lunes, abril 30, 2007

Arcadi sobre dios, con minusculas; no hay error

Querido J:

Tengo una gran curiosidad por saber qué va a pasar en España con la discusión sobre Dios que está sacudiendo el mundo intelectual anglosajón. El silencio español es, hasta ahora, hermético, aunque lo mismo pasa en Francia y, casi lo mismo, en Italia. La discusión está basada en unos cuantos libros principales. El primero The God Delusion, de Richard Dawkins, y el único que se ha traducido al castellano (El Espejismo de Dios, Espasa). Pero hay otros. El de Daniel Dennet, Breaking the Spell (Rompiendo el hechizo), el de Sam Harris, Letter to a Christian Nation (Carta a un nación cristiana) y el de Christopher Hitchens, God Is Not Great: How Religion Poisons Everything (Dios no es grande: cómo la religión lo envenena todo) están entre los más importantes y populares. Pueden añadirse dos libros españoles: Fernando Savater, que ha escrito La vida eterna, y Francisco J. Rubia, autor de La conexión divina: la experiencia mística y la neurobiología.

Todos los libros ateos y anglosajones han generado un debate ácido e intenso en publicaciones convencionales, periódicos digitales y blogs. Tiene razón Dawkins cuando subraya que un libro está hoy acabado cuando se discute en los foros internáuticos. En la propia lista hay una prueba: la carta de Harris es el el resultado de la furibunda reacción epistolar que causó entre los creyentes un libro anterior del joven filósofo norteamericano.

Entre las razones de esta apoteosis atea está la política. Occidente se ve acosado por el integrismo islámico. No sólo hay religión en este acoso, pero la brutalidad del terrorismo islámico, frecuentemente suicida, sólo se explica por la promesa sobrenatural. Y aunque las situaciones son incomparables el integrismo cristiano se exhibe, asimismo, con vehemencia en los Estados Unidos. El presidente Bush manda a sus tropas a Irak en el nombre de Dios y en algunos lugares de América se combate el darwinismo o se persigue hasta la muerte a los médicos abortistas. Por vez primera en muchos años Dios vuelve a ser una amenaza concreta para el progreso y la libertad. Luego está la Ciencia. Como ya ha sucedido en otros periodos de la Historia la ofensiva de la superstición coincide con un formidable desarrollo científico. El darwinismo afianza su lugar como premisa insoslayable de la explicación humana del mundo y el desarrollo de la neurobiología ha pulverizado los restos de dualismo (cuerpo/mente) que pudieran quedar en la cultura de nuestro tiempo. Como explica con su brío habitual Christopher Hitchens, en el adelanto que Slate publica de su obra, se confirma que "Dios no creó al hombre a su imagen y semejanza. Evidentemente fue al revés". (Todas las citas de Hitchens han sido traducidas por Juan Carlos Castillón .

La idea de Dios, como otras tantas delicadas ideas del hombre, tiene una naturaleza física y hay científicos que tratan de demostrar, incluso, su alojamiento en lugares concretos del cerebro. Hay una relación, que me parece indiscutible, entre el desmenuzamiento neurobiológico de las emociones (afecten al amor, al paladar o al miedo) y el crecimiento del escepticismo religioso: al fin y al cabo los creyentes han sido siempre los primeros en subrayar el carácter emocional de la fe. La evidencia de que la ilusión de Dios está detrás de muchas actividades dañinas y la exploración (con malas noticias para la creencia) del voluminoso conjunto de inefables que se concentran en la palabra alma tal vez esté provocando el largo adiós al que alude Hitchens: "La persona que está segura, y que reclama para sí la garantía divina de su certeza, pertenece ya a la infancia de nuestra especie. Puede ser un largo adiós, pero ya ha comenzado y, como todos los adioses, no debe demorarse."

Por el momento de todos estos libros sólo he leído el de Dawkins. Es un gran escritor, aunque no estoy seguro que éste sea, literariamente, su mejor libro ni de que su traductora española le haya ayudado (aunque me gusta mucho la solución (Espejismo) que ha dado a (Delusion). Sin embargo sigue siendo el libro de un virtuoso, es decir, de un hombre cargado de virtudes. Entre ellas destaca la irreverencia. Dado mi carácter, he leído algunos buenos libros ateos. Desde Hume y Voltaire hasta Onfray. En todos ellos he encontrado respuestas flamígeras a las intolerables exigencias del Creador. Pero nunca el modo suavemente demoledor de Dawkins que consiste en tratar a Dios de tú a tú. Hemos comentado alguna vez nuestros encuentros con creyentes; incluso con creyentes tolerantes. A la mínima discrepancia invocan el respeto. Por una extraña, defensiva y eficacísima pirueta intelectual los creyentes han logrado imponer un estatus distinto a sus creencias particulares. El respeto. Sobre nuestras creencias es posible todo tipo de caricaturas, nunca mejor dicho; pero cualquier ironía o desprecio de las suyas convoca la exigencia del respeto. Pues bien, Dawkins pulveriza esa ceremonia desigual y ese lado pragmático está entre lo mejor que tiene su libro.

