this point — is a process that necessarily involves maturation over time. Just like a little kid can’t become a grown-up in an hour no matter how hard she wishes for it, neither can you “have the experience of a Zen Master” before lunchtime. The very idea is patently absurd. It would be like someone telling you that you could develop biceps like Arnold in an afternoon or be able to shoot hoops against Michael Jordan after a day’s b-ball lessons. It is not going to happen. Ever. To anyone. Under any circumstances. Period.

Buddhist practice is difficult and takes a lot of time, effort and energy. I know no one likes hearing that. But tough titty if you don’t. There are no shortcuts. There are no easy ways to circumvent the pain and difficulty of practice any more than there are ways to develop Arny-style guns without working out for years.

I do not doubt that Genpo has developed a technique that will give you some kind of tripped out experience in an afternoon. But tripped out experiences you get in an afternoon have no place in Buddhism. Everything I said previously about supposedly drug induced Enlightenment experiences goes double for Big Mind™.

If you think Enlightenment is something someone can give you in a big hurry for $150, you deserve your Genpo Roshis and their slimy ilk. But if you're ready to face up to reality, the real practice is there and the real teachers are more plentiful than you imagine.

Brad Warner may never work in the Zen business again after this. But he is the author of Hardcore Zen and the forthcoming Sit Down and Shut Up!. He maintains a blog about Buddhist stuff. If you're in Southern California and you want to try some Zazen for yourself, he has a group that meets every Saturday in Santa Monica.

martes, septiembre 02, 2008

Sentido, paciencia, peso, Michelet.


Hace mucho frio. Aún 80 kilos (de previos 96) a pesar de los 7 kms. diarios en cuesta, la ingesta de casi nada, el castigo del dolor de cabeza (por la L-carn. included). Duelen las articulaciones de correr en estas condiciones del 6% y el recuerdo del trabajo de localizar con sobrepeso. Flexor, psoas y tendón de aquiles. Mi paso por MundoFicción y el encuentro con despojos de Alcoholicos/morosos anónimos sigue sin ser amortizado. Hoy leo a Doctor Barefoot y creo que he tirado el dinero. O no. Necesito esa operación. O matar a un tipo estilo Antonio Perez. O a todos los Perez, Antonio.
He rechazado empleos por esto pero creo que debo rechazar EL EMPLEO en si. Estoy tan desubicado que planeo sobre esa reedición que hace Ikusager (editor Ernesto Santolaya) de Jules Michelet, y La historia de la Revolución.



Y dijo George:

"América tiene esto. El asedio no para. Asedio como enfermedad. Y sientes mas obsesivamente el abandono. Lleva sin sonar un mes el llamador y he celebrado la fecha en solitario. Solo la santa. LA SANTA.

Con 43 aniversarios ya no cabe solución. La frenada representa lo patético, y entre eso y la masacre, la verdad, prefiero lo segundo. Aunque sea en un correr ebrio, que he inventado con tests intercontinentales y climas diversos.
La curiosidad ha sido la salvación pero los paréntesis áridos son cada vez mas largos. Teresa de Calcuta o Juan de la Cruz los llaman de forma mucho mas florida. Ellos tenían una meta y una demencia constructiva: el prójimo. Ya no hay viaje ni viejo."
A resultas: hay que asumir que nadie vendrá al rescate. Quiero decir nadie que importe algo, salvo la Santa. ¿No es patético decir esto mientras se lee a Descalzo? La biografía de San Francisco de Asis de la mano de Chesterton ha resultado lamentable y revisitan tanto a Merzel como a Burleigh. Pero Descalzo es digno del peor designio. En el fondo solo se esperó a Alario, un empleo lejano y bien largo. Desaparecer con la conciencia bien vengada.
Cielo Santo!! En la reedición veo que interviene la colaboración con la Fundación Pablo Iglesias (Alfonso Guerra, el que nos expulsó de un plató) y es en tres volúmenes. Yo no financio a los millonarios con 108 euracos. Perdón, a los socialistas (como me gusta redundar). Bebamos y corramos. Hasta desaparecer.



