- EL DESASTRE DE ANNUAL
- (1821).El Desastre d' Annual
- CENTENARIO DEL DESASTRE DE ANNUAL
- El desastre de Annual
- El desastre de Annual y la crisis de la Restauración
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Yo no estoy en contra de las subvenciones, creo que son necesarias y en toda Europa está subvencionado el cine como lo están otras artes. Obviamente, esto no debe significar que se primen determinadas películas o determinados contenidos ideológicos sino que debe tratarse de que se haga un cine que nos represente y nos identifique y pueda servir para que se pueda identificar como viven y como son los españoles y que ayude a la imagen de España en el mundo.
Y, finalmente, Israel:Eso me da bastante miedo, yo leí en una ocasión unas declaraciones, de las más estúpidas que he leído nunca, en las que Fernando Trueba se proponía a sí mismo como “dictador del cine español”, él sabía perfectamente qué cine era de calidad y se ofrecía como gestor para aplicar “criterios objetivos”, pero el problema es que esos criterios objetivos no existen a la hora de hacer valoraciones subjetivas personales. Por eso los liberales pensamos que lo que es relevante desde un punto de vista ético son las decisiones soberanas de cada persona y que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de cada uno y que las demostraciones de cómo se valora algo se hacen cuando se paga: comprando la entrada o el DVD. Además, está estudiado que lo mejor para hundir un sector es subvencionarlo, porque entonces la gente se vuelve menos productiva y, sobre todo, deja de pensar en los consumidores.
Yo creo que el cine español debería hacer películas más baratas, porque hay medios para hacerlo, y como ejemplo podemos ver una película como “Furtivos” que se hizo con pocos medios y se rodó sólo en cuatro semanas. Se puede hacer buen cine gastando menos dinero.
Israel. Que dice usted por Dios...Los de aquí abajo se lo llevan todo. Los currantes las pasamos reputas.
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Mortgage Calculator |
Sacred Causes. Politics and Religion in Europe. Esta segunda entrega del análisis de las relaciones entre religiones y vida pública en la Europa contemporánea se inició con el texto previo Poder Terrenal. La obra parte de las consecuencias de la Gran Guerra (1914-1918) y llega hasta finales de 2005, con referencias incluso a las ideas sobre la sociedad laica que caracterizan al gobierno español de ese año. Aunque centrado en Europa, el libro contiene referencias numerosas a corrientes y sucesos americanos con especial eco en nuestro continente. Se apoya en una bibliografía abundante y sólida, fundamentalmente anglonorteamericana y alemana, pero también francesa, aunque en absoluto española.
Podemos encuadrarlo en la corriente historiográfica de los conservadores británicos: impugna de forma explícita las opiniones de las corrientes marxistas y posmarxistas, dominantes en lo que denomina "la universidad de izquierda", es decir, la que tenemos. Su actitud ante el hecho religioso es atenta y perspicaz, aunque se deja ver que no es la de un creyente. Más bien es un churchilliano profundamente convencido del valor de la cultura occidental, consciente de cuánto esa cultura debe al cristianismo y del desastre que sobrevendría de perder esa raíz. Al fin y al cabo su obra es también una colección de ejemplos de lo que ha sucedido cuando el cristianismo ha sido desplazado y sustituido por otras religiones, especialmente las que se han dado en llamar "religiones políticas" o también ideologías secularizadoras.
El comienzo recrea la espiral de vértigo que vivió Europa de la mano de las religiones políticas totalitarias: comunismo, nazismo y fascismo, y desemboca en el infierno de la Segunda Guerra Mundial y el papel desempeñado en ella por el cristianismo y las religiones de sustitución. Quizá lo más interesante sea su estudio del comportamiento de Pío XII y de la Iglesia católica. Las enjundiosas aportaciones sobre quiénes y cuándo comenzaron con las acusaciones sobre el "silencio" de este Papa son muy recomendables para cristianos acomplejados.
Otro elemento que me parece interesante en la obra es la atención prestada a la guerra de España como escenario privilegiado del choque de cristianización y descristianización en la Europa contemporánea. Las brillantes aportaciones del autor y sus discutibles opiniones son una llamada a seguir pensando sobre esta siempre candente cuestión.
El estudio de la posguerra atiende a la construcción de un mundo sin libertad, el comunista, y del efímero éxito de las tendencias demócrata-cristianas. De ahí pasa a un análisis de los sesenta que considero una de las partes más valiosas de su trabajo, quizá precisamente porque son años que suelen evocarse como de pérdida de importancia de la religión cuando quizá tengamos que decir lo contrario. Su descripción de lo que él llama la alternativa bobalicona (al estilo John Lennon) y los efectos del Vaticano II en los católicos, que aventura que convirtieron la fortaleza cultural católica en un colador, es difícil que dejen a alguien indiferente.