Ese ímpetu originario cristaliza de modo implacable y convincente en algunos capítulos. Su descripción de la miseria del agnosticismo es inolvidable. Dawkins, reviviendo sus viejas polémicas, ironiza, diría que bestialmente, sobre el acrónimo creado por Stephen Jay Gould --este Manos (Magisterios no solapados) que escenifica los caminos paralelos, no disputables, entre ciencia y religión. Es muy convincente en la denuncia del lavaje de manos agnóstico como lo será luego en la denuncia de la fe razonable y en ese excelente programa para una nueva moralidad que traza en una de las partes más sensibles y valiosas del ensayo. Menos lo es, a mi juicio, en su intento de llevar la hipótesis darwinista al Cosmos o en su farragosa consideración de la religión como meme, es decir como gen cultural que sigue pautas de replicación equivalentes a las del gen biológico. Al parecer Dennet hace lo propio en su ensayo sobre la divinidad. Es probable que en los reparos sobre este apartado influya mi escepticismo acerca de la teoría general del meme: en lo que comprendo una obviedad, aunque elegante. El ensayo de Dawkins ha recibido algunas críticas. He leído las más conocidas. Muchas de ellas comparten un insólito prejuicio acerca de la competencia del etólogo para razonar en términos filosóficos y medirse con las celestes alturas de San Anselmo y su prueba. Sin duda las veía venir, cuando en las primeras páginas del libro le dijo al obispo de Kansas City. "No debería quedar sin discutir la idea que la religión es una disciplina, en la que uno puede proclamarse experto.". Por si le faltara ayuda el físico Steven Weinberg acudió en el Times Literary Suplement: "Me inquieta que Thomas Nagel en el New Republic desprecie a Dawkins por ser un “filósofo aficionado”, y Terry Eagleton en el London Review of Books se burle de su falta de entrenamiento teológico. ¿Debemos concluir entonces que las opiniones en materia de filosofía o de religión pueden ser expresadas únicamente por expertos, y no por simples científicos o por gente común? Eso sería como decir que únicamente los políticos pueden justificar la expresión de su visión sobre la política. El juicio de Eagleton es particularmente inapropiado; es como decir que nadie está calificado para juzgar la validez de la astrología, a menos que pueda producir un horóscopo."

Corto en seco, o tendré que pagar doble franqueo. Sólo volver al silencio. E insistir en el estúpido suicidio intelectual y político de algunos europeos convencidos de que Dios es uno más entre los graves problemas americanos.

domingo, abril 29, 2007

Garmendia


Hoy estaba en el hospital y me subia por las paredes viendo a la Leire Pajin indignada y doliente con el drama de DAFUR. Yo me rebotaba porque esa inutil está contratada para arreglar eso y no restregarnos por el rostro otra cosa que no sean soluciones. Es lo del piji/progre; cuando están sin poder culpan al gobierno y al mundo asesino teledirigido por Americanos o fascistas; cuando gobiernan culpan al mundo e infringen la indignidad de lo humano. Ellos siempre en ese sentimiento acomodaticio (aquí no hablan de Alianza de Civilizaciones) del que está sometido por el mal pero con el propósito de lucha listo.
Garmendia habría sido fino con ella. Estos hijos de la meritocracia que solo babeaban lamentos pero nunca asumian responsabilidades eran ejecutados con su cuchillo de tinta. Murió este miercoles. Han llorado en Sevilla (mucho en el Betis). Era ateo por la gloria de DIOS, decía, y poseía antiguallas internas en forma de valores milenarios. Amaba la tribu y creó un personaje para entretenerla. Arte.










domingo, abril 22, 2007

John Carlin y Paul Hayward sobre Cesc "the future" Frabregas


Hay muchos motivos para aprender el inglés. Para prosperar en el trabajo, para poder leer las obras de Dickens, para entender las ruedas de prensa de David Beckham. Muchos motivos. Pero uno de los mejores es la posibilidad de leer las columnas del mejor periodista deportivo de la prensa británica, Paul Hayward. Hay tres o cuatro más que son muy buenos, pero Hayward, del Daily Mail, es el número uno. Por conocimiento, por seriedad, por entusiasmo, por sentido del humor, por la agilidad muscular de su prosa.En su última columna de 2006 Hayward escribió que le acababa de llamar su redactor jefe para pedirle que eligiera el mejor futbolista del año. No se lo tuvo que pensar dos veces. La respuesta le llegó "en un Eureka", como "una revelación".