jueves, febrero 21, 2008

La cuaresma de un ateo

Hace días tuvo lugar un encuentro público, organizado por la Asociación Cultural Charles Peguy, sobre la esperanza y el mayo del 68. Participaban el filósofo Gabriel Albiac, el escritor Jon Juaristi y el editor José Miguel Oriol. Impresionó la capacidad de atracción que genera el pensamiento de Benedicto XVI y la frescura con que la razón purificada de ideologías es capaz de hablar con el lenguaje común de las preocupaciones de nuestro tiempo.
Más allá de los preámbulos sobre la confesión pública de los intervinientes –materialista consecuente en el caso de Albiac, judío confeso de salvación intramundana en el de Juaristi y católico atractivo, por decirlo more hispano, en el de Oriol–, la apreciación común de que el mayo del 68 había supuesto el cierre de una época y el inicio de la confusión de otra fue un magnífico punto de encuentro y de partida entre los participantes.
Albiac sostuvo que con el mayo del 68 se daba por periclitada una época de esperanza intramesiánica, de sacralización de las ideologías inmanentes, de confusión antropológica y de engaño sostenido, sólo mantenido por las teologías de la liberación revestidas de revelación teológica. Para Albiac –un intelectual atrevido, polemizador, sugerente–, la esperanza pertenece al campo de juego de la teología de la trascendencia; no hay más salida, no hay más respuesta que la de la elección entre el materialismo lógico de la positiva realidad o la confesión de la fe en la trascendencia, y ahí se encuentra con el Benedicto XVI de las primeras páginas de la encíclica Spe Salvi, en las que nos describe cómo la fe y la esperanza se identifican en el sentido bíblico. Otras incursiones del pensamiento de Albiac discurrieron por los predios de la discusión, máxime cuando establecía la relación profunda, casi freudiana, entre miedo y esperanza, entre libertad y verdad. La apuesta por la verdad le parecía como una especie de erotismo de gran intensidad, incompatible con el sentido y la sensibilidad del presente.
Si nuestro tiempo es el primero en el que somos masivamente negadores de Dios y de la trascendencia; si la filosofía del laicismo social es el caldo de cultivo adecuado para el ateísmo de vida y de pensamiento; la afirmación cristiana, que lo es siempre de lo fundamental, debe ser una afirmación de Dios en la historia. Para los participantes en la mesa sobre la esperanza y el mayo del 68, lo que pesaba en la gravedad de la existencia es la historia, la encarnación.
Paradójicamente vivimos en un retorno de lo religioso según la moda de la new age, de las nuevas formas de gnosticismo. Es un retorno en clave de percepciones, de ideas consentidas en la levedad del ser. Es un retorno religioso sin mediaciones. Es un período de religión escéptica que nos conduce al estado de postración y estancamiento y a una afirmación religiosa no basada en la teología sino en la narración literaria.
La publicación en español de una entrevista que Benjamín Wilker ha hecho al filósofo Anthony Flew es una muestra más de la afirmación de una esperanza en la razón del hombre y en la posibilidad de un encuentro con Dios. Flew había llenado la historia del pensamiento reciente con argumentos y afirmaciones que negaban la existencia de Dios o, para ser más exactos, la evidencia de Dios. Ahora confiesa que "debo decir que el viaje de mi descubrimiento de lo divino ha sido hasta ahora un peregrinaje de la razón. He seguido el argumento hasta donde me ha conducido".
La apología del ateísmo es hoy una nueva cuaresma de la razón. Michel Onfray, André Compte-Sponville, Richard Dawkins, Robien Le Poidevin por el partido ateo y Anthony Kenny y Daniel Denett por el defensor del agnosticismo son los máximos exponentes de la divulgación de esa ausencia de Dios, de esa inquietud expresa de los ateos en el Occidente secularizado por el revival de la religión.
Varios de ellos se preguntan por la razón que tuvo Dios para crear. No tiene sentido preguntarse por la razón que explica la acción de Dios, ya que la acción de Dios es la razón que lo explica todo. Y ahí aparece Benedicto XVI en su primera encíclica sobre el amor y en su segunda sobre la esperanza. Sólo el amor es digno de fe, y de esperanza. Y no hay otra manera de llegar a la Pascua que pasar por la cuaresma, también por la cuaresma del ateo.







lunes, febrero 18, 2008

Richard Tarnas: nuevo libro en España

"Hay una íntima conexión entre las cosas de los hombres y los planetas"



Para Richard Tarnas hay una delicada conexión entre lo micro y lo macro, entre las cosas de las criaturas humanas y la marcha de los planetas. Nunca pude encontrar su The Passion of the Western Mind. Acaba de salir en Expaña su Cosmos and Psyche (2006-Cosmos y Psique). 