Burleigh se pone a prueba a sí mismo con un tremendo capítulo sobre política y religión en torno al problema de Irlanda del Norte, que da pistas sobre asuntos que algún día podríamos pararnos a pensar en España. Para el conocimiento del Reino Unido y de Irlanda me parece una excelente aportación. Termina con dos capítulos centrados respectivamente en el resurgir religioso que terminó con el comunismo y el terrorismo islamista. La mera evocación del contrapunto de estos dos hechos sirve para poner ante el desafío de pensar de nuevo la religión en la vida pública europea, un tema que, como demuestra este magnífico libro, nunca deja de estar de moda.
Con la participación de algunos de los personajes más icónicos del siglo, Causas sagradas ofrece un examen brillante de cómo la religión ha moldeado la Europa del siglo XX desde la Primera Guerra Mundial hasta la actual guerra contra el terror. Partiendo del panorama caótico de la Europa de 1918, en la que las creencias religiosas constituyeron una forma de reordenar el mundo, Burleigh examina las numerosas religiones «seculares» que ha producido el siglo XX y analiza cómo los diferentes líderes totalitarios se fueron apropiando de la jerarquía y los rituales de las iglesias con el deseo de retornar a los días en que el gobernante y la deidad eran uno. Así, el autor hace un recorrido por todos los movimientos y regímenes sangrientos del siglo, desde la Unión Soviética de Stalin, la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y la España de Franco hasta la nueva amenaza del terrorismo.En este ensayo histórico se demuestra que las iglesias, en sus múltiples variantes, han sido barridas por corrientes seculares en conflicto, aunque también ellas mismas han contribuido a ese fenómeno. Burleigh rastrea las instituciones y las creencias religiosas en una época en la que la Iglesia, decepcionada tanto con la democracia como con el fascismo, empezó a buscar alternativas políticas. Con brillantez, expone cómo el miedo a los movimientos socialistas moderaron la respuesta de la Iglesia a la amenaza de los regímenes totalitarios; y cómo, durante la Segunda Guerra Mundial, las iglesias afrontaron dilemas agónicos, principalmente cómo reaccionar al Holocausto.Combinando la profundidad de la Historia con la sensación de urgencia de la actual relevancia de este material, Burleigh plantea por qué nadie previó las implicaciones religiosas de las masivas olas migratorias del Tercer Mundo, así como las actuales llamadas a una «religión civil» con la que enfrentarse a las amenazas terroristas que tanto han impresionado a Occidente. VEINTITRES EURACOS!!!!
Nació en Francia en 1907, pero se radicó en Estados Unidos en 1920, donde se licenció en la Universidad de Columbia, Nueva York. Ha sido profesor de historia de esta universidad y más tarde decano. Ideó el concepto de respeto profundo por la consideración de la historia como un devenir sin fronteras. Cree que los largos períodos de historia no devienen como la vida de un ser humano, con su nacimiento en fecha fija y su óbito, sino que se desarrollan al compás de eventos que se cruzan al pulso mudable de los hombres notables o anónimos. La Edad Media no clausura repentinamente al paso del individualismo, la emancipación o la ausencia de fe ("los humanistas -comenta- no eran indiferentes a la religión ni deseaban sustituir el cristianismo por un paganismo. Petrarca, para empezar fue siempre profundamente religioso y hacia el final de su vida escribió un tratado sobre el menosprecio del mundo"). Petrarca, primer contemplador de la Naturaleza como "paisaje particular", no se aleja en mucho de la contemplación que hacían los monjes medievales de ese paisaje íntimo del claustro de sus conventos. En ambas contemplaciones el espectador atiende a un universo que es trasunto de la originalidad de un Dios creador.
Barzun tampoco cree que la Edad Media fuera ese piélago de calamidades donde los hombres y mujeres vivían ciegos en un mundo oscuro. El Renacimiento no habría podido producirse si los textos antiguos no hubieran sido conservados en los manuscritos medievales, con lo que se mostraba la pasión medieval por la cultura clásica. En aquellos años surge la epopeya francesa, la invención de la novela (género desconocido en la Antigüedad clásica) y la lírica cortés. Carlomagno fundó en Aquisgrán la Academia palatina, que agrupó a poetas, gramáticos y letrados venidos de todos los horizontes de Europa, etc. Incluso el florecimiento del arte hizo gritar a Matisse, "ojalá hubiera descubierto antes su belleza".
Siguen existiendo fans de Barzun, decadas ya de su retiro, y sostienen hasta blogs en su nombre (Barzun 100) con grabaciones de voz y video. He encontrado este PDF de Sobre la estupidez y los estúpidos.
Util reseña de su vida/obra *Review of Dawn to Decadence*Writings*Style in the House of Intellect*Recent interview
Mortgage Calculator |