"Quizá sea por el ritmo soberbio de sus pases, en corto o en largo, por el calibrado control con el que se mueve por el campo, por la rica amplitud de su visión, por su condición de atleta, por su juvenil confianza en sí mismo...", escribió Hayward. Pero de una cosa no tenía la más mínima duda: "Cesc Fábregas es el mejor futbolista joven del mundo, mejor incluso que Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney o Leo Messi".
Esto lo escribió Hayward antes de que Fábregas hubiera marcado su primer gol de la temporada (lo logró por fin el sábado pasado, tras ocho meses de sequía). Pero tal es la calidad que Hayward, y todos los expertos ingleses, perciben en el español que su nombre acaba de aparecer entre los finalistas del premio individual de más prestigio que otorga el fútbol inglés. Esta noche, en una ceremonia en Londres, la Asociación de Futbolistas Profesionales elige al que el gremio considera el mejor jugador del año. Como en los Óscar, hay seis nominados: Didier Drogba, del Chelsea; Steven Gerrard, del Liverpool; Cristiano Ronaldo, Paul Scholes y Ryan Giggs, del Manchester United; y Cesc Fábregas, del Arsenal.
Lamentablemente, y pese a los argumentos de Hayward, el español no ganará. El premio se lo llevará, casi seguro, el portugués Ronaldo. O, si no, el portento marfileño Drogba, que ha anotado 31 goles esta temporada. Pero el haber entrado en esa lista de seis tiene un mérito extraordinario. Por varias razones.
Primero, que Fábregas es el más joven de los seis, con 19 años (Cristiano Ronaldo tiene 22). Segundo, que su equipo, el Arsenal, ha tenido una temporada relativamente pobre. Tercero, que ha dejado fuera de la lista a jugadores de la talla de Frank Lampard y Michael Essien del Chelsea, Xabi Alonso del Liverpool, y Berbatov, el goleador búlgaro del Tottenham. Cuarto, que es el primer español de la historia en entrar en esta convocatoria.
Fábregas también figura en la lista de los seis nominados para el galardón de mejor jugador joven del año. Merece ganarlo, por la desproporción en su juego entre edad y madurez. Lo definió bien hace poco otro de los maestros del periodismo inglés, James Lawton, del Independent. "Cesc es un niño", escribió, "con la cabeza de un general". Es decir, al talento natural que posee se agrega una frialdad de autómata y una inteligencia superior. Fábregas da la impresión de que su cerebro opera a otra velocidad; de que, como un ajedrecista, está tres o cuatro jugadas por delante del resto de los jugadores.
Si esto suena un poco exagerado, no es nada comparado con los elogios que le lanza Paul Hayward, cuyo principal argumento a favor de su héroe es que, sí, habrá jugadores más rápidos y más vistosos, pero nadie maneja los tiempos de un partido con el aplomo del joven español. Hayward celebra la suerte que tuvo el Arsenal en "robar" a Fábregas al Barcelona. "El fútbol inglés", escribe, "ha capturado a un visionario capaz de lograr que el tráfico demente habitual en nuestro juego se mueva a su elegante compás".

Un gigante

El otrora lider mediático Luis Del Olmo no mira a la cara a su verdugo en la gloria de los hertzios. Buenafuente no tuvo los huevos necesarios para ir (Buenafuente rechaza un premio porque también se le concede a Losantos). Lección magistral de Federico; seguramente el único hombre que mata a verdades en todo el pais.

viernes, abril 20, 2007

Pasa algo raro



Jenna sale con un gorila terrible y se ha operado la cara. No me gusta que cambie eso... Ya no se parece a esta joven rufiana de tetas postizas. Algo raro está ocurriendo.