Richard Tarnas es un profesor de filosofía y psicología en California, formado en Harvard y doctorado en Filosofía en 1976 en el Instituto Saybrook. Durante diez años vivió y trabajó en el Esalen Institute, Big Sur, California, estudiando junto al mítico (nunca mejor dicho) Joseph Campbell, y grandes maestros como Gregorio Bateson, Huston Smith, y Stanislav Grof, trabajando más tarde como director de programas y educación. 

Es la época de las drogas experimentales y Leary, de Hoffman y el LSD, de la contracultura enfrentada a la tradición con su nueva visión de los valores sagrados.


Entre 1980 a 1990 escribió The Passion of the Western Mind (La pasión de la mente occidental), una historia narrativa sobre el pensamiento occidental que llegaría a ser un superventas, aún plenamente utilizado en las universidades de todo el mundo. Sigue la estela de la maravillosa joya de Jacques Martin Barzun (From Dawn to Decadence: 500 Years of Western Cultural Life, 1500 to the Present) aunque en otro ámbito más psicologicista. 
The Passion of the Western Mind (La Pasión de la Mente Occidental), proporciona un marco interdisciplinario para "entender las ideas que han formado nuestra visión del mundo", que él describe como "una nueva perspectiva para entender la historia intelectual y espiritual de nuestra cultura... focalizando la esfera crucial de interacción entre la filosofía, la religión, y la ciencia", así como su concepto clave de Epistemología Participativa, discutido más tarde en relación con la Psicología transpersonal por Jorge Ferrer, Cristóbal Bache, y otros. Se ha sugerido que el trabajo de Tarnas es una importante contribución a los movimientos denominados de Pensamiento Integral o Teoría Integral.


«El hombre occidental protagonizó una dialéctica extraordinaria en el curso de la era moderna, pasando de una confianza casi ilimitada en sus propios poderes, su potencial espiritual, su capacidad para un conocimiento cierto, su dominio sobre la naturaleza, y su destino de progreso, a lo que frecuentemente aparece como una condición marcadamente opuesta: un debilitante sentido de insignificancia metafísica y futilidad personal, una pérdida espiritual de fe, una incertidumbre en el conocimiento, una relación mutuamente destructiva con la naturaleza, y una intensa inseguridad con respecto al futuro de la humanidad»


lunes, septiembre 10, 2007

Federico olvidado en mis 42 ruinas


No he seguido al alemán loco en mis 42. La soledad solo duele en la derrota. En la victoria todo se soporta.

 






sábado, julio 21, 2007

El testimonio de Simone Weil por Agapito Maestre y yo mismo





Simone Weil: Escritos históricos y políticos. Trotta


He intentado leer varias veces el libro de Sylvie Cortine-Denamy Tres Mujeres En Tiempos Sombríos. Dicen que fue el sospechoso Brecht quien acuñó el término 'tiempos sombríos'  para referirse a la década de 1933 a 1943. Y es que duele asistir a las vicisitudes de estas tres damas entregadas en soledad a sus hercúleas causas morales con semejante heroicidad, bajo el estigma añadido de ser judías y filósofas. Un artículo del gran Agapito Maestre sobre este libro de Trotta me hace revisitar las tres gigantescas figuras. Todas mantuvieron una relación muy estrecha con sus mentores (Alain, Jaspers y Heidegger) pero siempre desde el plano de la disquisición mas rigurosa, el intercambio de ideas igualitario y, en ocasiones, la disputa mas recia. No necesitaron la tutela de nadie, ni el amparo de ninguna institución del estado. Las tres fueron mentes brillantes desde la infancia. Ninguna abandonó jamas la defensa del pueblo judío.