jueves, abril 19, 2007

Breve historia del saber de Charles van Doren

Van Doren saltó a la fama al presentarse a Twenty one, un concurso televisivo de la NBC que estaba haciendo furor. Empezó a vencer a todo el mundo y se hizo famoso y rico. Sin embargo, se descubrió que las preguntas estaban amañadas. Tuvo que admitir el engaño –Robert Redford produjo con todo ello la película Quiz Show (1994)– y fue expulsado de la televisión y de la Universidad de Columbia.
Los libros que narran el esfuerzo civilizatorio tienen algo que seduce. Dietrich Schwanitz lo logró con su historia cultural del mundo, La cultura. Todo lo que hay que saber.
Jacques Barzun consiguió que miles de lectores gozaran con su síntesis de los últimos quinientos años de vida cultural en Occidente al publicar Del amanecer a la decadencia, y algo semejante podría decirse de otros autores como Norman J. G. Pounds o Peter Watson. Este volumen es un compendio de historia de las ideas en su relación con los grandes acontecimientos que han ido marcando la evolución de la humanidad. Charles Van Doren traza una historia del conocimiento en la que mezcla lo más positivo de los logros en la ciencia o el arte con las profundidades más destructivas de la política o de la guerra.
Se requiere una capacidad de síntesis considerable, un lugar privilegiado de observación y cierta dosis de atrevimiento, por no decir caradura. De esto último da fe la biografía de Charles Van Doren. Hijo de un premio Pulitzer y de una más que aceptable novelista y escritora, Van Doren, nacido en 1926, es lo que los anglosajones denominan un chico educado con esmero, viajado por Europa y con estudios en la Universidad de la Sorbona. Antes de cumplir los treinta, con formación en letras y ciencias, ya estaba dando clase en la Universidad de Columbia como profesor de Inglés. (No deja de ser curioso que Dietrich Schwanitz fuese también profesor de Literatura Inglesa en la Universidad de Hamburgo). Tras su paso por un concurso de televisión amañado que le dio fama y dinero primero y lo desacreditó personal e intelectualmente después, cayó en el ostracismo y se puso a escribir. Entre otras cosas, publicó con Mortimer Jerome Adler Cómo leer un libro, un texto cuyo interés ha resistido bien el paso de los años. Esta quiebra en la vida de Van Doren se rastrea con facilidad en Breve historia del saber. Su interés por los aspectos religiosos y éticos presentes en el desarrollo de la humanidad es una constante a lo largo de toda la obra, así como la preocupación por las épocas de barbarie y las guerras. No puede extrañar que se abran estas páginas con una reflexión en torno a las grandes religiones para luego entrar en la tremenda explosión de conocimiento que supuso la cultura de la Grecia clásica. La civilización romana y su decadencia dan paso a una visión de la Edad Media como una época de fracaso civilizatorio. El Renacimiento supone para Van Doren un estirón en el progreso del conocimiento. Europa se expande y da lugar a la invención del método científico. Las revoluciones de 1688 en Inglaterra, 1776 en Estados Unidos y 1789 en Francia preparan la modernidad y, por fin, las dos guerras mundiales denominadas por el autor como la “guerra de los Treinta Años”, configuran el mundo actual.
Se cierra este volumen con un análisis del último tercio del siglo XX y una exploración del futuro en la que Van Doren visualiza el futuro –la edición inglesa es de 1991– dando una enorme importancia al desarrollo de los ordenadores, a la genética y al aumento de la velocidad en el transporte de personas y mercancías. Este recorrido a través de la capacidad del ser humano para crear o destruir conocimiento está salpicado de semblanzas biográficas. Algunas de ellas como las de Newton o Marco Polo son excelentes y enriquecen un considerable esfuerzo de síntesis en el que obviamente no cabe todo.

lunes, abril 16, 2007

El desencuentro

No pude verte. Mas 20 años de desencuentros. Mac, al menos, estuvo perfecto. Reivindico vuestro tiempo impecable. Mi pasado.

THE DAWKINS DELUSION

Gracias a Edge.

lunes, abril 09, 2007

No se nada de música, pero deben referirse a esto...

Mensaje de un adulto a Javier Bardem

Robert de Niro: «Claro que simpatizo con la CIA»

«No sé si ésta es una película política. La gente sigue preguntándome eso una y otra vez y no sé qué responder. Hice la película de la forma en que creía que debía hacerse y fue muy duro hacerlo de esa manera. Siempre estás adquiriendo compromisos cuando ruedas, pero nunca he querido decirle a la audiencia lo que tiene que pensar. Al mismo tiempo, fue un guión complicadísimo y a veces yo me sentía como actuando en piloto automático, porque había tantas cosas con las que tratar que parecía casi imposible conseguir unirlo todo... No quiero ser presuntuoso y decir que la gente deducirá esto o lo otro, o que pensarán esto o lo de más allá... Un periodista me dijo hace un rato que las gafas de Matt (Damon) en la película le recuerdan a las de Martín Scorsese. ¡Y yo nunca pensé en eso!».