Edith Stein, reconocida como autora de La ciencia de la cruz, era alumna de Husserl. Se convirtió al catolicismo (fue decisiva en su vida la figura de San Juan de la Cruz) y se hizo monja, uniéndose al Carmelo. En 1998, fue canonizada por Juan Pablo II y la convirtió en Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Era la primera vez en la historia que se convertía en santa a una judía. Para gran dolor del feminismo actual dedicó grandes esfuerzos a la lucha por los derechos de las mujeres, pero apenas si consta en el imaginario progresista por esta labor. Pereció en Auschwitz en 1942. Merece varios volúmenes.


Hannah Arendt, nacida Johanna Arendt, es la única que sobrevive a la oscura década. Es la que más ejerce la política. Destaca como un extraordinario talento desde su rebelde primera juventud. El régimen nacionalsocialista le retiró la nacionalidad en 1937 (tras encarcelarla brevemente en 1933), por lo que fue apátrida hasta que consiguió la nacionalidad estadounidense en 1951. Sus días terminaron en 1975 en Nueva York. Su intensa relación con el gran filósofo del siglo XX, Martin Heidegger, llena de admiración, respeto, crítica feroz (su admirado maestro se posicionó cerca del nazismo) y casi enamoramiento, es lo mas conocido de ella para el gran público. Su obra sobre el fin del nazismo (esencial su retrato del célebre juicio en Eichmann en Jerusalén ) y la banalidad del mal aporta una visión analítica, fría (criticó duramente la actitud de los propios consejos judíos en connivencia con Eichmann en los campos de exterminio) acerca de la condición humana. Su obra magna, que la situa entre los pensadores mas relevantes del siglo es Los orígenes del totalitarismo. Mantuvo también una intensa relación académica con Karl Jaspers en torno a la alemanidad y el sionismo como opciones vitales. Mantuvo viva su lucha política en defensa del pueblo judío (siempre desde el análisis incómodo) y su pasión  filosófica hasta el final.



Y llegamos a la mujer que propicia estas lineas.

Hay quien dice que Simone Weil, se deja morir en un hospital inglés cuando en abril de 1943 se le diagnostica tuberculosis. Este desenlace explica mucho de la identidad de esta mujer. Se niega a consumir los alimentos que su enfermedad recomienda y muere el 24 de agosto, a los 34 años. Simone había huido hacia los Estados Unidos con su familia. Era 1942 y la ocupación alemana triunfaba en Francia. Weil pasó un tiempo en Harlem viviendo con los pobres. Luego retornaba hasta Londres y se unía a la resistencia francesa. Se sometió a una gran intensidad de trabajo y sacrificio. En 1943 contrajo tuberculosis.  Weil se negó a recibir un trato diferente al que consideraba propio de los franceses sometidos a la ocupación alemana. Rechaza la comida que se le ofrecía y muere ese verano de insuficiencia cardíaca a los 34 años en el sanatorio británico de Kent.

El certificado de defunción decía: “la difunda se mató al negarse a comer al sufrír de trastornos mentales”. Se había negado a alimentarse como expresión de solidaridad hacia las víctimas de la guerra. Otros piensan que Weil murió de hambre luego de haber leído a Schopenhauer y sus capítulos sobre ascetismo y sacrificio santo (tal vez Parerga y Paralipómena). Las cartas del personal médico explicaban que Weil había pedido comida varias veces y que había comido días antes de morir y que fue la fragilidad de su salud la que impidió que Weil pudiera alimentarse adecuadamente. Falleció siendo una completa desconocida como autora.


Weil fue una estudiante precoz, como Stein y Arendt.  La pasión obsesiva acompañaba todos sus empeños. Así 1915, con seis años, no quiso tomar azúcar en solidaridad con las tropas atrincheradas en el frente occidental. En 1919, a los diez años, se declaró bolchevique. A los 12, dominaba el griego antiguo. Aprendió sánscrito luego de leer el Bhagavad Gita. Con dieciocho años se involucró en el movimiento de los trabajadores y se consideraba marxista, pacifista y gremialista. Se crió en un entorno intelectualmente privilegiado, con un padre médico y un único hermano, André Weil, que se convertiría en uno de los más prominentes matemáticos del siglo XX. A pesar de pertenecer a una familia intelectual, hebrea/judía y agnóstica, siempre sintió un gran interés por las religiones y las tradiciones en materia de sabiduría trascendente. Ese afán por la espiritualidad no resultó incompatible con lo cotidiano, con su lucha política en favor de trabajadores.