«Hablando un día con Milton Bearden -asesor especial de la película y ex funcionario de la CIA- me dijo que había muy pocos tipos que supieran tanto de la Agencia como Bob (De Niro)», dice Matt Damon. «Lo único que me importa es América, todos los demás estáis sólo de visita». La película arranca en las catacumbas del mundillo universitario de Yale, donde un grupo de alumnos, miembros de la sociedad secreta Skull & Bones son reclutados por el gobierno para realizar tareas de espionaje en plena guerra fría. «¿Si simpatizo con la CIA? Claro que simpatizo, esos tipos hacen un trabajo que alguien tiene que hacer. A medida que te haces mayor tienes que adquirir más y más compromisos y eso cambia tu perspectiva de las cosas». Y añade: «Conté esta historia sin ánimo de crítica. No es una película que busque criticar o dejar de criticar a la CIA, es una película hecha por un americano que vive en América. Hubo momentos durante la revisión del guión que tuve que cortar escenas que me hubiera gustado rodar -como lo de Irán-, que tuve que eliminar, pero nunca lo hice pensando en el criticismo. Creo que he presentado los hechos de la manera más directa posible y ahora es trabajo de cada uno hacer su propio juicio». El actor y realizador visitó muchos de los focos calientes del planeta para documentarse, excepto uno: Cuba. «Tuvimos que rodar en la República Dominicana, y sí, la verdad es que estuvimos muy cómodos y se nos trató muy bien, pero hubiera preferido poder hacerlo en Cuba, porque sólo Cuba tiene el aspecto que yo quería. Lo intentamos, pero... Supongo que con otro Gobierno».En la presentación de la película en Berlín, De Niro no tuvo problema en hablar de cualquier asunto que se le planteara, como el 11-S: «Creo que todos fallaron ese día. Hubo un montón de avisos en diferentes lugares y nadie se ocupó de prestar atención a esas señales... Eso es lo que pasó» Le hicieron a otra pregunta con truco: «¿Qué tienen en común la CIA y la Mafia?" Y contestó tajante: "Creo que unas cuantas cosas. Son bastante similares. Las dos son organizaciones secretas y eso las acerca. De todas formas, creo que la familia de Edward Wilson es bastante más disfuncional que la familia italiana de «El Padrino».

domingo, abril 08, 2007

El buen pastor

Desde que me libré de la castaña progre del Rif y la pandilla de amiguetes movies, me puse malo. Llevo una semana con la espalda jorobada y al acabar las cuentas del proyecto caí en un desorden estomacal patético. Ver que adelantas 3500 euros para unos piji progres que te tratan como a mierda pura te lesiona, sobre todo cuando hay pasta que sabes vas a perder.

Necesitaba una inyección de respeto por mi trabajo y me fuí a la galaxia mas lejana posible. Fuí con mami a ver este filmete. Sin ganas, la verdad. La sorpresa ha sido mayuscula. Es una de esas películas que relata una forma de ver el mundo. La cosa no se vende muy bien: un relato protagonizado por una institución, de estética bestialmente gris, interpretado con silencios, plantado en cuatro periodos históricos, en un drama coral, lleno de información y de mas de 167 minutos. El resultado es escalofriante. Pocas cosas tan bravidas e intensas he visto en los últimos años. Solo un progre americano puede soñar con filmar esto. Un progre europeo te hace Princesas y te hace un discurso moral. De Niro, un coloso de la progresia yankee que solo dirige obras maestras, humaniza una institución detestada por su pandi pero, así, nos la hace comprensible ante el mundo entero.

  • El Buen Pastor: recursos varios:
  • LA CIA
  • HISTORIA DE LA GUERRA FRÍA
  • ARCHIVOS DE SEGURIDAD NACIONAL
  • DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS DE LA CIA
    PUBLICACIONES IMPRESAS:
  • 'Wilderness of Mirrors' por David Martin.
  • 'Deception' por Jay Epstein
  • 'The Very Best Men' por Evan Thomas
  • 'Cold Warrior' por Tom Mangold
  • 'Bay of Pigs: The Untold Story' por Peter Wyden
  • 'A Look Over My Shoulder' por Richard Helms
  • 'Journey into Madness' por Gordon Thomas
  • 'Spy Catcher' por Peter Wright
  • 'Kim Philby and The Age of Paranoia' por Ron Rosenbaum, Nytimes; Jul 10, 1994
  • 'Secrets of the Tomb' por Alexandra Robbins

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