Tras estudiar filosofía y literatura clásica al abrigo del célebre Alain (Émile Chartier, un mentor que la llamaba la “virgen roja” e incluso “la marciana”). a los 19 años ingresa, con la calificación más alta, seguida por Simone de Beauvoir, en la Escuela Normal Superior de París. Se gradúa a los 22 años y comienza su carrera docente.


“Me intrigaba por su gran reputación de mujer inteligente y audaz. Por ese tiempo, una terrible hambruna había devastado China y me contaron que cuando ella escuchó la noticia lloró. Estas lágrimas motivaron mi respeto, mucho más que sus dones como filósofa. Envidiaba un corazón capaz de latir a través del universo entero”.  Simone de Beauvoir

Conoce a León Trotsky en París, con quien discute sobre la situación rusa, Stalin (se convirtió en antistalinista) y la doctrina marxista. A los 25 años, deja un tiempo su carrera docente e ingresa como obrera en Renault para conocer de primera mano el sentido de su vocación sindical. Su débil condición física forzó la renuncia tras unos meses. "Allí recibí la marca del esclavo", dirá . En 1935, retomó la enseñanza y donó gran parte de su salario a las causas políticas y las causas benéficas. Allí se significa como Sindicalista de la educación. 
Su lucha ideológica sufre un duro e íntimo revés cuando en 1936 decide unirse a las tropas republicanas españolas en completa contradicción con sus creencias pacifistas. Aunque Simone Weil se identificaba entonces como anarquista, el rechazo de la fuerza es una constante de su pensamiento. Y si tuvo al comienzo una percepción moderada sobre la no-iolencia preconizada por Gandhi  siempre tendrá presente a Lanza del Vasto. Empieza como periodista voluntaria en Barcelona y se incorpora al combate armado en Aragón. Su compromiso con la columna Durruti le deja un amargo sentimiento. Aprende a usar el fusil pero nunca se atreve a dispararlo.  Tras quemarse en la cocina deja España. Los horrores de la guerra llevan a la heroina a la profunda desilusión con las ideologías. Tomó conciencia de que el comunismo llevaba a la formación de dictaduras. Se inicia una visión  desideologizada de los conflictos humanos. Crítica ejemplar es su comparación entre el comunismo y el nacionalsocialismo: 
"Por sorprendente que pueda parecer, se encuentran semejanzas tan sorprendentes entre el movimiento hitleriano y el movimiento comunista que después de las elecciones la prensa hitleriana ha tenido que dedicar un largo artículo a desmentir el rumor de conversaciones entre hitlerianos y comunistas con vistas a un gobierno de coalición."


La entonces voluntaria anarquista Simone Weil, después del 19 de julio, reconoce que la mentira organizada también existe. La ocultación del crimen por razones de ideologización de los revolucionarios republicanos  (con la ayuda de la NKVD, el GRU y el amparo moral del propio Hemingway) es denunciada por Weil ya en 1936.  Su crítica no se dirige a los comunistas y socialistas, que aplicaban los mismos métodos que Lenin en Rusia durante la guerra civil para imponer la revolución, sino a sus compañeros anarquistas:

"Por desgracia también aquí en Cataluña vemos producirse formas de coacción, casos de inhumanidad directamente contrarios al ideal libertario y humanista de los anarquistas (...) Aquí se da la coacción militar. A pesar de la afluencia de voluntarios, se ha decretado la movilización (...) Hay constricciones en el trabajo. El consejo de la Generalitat, en el que nuestros camaradas detentan los ministerios económicos, acaba de decretar que los obreros que no produzcan con un ritmo determinado serán considerados como rebeldes y tratados como tales; lo cual significa, ni más ni menos, la aplicación de la pena de muerte en el sector de la producción industrial. 
Por lo que atañe a la coacción policial, la policía anterior al 19 de julio ha perdido casi todo su poder. Por el contrario, durante los tres primeros meses de la guerra civil, los militantes responsables y, con demasiada frecuencia, algunos individuos irresponsables, han venido ejecutando fusilamientos sin mediar el más mínimo simulacro de juicio y, por lo tanto, sin que pudiera darse algún control sindical o de cualquier otro orden." 

Durante la última parte de su vida, sólo fue capaz de entenderse intelectualmente con sacerdotes católicos. Su obra se gestará en un permanente vínculo con el cristianismo. Su camino de perfección es como siempre ovsesivo, y de tal exigencia que no llega a bautizarse por no considerarse digna de tal grandeza. Weil no tuvo formación judía alguna. Sus escritos religiosos son netamente cristianos, si bien sumamente heterodoxos, muy cercanos al gnosticismo cristiano, al catarismo. 


Tres grandes ideas vertebran su pensamiento: 1) sólo es posible pensar de verdad a contracorriente; 2) nada es compresible intelectualmente si no pasa por nuestra constitución ontológica: el sufrimiento; 3) quien desprecia la religión no sólo se instala en el oscurantismo, sino que trabaja a favor del totalitarismo. Persigue la reconciliación entre la modernidad y la tradición cristiana, tomando como brújula el humanismo griego. 

Es en este período final de su breve vida que encuentra el mensaje evangélico de Jesús de Nazareth. Es un descubrimiento como el de San Pablo en el camino de Damasco o el de Blas Pascal la noche del Memorial. 


Con los textos de Weil, comprobamos que España vivía antes del 18 de julio de 1936 una situación de violencia prerrevolucionaria, muy lejos de la idea de una república burguesa plenamente asentada en un ejemplar Estado de Derecho. A pesar de la violencia que soportaba la nación española, la fuerza de la propaganda republicana convirtió el Alzamiento en un acto singular y único de criminalidad, surgido de la mente perversa de unos pocos, contra una república idílica y pacífica. La realidad muestra lo contrario: que el Alzamiento, el golpe de Estado, surgió en un contexto de violencia revolucionaria generalizada y obtuvo el respaldo de millones de españoles. Los voceros de la propaganda republicana cuestionan la realidad apelando a múltiples formas de engaño. Un elemento central de esa propaganda consiste en resaltar que los intelectuales estuvieron con el Gobierno de la República. 
"Abandoné España a mi pesar y con la intención de regresar; más tarde no hice nada, tras decidirlo así voluntariamente. No sentía ninguna necesidad interior de participar en una guerra que ya no era, como me había parecido en un principio, una guerra de campesinos hambrientos contra los propietarios de las tierras y un clero cómplice de los latifundistas, sino una guerra entre Rusia, Alemania e Italia. He reconocido ese olor de guerra civil, de sangre y de terror que desprende vuestro libro; yo lo había respirado (...) Una última historia; ésta de la retaguardia: dos anarquistas me contaron en una ocasión cómo, con algunos camaradas, habían cogido a dos sacerdotes; mataron a uno allí mismo, en presencia del otro, de un pistoletazo, y luego le dijeron al otro que podía irse. Quien me contó la historia se extrañó enormemente de no verme reír. En Barcelona las expediciones de castigo mataban a una media de cincuenta personas cada noche (...) Mas las cifras no pueden ser lo esencial en casos así. Lo esencial es la actitud ante el asesinato. Nunca vi, ni entre los españoles, ni tampoco entre los franceses venidos ya para combatir, ya para pasearse –estos últimos solían ser intelectuales tiernos e inofensivos–, jamás vi –decía– a nadie expresar ni tan siquiera en la intimidad una muestra de repulsión, hastío o desaprobación (...) Hombres aparentemente valerosos (...) contaban con una sonrisa fraternal cuántos habían matado entre sacerdotes y "fascistas" (palabra que se utilizaba en un sentido extremadamente lato). Albergué el sentimiento de que, mientras las autoridades espirituales y temporales sigan estableciendo una categoría de seres humanos al margen de aquellos cuya vida tiene un valor, no hay nada más natural para el hombre que matar." 

SIMONE WEIL: ESCRITOS HISTÓRICOS Y POLÍTICOS. Trotta (Madrid), 2007, 539 páginas.